
Taller de Bellamente en una escuela secundaria. Crédito: Bellamente.
Hay dolores silenciosos que duelen fuerte. La presión por encajar, la mirada ajena que juzga, la sensación de no ser suficiente. Contra esos mandatos que pesan sobre los cuerpos, nace Bellamente, una organización que transforma el sufrimiento en lucha y el activismo en abrazo colectivo.
Fundada en 2018 por Candela Yatche, Bellamente comenzó como una cuenta de Instagram donde ella compartía su experiencia con los trastornos alimenticios. Ese relato personal se volvió espejo para miles. “Bellamente resumió todo lo que estaba pensando y por lo que quería que me valoren”, contó Yatche. Lo que parecía individual, era en realidad un problema estructural. Hoy, es una fundación con impacto nacional que promueve la diversidad corporal, la salud mental y la libertad de ser.
Educación para sanar
La organización trabaja en escuelas, universidades y espacios comunitarios brindando talleres que cuestionan estereotipos de belleza, refuerzan la autoestima y promueven el cuidado emocional. “Dejando huella”, el programa que desarrollaron junto a Dove, recorrió más de 50 instituciones con propuestas participativas para adolescentes y docentes.
También articulan con organismos públicos, empresas y profesionales, siempre con el mismo objetivo: desaprender el rechazo al cuerpo y construir nuevas miradas, más justas y amorosas. Cada encuentro propone pensar cuánto pesan las exigencias estéticas sobre nuestra salud mental y cómo abrir paso a vínculos más empáticos con nuestros cuerpos.
Candela Yatche durante una charla en un evento educativo. Crédito: Bellamente.
Campañas que abrazan
Además de sus propuestas educativas, Bellamente impulsa campañas que interpelan. #NuestrosCuerposLibres, junto a Instagram y Anybody Argentina, denuncia la gordofobia en redes sociales. Con UNFPA y Libertate lanzaron una campaña accesible para prevenir la violencia digital. Y con #UnPelitoMásFácil, en alianza con Mercado Pago, promueven la donación de cabello para niñas con cáncer.
También elaboran mapeos, guías y contenidos que visibilizan una verdad incómoda: la violencia estética existe, duele y limita vidas. Nombrarla es el primer paso para transformarla.
Belleza sin condiciones
En redes sociales, Bellamente genera comunidad. Comparte experiencias, datos, ilustraciones, y sobre todo, mensajes que sanan. Con más de 280 mil seguidores, su activismo digital rompe silencios, derriba mandatos y pone palabras donde antes había vergüenza o culpa.
“La violencia estética nos atraviesa a todas, en mayor o menor medida, y nos hace creer que nuestro valor depende de cómo nos vemos. Pero no es verdad: somos mucho más que un cuerpo”, reflexiona Yatche. “Nuestra lucha es para que nadie crezca sintiéndose insuficiente por no cumplir con una talla o un molde imposible”.
Ilustración de campaña #NuestrosCuerposLibres. Crédito: Bellamente.
Su mensaje es claro: no hay cuerpos incorrectos. Lo que debe cambiar es la mirada que los oprime. En un mundo que impone filtros, talles únicos y exigencias imposibles e inalcanzables, proponen una revolución amorosa: que la belleza no sea un mandato, sino una posibilidad para todes.
Porque al final, no se trata de cuerpos lindos, sino de vidas vivibles. De que nadie más se sienta rota por un espejo, de que dejar de odiarse no sea una conquista individual sino un derecho colectivo. De que mirar nuestro reflejo no sea un acto de juicio, sino de reconciliación. Bellamente nos recuerda que no nacimos para encajar: nacimos para existir, libres, reales, completas.