
Desde el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, los países que integran el foro BRICS realizan la 17ª Cumbre Anual con una impronta histórica. Con 11 miembros plenos, 10 países socios y una agenda ambiciosa, el encuentro se plantea como un punto de inflexión en la gobernanza global, con ejes que van desde la reforma financiera internacional hasta el control de la inteligencia artificial y la desdolarización del comercio mundial.
El encuentro se da sin la participación de Argentina, que desde la llegada de Javier Milei a la presidencia, renunció a participar del espacio, lugar que se había ganado durante 2023.
“Es un hito estratégico que expresa un cambio en la arquitectura del poder global”, afirmó a Sputnik un experto en geopolítica internacional.
Más países, más peso global
Con la reciente incorporación de Arabia Saudita, Irán, Egipto, Etiopía e Indonesia, y la presencia de líderes invitados como los de Cuba, México, Bolivia y Colombia, el BRICS ampliado representa ya el 39% del PBI global, 43% de la producción de petróleo y cerca del 50% de la población mundial.
El anfitrión del foro, el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, impulsa una agenda basada en cooperación Sur-Sur, innovación tecnológica, justicia climática y soberanía económica.
Seis ejes para reconfigurar el sistema internacional
La cumbre se estructura en seis áreas clave:
- Comercio e inversiones intrabloque, con énfasis en el uso de monedas locales y en esquemas de desdolarización parcial.
- Gobernanza de la inteligencia artificial, con enfoque en ética, inclusión y soberanía de datos.
- Cooperación climática, en sintonía con la próxima COP30 que se realizará también en Brasil.
- Producción de medicamentos y acceso a vacunas, como legado de la experiencia en pandemia.
- Reforma del Consejo de Seguridad de la ONU, con demandas firmes de representación por parte de Brasil, India y Sudáfrica.
- Nuevas arquitecturas financieras, como el BRICS Pay o el Acuerdo de Reserva Contingente, que buscan reducir la dependencia del dólar.
Multipolaridad en acción
El peso geopolítico del grupo quedó evidenciado en el tipo de representaciones: mientras Putin participará por videoconferencia y Xi Jinping envió a su primer ministro, otros líderes como Narendra Modi (India), Cyril Ramaphosa (Sudáfrica), Prabowo Subianto (Indonesia) y Mohamed bin Zayed (Emiratos Árabes) confirmaron presencia presencial.
Para analistas, la cumbre deja atrás la retórica aspiracional de un mundo multipolar para consolidar una nueva realidad de poder compartido.
Desafíos y liderazgo compartido
Pese al fortalecimiento del bloque, los especialistas advierten que la diversidad de agendas y regímenes obliga a generar mecanismos más sofisticados de coordinación. Según el investigador Venturino:
“El BRICS no es un frente uniforme, pero sí una coalición con voluntad de influencia. Lo que los une es la búsqueda de soberanía, desarrollo y reglas más justas”.
En ese marco, el liderazgo de figuras como Lula da Silva será clave para mediar y articular sin imponer, en un esquema que apuesta a la horizontalidad y autonomía de cada miembro.
Una señal al mundo
Con una agenda disruptiva y una ampliación histórica, los BRICS 2025 se posicionan como un actor clave del presente y no solo del futuro. La cita en Río de Janeiro es más que una cumbre: es una señal política contundente sobre el nuevo reparto del poder global.