El fenómeno de El Eternauta tiene múltiples lecturas que ayudan a agitar el panorama del debate público. Y eso siempre viene bien, en momentos en que todo parece trabado, por las violencias de los intercambios, por lo incierto del futuro y por los temores que despiertan las confusas aristas de un presente que parece salido de una pesadilla.
Más allá de la consigna “nadie se salva solo”, que hasta es utilizada por la propia plataforma Netflix, que emitió los 6 capítulos iniciales, el formato serie de la gran obra de Héctor Germán Oesterheld está convirtiéndose en un signo de época, con características globales, que hasta pusieron a la producción dirigida por Bruno Stagnaro al tope de las preferencias en decenas de países.
Como la palabra desaparecido, los nombres de Diego, Messi y el Papa Francisco, hay productos de estas pampas que no necesiten de subtitulado. Es lo que ocurre con la palabra Malvinas en la trama de El Eternauta, cuya traductora al idioma inglés la dejó con la sonoridad argentina, en lugar de reemplazarla por la colonialidad de las Falklands.
Son esas secuencias que desde lo particular de una historia trascienden las fronteras y se convierten en fenómenos sin tiempo y sin lugar, porque sencillamente ocurren en la casa Tierra, ese barrio común donde habitamos los humanos y que, una de las lecciones de El Eternauta, habrá que seguir cuidando. No solo por los de afuera, sino porque en el adentro está lleno de colaboracionistas.
Un Presidente que dialoga indirectamente con El Eternauta
En estos días Javier Milei también a la ola de El Eternauta y como es costumbre lo hizo con otro acto ¿impropio? de la investidura presidencial. Compartió una imagen, que rápidamente fue desmentida por los chequeos, que mostraba un grafitti que mostraba la leyenda de “Milei 2027”.
No es solo el infantilismo berreta y autocelebratorio del Presidente, al que no debiéramos acostumbrarnos, sino la lejanía cada vez más evidente con la realidad. El fin de semana, en su cuenta de Instagram y mediante la Inteligencia Artificial, se disfrazó de Ricardo Darín haciendo del protagonista de la serie para llamar a que en octubre con los votos se llene de leones el Congreso, al que desea “teñido de violeta”.
Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, al menos fingió honestidad cuando dijo en una nota que “no había entendido El Eternauta”.
Milei, que se autoproclama como el líder de la libertad mundial, vive en una pequeña nube digital pero, sin saberlo, le da la razón al escritor ruso León Tolstoi en eso de “pinta tu aldea y pintarás el mundo”. El problema es que está al frente del Gobierno y mientras él pasa horas en las redes, otros ejecutan el plan de rapiña financiera y de recursos que, por su velocidad e impacto, va a dejar secuelas sociales y económicas que van a durar varias generaciones.
Pinta a Milei y pintarás ese mundo que se plantea el camino regresivo de desarmar los Estados y limitarlos a ser gestores de los intereses de las grandes corporaciones. Para eso no hace faltan debates, porque el modelo es cerrado y vertical.
Para el que se oponga, cascarudos como en El Eternauta, o represión como cada miércoles en el Congreso contra los jubilados (¿viajeros del tiempo?, leer el original de la historieta).
Los leones
El mismo día en que se conoció la elección del cardenal Robert Prevost era elegido como Papa León XIV, Milei tuvo un 3 por 1 de eso que los pibes llaman “cringe”.
Primero, mientras en el Vaticano terminaba de definirse el nuevo líder de la Iglesia Católica ensayó en un auditorio empresario una explicación para justificar la explotación laboral y dijo que en realidad “los trabajadores le compran dinero a los empleadores”. En fin, habíamos leído contraargumentos sobre la relación capital y trabajo, pero ese extremo supera la imaginación de Pedro Saborido y Diego Capusotto.
Luego, al conocerse el nombre del nuevo Papa, desplegó una vez más la obvia y ya gastada creación de la IA para explicar que el León del jefe de los católicos era en realidad una referencia al presidente argentino.
