
“Mirá, ¡son historietas!”, afirmó con entusiasmo un niño al ingresar al hall del Centro Provincial de las Artes Teatro Argentino de La Plata. En plenas vacaciones de invierno, una marea salía de los espectáculos infantiles que ofrece la institución y se sumergía en la muestra “Nada se pierde. Dibujantes de Humor”.
La exposición lleva al público una selección de obras de la revista Humor entre 1980 y 1985, junto a publicaciones de sus directas ramificaciones en otros títulos durante ese lustro. Época en la que “incidió como pocas en la realidad política y en la vida cultural de los argentinos”, afirmaron sus organizadores.
La exhibición pertenece al Centro de Historieta y Humor Gráfico Argentinos de la Biblioteca Nacional Mariano Moreno. Permanecerá disponible para les visitantes hasta el 31 de agosto, de martes a viernes de 10 a 18 horas y los fines de semana de función en el mismo horario.
De manera libre y gratuita, el público podrá recordar las ilustraciones de María Alcobre, Patricia Breccia, Maitena Burundarena, Max Cachimba, Andrés Cascioli, Oscar Chiconi, Cilencio, Dany Duel, Fontanarrosa, Raúl Fortín, Carlos Garaycochea, Alfredo Grondona White, Néstor Ibañez, Sergio Izquierdo Brown, Carlos Killian, Sergio Langer, Lawry, Jorge Limura, Lizán, Eduardo Maicas, Jorge Meiji, Eduardo Ojeda Ortíz (Artó), Daniel Paz, Peni, Miguel Rep, Sanyú, Tomás Sanz, Jorge Sanzol, Luis Scafati, Tabaré, Tacho y Viuti.
La irrupción de la revista Humor
Humor Registrado, HUM®, o como se la conoce en la actualidad, Humor, es la publicación que fundó el dibujante Andrés Cascioli en junio de 1978, a través de su editorial La Urraca.
Durante muchos años, Humor se caracterizó por sus tapas con ilustraciones satíricas de los principales personajes de la época. Personas vinculadas a la política, al mundo del espectáculo o al deporte, muchos nombres que marcaron a la historia argentina pasaron por sus portadas.
La publicación estuvo activa hasta 1999. Sin embargo, su boom fue a principios de . la década de los ´80, período que se abarca en la muestra “Nada se pierde. Dibujantes de Humor”. En esos momentos, la revista realizó a través de sus caricaturas una crítica a las actividades de la dictadura militar. Al principio de forma más tímida, pero luego con más fuerza, sus dibujantes y escritores abogaban por la venida de la democracia.
“No entiendo este dibujo”, se quejaba otro niño en la exhibición del Teatro Argentino de La Plata, en la calle 51 entre 9 y 10. “Es que estos chistes no son para chicos”, explicaba entre risas su padre, mientras caminaba por las vitrinas con ilustraciones, bocetos y números de la revista.
En esa línea se expresaron sus organizadores. “Humor nunca fue una revista de chistes, aunque por supuesto también los publicó. Y aunque aún en sus ilustraciones más dramáticas subyaciera una actitud de parodia, sátira o ironía, su humor era otra cosa que a veces podía no dar risa”.
Y continuaron: “En la Humor, el humor hizo pensar”. Así lo demuestran algunos de los artículos que se exponen en el Teatro Argentino. Por ejemplo, una pizca de feminismo de la mano de Sanyú y Carlos Trillo, quienes contaban la vida de una anónima “señora de la limpieza” en “Historias por hora”.
Pronto la publicación incorporó columnas con reflexiones y críticas a la actualidad, que se mezclaban con los dibujos e historietas. En la exhibición, se comparte el número de SuperHumor del 26 de abril de 1983, donde Jose Pablo Feinmann exponía cómo el mundial de fútbol de 1978 sirvió a la dictadura militar como una forma de manipular a las mayorías.
Humor y más allá
“Nada se pierde” no sólo es la denominación de esta muestra, también era el nombre de la sección de breves misceláneas que abría cada número de la revista. De la misma manera, comparte una selección de obras no solo de dicha publicación, sino de sus ramificaciones directas.
Al poco tiempo de su nacimiento, Humor originó nuevos proyectos editoriales que contaban con su tutelaje, ya sea desde el título o el logo. En 1979 se lanzó el Suplemento de Humor y Ciencia Ficción, que luego devino en El Péndulo.
Meses después apareció Hurra, dedicada al rock pero con dibujos, historietas y cartoons. La editorial lanzó en ese tiempo otras publicaciones como Mutantia, revista-libro de ecología (algo novedoso para la época); y Humor & Juegos.
A su vez, en 1980 salió SuperHumor, que se presentó como “un suplemento mayor de Humor”. Y para las infancias estaba Humi, La revista grande de Humor infantil.
Todas estas publicaciones pueden observarse en la exposición del Teatro Argentino de La Plata. Un sector especial está destinado a SexHumor, que se emitió desde 1985, como parte del destape post dictadura. “Implicó toda una apertura a mujeres dibujantes y toda una generación joven de autores”, reflexionaron desde la curaduría de la muestra.
Por eso, exponen ejemplares que hablan de un doble tabú en ese entonces: el sexo desde la mirada femenina. “Las mujeres también lo hacemos”, reza el título de una de las revistas.
En definitiva, la exhibición “Nada se pierde” es un viaje al regreso de la democracia. “Estos dibujos son como las imágenes radiográficas del último ejemplar de una extraordinaria criatura hecha de tinta y papel que habitó nuestro país en un tiempo no tan remoto, y que por sus potencias aún palpita”, concluyeron sus organizadores.