
“Mantengamos la memoria y la justicia viva. Propaguemos la verdad del fallecimiento de nuestros seres queridos”. Esas frases se leen en carteles pegados en la puerta del Hospital Italiano de La Plata, en la avenida 51 entre las calles 29 y 30.
Allí fallecieron por lo menos 15 personas en abril de 2025, a causa del uso de fentanilo contaminado. A partir de la alerta del nosocomio bonaerense, se identificó un lote de dicha droga que produjo el laboratorio HLB Pharma. El mismo contaba con presencia de dos bacterias que provocaron un brote de infecciones respiratorias graves.
La Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT), emitió un aviso para que no se utilice y se retire de circulación el lote. A su vez denunció a las compañías involucradas, lo que originó una causa judicial en el Juzgado Federal Nº 3 de La Plata, a cargo de Ernesto Kreplak.
Sin embargo, el uso del opiáceo dejó hasta hoy 68 muertos y 19 infectados en Santa Fe, Buenos Aires y Córdoba. La investigación continúa, a la par de la búsqueda de justicia por parte de las familias afectadas. Un caso trágico que puso en evidencia la importancia del control estatal por parte de la ANMAT, y la vulnerabilidad del sistema de salud en Argentina.
Las víctimas del fentanilo
El pasado jueves 31 de julio, familiares y allegades de las personas que murieron por el uso de la droga en mal estado marcharon al Hospital Italiano de La Plata. Se reúnen en el grupo «Organizados por Justicia para las Víctimas del Fentanilo Contaminado».
Reclamaron sanciones a los responsables y reparación ante lo que consideran una tragedia evitable. Fue la primera manifestación pública desde que comenzó la investigación judicial, por el brote que provocó al menos 68 muertes en distintos puntos del país.
Todo comenzó en abril de 2025, cuando este centro de salud bonaerense registró un brote de infecciones respiratorias graves (con bacterias Klebsiella pneumoniae y Ralstonia spp), en pacientes con internación en terapia intensiva. Al investigarlo, hallaron restos de ambos patógenos en ampollas de fentanilo que habían sido suministradas a estas personas.
El 7 de mayo, el nosocomio informó los casos. Al día siguiente, la ANMAT emitió una alerta para que no se utilice en todo el país el lote 31202 de fentanilo producido por el laboratorio HLB Pharma, por “encontrarse en investigación por desvío de calidad”.
El 13 de mayo, la ANMAT dictó la Disposición 3156/25 que prohibió el uso, la comercialización y la distribución en todo el territorio nacional de ese lote específico. También, le ordenó a la firma el recupero del mercado del producto.
A su vez, a través de la Disposición 3158/25, el organismo inhibió la producción de la planta bonaerense de HLB Pharma “hasta que se hallen las condiciones técnicas y sanitarias” para levantar esa medida. Lo mismo decidió sobre Laboratorios Ramallo SA, en cuyas instalaciones se elaboraron las ampollas.
Sin embargo, la Justicia identifica hasta hoy 68 muertos y 19 infectados, distribuidos en Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba. 20 de los casos todavía se encuentran a la espera de una confirmación técnica del Instituto Malbrán, a cargo de las pericias en esta causa.
El caso del fentanilo contaminado volvió a la agenda pública los últimos días, por la grave situación en que se encuentra Giovanni Benavídez, un bebé de tres meses. El niño permanece internado desde su nacimiento en la clínica Vélez Sarsfield, en la ciudad de Córdoba.
Su madre, Sol Basualdo, dijo a Cadena 3 que su hijo fue sedado con fentanilo a las dos horas de vida debido a complicaciones respiratorias que requirieron intubación. Asimismo, que su diagnóstico reveló que había contraído Klebsiella, bacteria intrahospitalaria encontrada en los lotes de la droga contaminada; y que la jefa de neonatología confirmó que esta provenía del fentanilo.
La denuncia a HLB Pharma
El Ministerio de Seguridad de Argentina presentó el pasado 5 de agosto otra denuncia penal contra este laboratorio. La razón fue la entrega de un presunto certificado falso ante el Registro Nacional de Precursores Químicos (RENPRE), con el objetivo de renovar la habilitación de la empresa para importar opiáceos. Se trata de una irregularidad en el domicilio que figura en el certificado de habilitación municipal.