Los que crearon o compartieron esa imagen probablemente desconozcan que era el nombre elegido para continuar, al menos en lo formal, el legado de León XIII, el autor de la Encíclica Rerum Novarum.
El papado de León XIII duró desde 1878 hasta 1903 y se caracterizó por una impronta que marcó su legado en la historia de la Iglesia Católica:
– Defensa de los derechos de los trabajadores: León XIII es conocido por su encíclica «Rerum Novarum», publicada en 1891, que abordó la cuestión social y defendió los derechos de los trabajadores, promoviendo la justicia social y la protección de los más débiles.
- Apertura a la modernidad: Aunque León XIII fue un papa conservador en muchos aspectos, también mostró una apertura a la modernidad, permitiendo la investigación histórica y la apertura de los archivos del Vaticano.
- Ecumenismo: León XIII también se esforzó por promover la unidad entre las diferentes confesiones cristianas, especialmente con la Iglesia Ortodoxa y la Comunión Anglicana.
- Doctrina social: León XIII sentó las bases para la doctrina social de la Iglesia Católica, que se centró en la protección de los derechos humanos, la justicia social y la promoción del bien común.
Nada más alejado del “león Milei”, quien considera que la justicia social es “un robo” por parte de los pobres a los ricos, con el estado como cómplice a través de los impuestos.
Por la noche, para completar el derrotero de dislates, Milei asistió a “La misa”, el programa que conduce Daniel Parisini en el canal de streaming Carajo. Allí, con el vocero-candidato porteño Manel Adorni a punto de quedarse dormido en cámara, Milei desplegó toda su artillería ante el “Gordo Dan” y su panel en una entrevista de casi 6 horas.
Volvió a cargar contra el periodismo, anticipando de alguna manera lo que sería horas después la denuncia penal contra Ari Lijalad, Carlos Pagni y Viviana Canosa. También se desentendió del resultado de la votación en el Senado en el tema Ficha Limpia y negó que el Gobierno hubiera operado para cambiar el voto de los 2 senadores de Misiones.
Pero el colmo del Milei streamero llegó de la mano del anuncio de su vuelta a los escenarios. Contó que trabaja en una obra llamada “Juicio al capitalismo”, donde él se reserva el papel de defensor del sistema: “básicamente yo voy a ser el abogado defensor del capitalismo, Suca (Diego Sucalesca) va a ser del fiscal Yakuza, va a haber un tribunal y un juez»
“Van a estar siempre mis rubias voluptuosas, que me van a defender, que se van a vestir de estatua de la libertad y todo”, y dijo que todo lo recaudado será donado al Hospital Garrahan en un evento que según detalló lo quiere hacer en Alemania, en el Muro de Berlín.
Se podría hacer una serie de chistes al respecto y seguir el registro de la ironía bizarra, que de alguna manera es el juego que proponen desde el Gobierno.
Pero no hay que olvidar que ese mismo Garrahan, el mayor hospital pediátrico del país, es el mismo que las políticas de su gestión desfinancian sistemáticamente y que mientras las risotadas de Milei y el Gordo Dan resuenan en la semipenumbra de Carajo, es el Fondo Monetario Internacional uno de los ejecutores de los planes de Gobierno de Argentina.
Es la oscura aldea digital donde se mueve Milei, en nombre de una supuesta fotofobia por la cual justifica agresiones a fotógrafos como las del compadrito Santiago Caputo a Antonio Becerra en la previa del debate de los candidatos a legisladores porteños.
Es el reflejo de un mundo oscuro, no por la fotobobia de los poderosos o de un presidente menor pero con alto poder de daño, sino porque la luz puede mostrar la injusticia que prevalece, que es social, económica, cultural, ambiental y de género. Una injusticia que solo se puede sostener con la violencia, como la de los cascarudos en El Eternauta, la cara visible del poder oculto.