
Las principales plataformas de redes sociales –Meta (Facebook e Instagram), X (antes Twitter) y YouTube- permiten, amplifican y monetizan la desinformación climática durante eventos meteorológicos extremos, advirtió en un informe una organización dedicada a monitorear el odio digital.
Esas empresas “se benefician de la difusión de información falsa durante desastres, lo que permite a los teóricos de la conspiración silenciar a fuentes de noticias confiables y a los servicios de emergencia”, afirmó Imran Ahmed, director ejecutivo del estadounidense Centro para la Lucha contra el Odio Digital.
“Están promoviendo a los superpropagadores de conspiraciones, lucrándose con mentiras sobre las labores de rescate y permitiendo falsedades que podrían obstaculizar la respuesta de emergencia y poner vidas en riesgo”, abundó Ahmed.
El estudio del Centro analizó cuatro acontecimientos recientes: las inundaciones en Texas (sur de Estados Unidos) el pasado julio, los incendios en California (suroeste) en enero, y los huracanes Helene y Milton, que en septiembre de 2024 azotaron el sureste estadounidense, Cuba, México, Honduras y las islas Caimán y Bahamas.
En esos casos documentó cómo las teorías conspirativas se difundieron más rápido que la información oficial de los servicios de emergencia, eclipsando voces expertas, autoridades locales y medios confiables.
Entre los hallazgos más relevantes figuran que 98 % de los contenidos virales en Meta, 99 % en X y 100 % en YouTube relacionados con eventos climáticos extremos no contenían ninguna advertencia, verificación de hechos ni notas comunitarias.
Las cuentas verificadas, que reciben mayor visibilidad y monetización, fueron las principales responsables de difundir contenidos engañosos: 88 % en X, 73 % en YouTube y 64 % en Meta.
Las afirmaciones falsas y engañosas se centraban en las acciones de los servicios de emergencia, las causas de los fenómenos meteorológicos extremos y la distribución de la ayuda humanitaria.
Durante los incendios de Los Ángeles (California), las publicaciones conspirativas de figuras como Alex Jones alcanzaron más vistas que las cuentas oficiales combinadas de Fema, la agencia federal estadounidense para el manejo de emergencias.
Las publicaciones de Jones sobre los incendios forestales de Los Ángeles acumularon 408 millones de visitas en X.
Jones afirmó que los servicios de emergencia estaban confiscando alimentos y que los incendios formaban parte de una conspiración globalista o estaban diseñados para desencadenar una transferencia de riqueza. Obtuvo más visitas que todas las publicaciones relevantes de 10 importantes medios de comunicación.
El informe documenta casos concretos de daño real, incluyendo la difusión de anuncios falsos que suplantaban agencias de ayuda federal y un caso en el que un hombre, motivado por teorías conspirativas, amenazó a personal de Fema en un centro de asistencia.
Entre los tipos de desinformación detectados se incluyen causas falsas de los fenómenos (como incendios provocados por “armas láser del gobierno” o huracanes “dirigidos” por geoingeniería).
Hay mentiras sobre la ayuda humanitaria (por ejemplo, que se prioriza a migrantes o se niega ayuda por razones políticas) y desinformación sobre la ciencia climática (como negar el aumento en la frecuencia e intensidad de estos eventos).
También se detectó manipulación del contexto político, acusando sin fundamento a gobiernos o políticas ambientales de causar los desastres.
Según el Centro, las afirmaciones engañosas sobre el clima extremo forman parte de la nueva negación de los impactos climáticos, lo que impide un debate informado y pone en riesgo vidas durante las crisis.
Pero, por otro lado, aparece el lucro: YouTube mostró anuncios junto a 29 % de los videos engañosos sobre clima extremo.
La red X habilita suscripciones de pago para cinco creadores de contenido que promueven afirmaciones engañosas sobre clima extremo, lo que permite que tanto ellos como la plataforma se beneficien.
Meta comparte los ingresos publicitarios con tres creadores de contenido que promueven afirmaciones engañosas, lo que les permite compartir los ingresos por los anuncios cerca de sus publicaciones.
Desde Buenos Aires, la plataforma Periodistas por el Planeta advirtió de que, aunque el informe se centra en Estados Unidos, tiene relevancia para América Latina.
Considera la agrupación que “nuestra región enfrenta una creciente exposición a eventos extremos al mismo tiempo que la penetración de redes sociales y la fragmentación del ecosistema informativo dificultan aún más el acceso a información confiable durante emergencias”.
En ese contexto, la circulación de teorías conspirativas y noticias falsas no es solo un problema de reputación digital: es una amenaza directa a la seguridad de las personas”, según Periodistas por el Planeta.
Para Ahmed, “a medida que los desastres climáticos se vuelven cada vez más graves y frecuentes, debemos afrontar la realidad de que los gigantes tecnológicos participan activamente en la difusión de falsedades que ponen en peligro a nuestras comunidades y al planeta”.
*Publicado originalmente en IPS