Esto se suma a la causa que HLB Pharma enfrenta en la Justicia Federal de La Plata, a cargo del juez Ernesto Kreplak. En ese marco, el magistrado dispuso el allanamiento de su planta y la de Laboratorios Ramallo.
Además, inhibió los bienes y prohibió la salida del país a 24 imputados, que son profesionales, directivos y dueños de ambas compañías. La investigación judicial reveló “un entramado societario complejo que abarca numerosas actividades comerciales –muchas de ellas no relacionadas entre sí- y que, a esta altura del proceso, permiten suponer el despliegue de maniobras tendientes a evadir y/u ocultar posibles conductas ilícitas”, según el dictamen.
El nombre más involucrado es Ariel García Furfaro, a quién se atribuyen ambas compañías, por lo menos hasta marzo de 2025.
¿Y el fentanilo contaminado?
El fentanilo es una droga sintética, cuya acción es similar a la morfina. Sirve para disminuir, rápidamente y a dosis bajas, la percepción del dolor postoperatorio o de ciertos cánceres. En la actualidad, es uno de los compuestos que más se utilizan por su potencia analgésica.
Sin embargo, con el transcurso del tiempo, su uso médico fue acompañado de su utilización ilegal. En Argentina, durante el 2023, la Aduana creó un nuevo registró para quienes quieran ingresar o exportar fentanilo. Además, se incluyeron controles para evitar que la sustancia llegue a los narcotraficantes del país, de manera que la regulación exige una declaración jurada anticipada.
Con respecto al fentanilo contaminado, se trataba del lote 31202, que se elaboró el 18 de diciembre de 2024 y contenía 154.530 ampollas. Kreplak calcula que 42.502 (27,5%) ya se administraron a pacientes, mientras que 64.003 se recuperaron en procedimientos judiciales, 47.593 están en manos de efectores de salud en depósito judicial y 432 están pendientes de ubicación.
En tanto, está bajo investigación el lote 31244, con la misma cantidad de ampollas de fentanilo. En este caso, 121.233 fueron recuperadas en procedimientos judiciales y las 30.197 restantes se encuentran en manos de efectores de salud en depósito judicial; por lo que no hay ampollas pendientes de ubicación.
La importancia del control estatal
“ANMAT reitera su compromiso con la seguridad sanitaria, la transparencia y el cumplimiento estricto de la normativa vigente para proteger la salud de la población”, anunció el organismo en un comunicado. Lo hizo ante “información falsa” que circuló en el diario Clarín, que aseguraba la habilitación a HLB Pharma a comprar certificados para fabricar remedios.
Sin embargo, a pesar que este caso demostró la importancia del organismo como contralor, el Estado nacional lo elimina como actor necesario para autorizar ciertas compras de artículos al exterior. Por ejemplo, ya no intervendrá en la adquisición de perfumes, cremas, tampones, copas menstruales, pañales, toallitas femeninas, enjuagues bucales o repelentes.
El Ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, afirmó: “Nada tiene que hacer el Estado autorizándote un perfume o un pañal. Vaya a saber qué mente retorcida o qué interés oculto motivó estas restricciones. Darle acceso al mercado mundial de consumo a los argentinos es un acto puro de libertad: libertad de elegir, de comprar y de acceder”.
El gobierno nacional también anunció la desregulación de los trámites de importación de productos médicos considerados de «bajo riesgo», tales como curitas, gasas, termómetros digitales o jeringas.
Mientras tanto, en diálogo con La Nación, Sturzenegger afirmó que tanto en la ANMAT como en el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) se realizará una “revisión de competencias”.
Aparte de lo que sucede con la ANMAT, el juez Kreplak advirtió sobre “una falla estructural del sistema sanitario”. En diálogo con Infobae, manifestó que en nuestro país, “el fentanilo no es un producto trazable”.
“El Estado no sabe dónde están las ampollas de fentanilo ahora”, aseguró. “Eso lo aprendimos a sangre y fuego, teniendo que ir a buscar ampollas por ampollas por todo el país. No hay una disposición que obligue al sistema sanitario a ir informando en tiempo real y registrando en tiempo real en qué lugares están las ampollas de fentanilo”.
Sin duda, el caso del fentanilo contaminado pone en evidencia que hay cosas que es mejor no desregular. Mientras las familias de las víctimas buscan justicia, la sociedad intenta entender cómo defenderse de distintos males, como las bacterias, o de quienes ponen en riesgo la vida de las personas persiguiendo fines comerciales.