
Desde julio, el equipo económico calificó a la situación económica actual como “transitoria”, atribuida únicamente al riesgo electoral. Con ese diagnóstico, explica el Centro de Economía Política Argentina (CEPA), decidió concentrarse en contener el tipo de cambio aunque a costa de agotar las principales herramientas cambiarias y monetarias.
La estrategia incluyó ventas de futuros de dólar por USD 4.000 millones, un endurecimiento del mercado de pesos y convalidación de tasas de hasta 75,6% anual, prohibición a los bancos de comprar dólares en el último día hábil de cada mes, entre otras.
A su vez, el CEPA destacó que en las últimas semanas el Tesoro apeló a su “bala de plata”: la venta de más de USD 530 millones. “Priorizar el resultado electoral para evitar una devaluación llevó al tesoro a vender una porción significativa de los dólares que acumuló en el último tiempo”, señaló.
La importancia de estas medidas radica en que uno de los pilares del programa oficial, el refinanciamiento de vencimientos de deuda en dólares, se ve cada vez más comprometido. El deterioro del balance cambiario es notorio: en los últimos cuatro meses se registraron USD 15.000 millones de formación de activos externos y se proyecta un déficit de cuenta corriente alrededor de USD 10.000 millones hacia fin de año.
La estrategia del Gobierno
De acuerdo a estimaciones del CEPA, desde el 3 de julio, el Banco Central vendió posiciones por más de USD 5.000 millones en el mercado de futuros. Al respecto, el centro mencionó: “Si bien el uso de esta herramienta fue útil al inicio, fue perdiendo efectividad con el tiempo y tuvo efectos colaterales, como la emisión de pesos para cubrir subas de precio diarias y el riesgo de que al vencimiento los contratos del mes corriente desaten una corrida”. Por esto, agregó, el Gobierno prohibió la compra de dólares en el mercado oficial a las entidades financieras al último día hábil de cada mes.
Por otra parte, el Tesoro convalidó tasas cada vez más altas, hasta un 75,6% efectiva anual en la licitación del 27 de agosto. “Se pagó lo que fuera necesario para evitar liberar pesos que pudieran correr al dólar”, sintetizó el CEPA. El esquema incentivó rendimientos en dólares cercanos al 16% anual, aunque con un costo insostenible para el financiamiento público y la economía real. “Al ser concebidas como insostenibles pierden parte del efecto de contención al dólar y al ser de transición, la inevitable convergencia de las tasas hacia niveles más cercanos a la inflación le pondrá presión al tipo de cambio”, aseguró el centro.
Además, el endurecimiento monetario incluyó sucesivas subas de encajes. En agosto los bancos debieron inmovilizar en promedio $19,5B, $5,6B más que en el mes anterior. “El problema para el Tesoro derivó en que, a cada vencimiento (aproximadamente cada 15 días), el mercado presionara sobre el pago en efectivo o rendimientos irracionalmente elevados para renovar la deuda”, explicó el CEPA. “Cuando no hubo tasa que valga, el Tesoro pudo renovar en las licitaciones del 29/7 y 13/8 sólo el 76% y el 61% de los vencimientos (lo restante fueron pesos que el Tesoro pagó a los tenedores, aproximadamente $8,6B) y fue el BCRA el que salió en ayuda con la misma herramienta, encajes, pero esta vez remunerados”, añadió.
El CEPA también resaltó que ante la salida de inversores de bonos en pesos, el BCRA compró títulos soberanos para frenar la caída de precios y bajar las tasas. Con esta maniobra, rompió su propio discurso de tasa endógena y de no emisión, apuntó el centro.
El escándalo por coimas, la bala de plata y el escenario post electoral
Al desgaste de las medidas de contención indirecta del dólar se le suma el escándalo de las coimas, protagonizado por Karina Milei. A partir de esto, “el dólar corrió, las acciones cayeron en sintonía con los bonos y el Tesoro gastó la bala de plata, interviniendo en el Mercado Libre de Cambios por más de USD 530 millones en las últimas 2 semanas”. Aunque el gobierno insiste en que provienen de compras previas y no de fondos del FMI, el CEPA subraya que ya se liquidó cerca del 40% de lo acumulado en apenas un mes. La decisión, además, rompe con el esquema de bandas cambiarias que el propio equipo económico había fijado.
Para el CEPA, lo más preocupante es que estas maniobras comprometen el objetivo central del programa: refinanciar vencimientos de deuda externa. Tras la afirmaciones del ministro de Economía Luis Caputo, quien expresó que “cuando la gente vote y en el Congreso se den cuenta que no los quieren a ellos, lo quieren al presidente Javier Milei, entonces todo esto se empieza a ordenar”, el centro cuestionó que sucederá si el oficialismo no obtiene los resultados esperados. “¿Seguirán vendiendo dólares hasta el 26 de octubre o lo dejarán subir argumentando ‘riesgo kuka’?”, preguntaron.
“Si el gobierno mantiene su posición de atrincherarse y aguantar, no sólo comienza a comprometer el escenario post electoral, sino que también pone en riesgo la victoria en octubre que hasta ahora se daba por hecha”, concluyó el CEPA.