El observatorio de la agrupación Mujeres de la Matria Latinoamericana registró 93 femicidios entre enero y abril de este año. En paralelo, se contabilizaron 344 intentos de femicidios en tan solo cuatro meses.
Para Victoria Aguirre, vocera de Mumalá, “estos números no son solo estadísticas, son vidas truncadas, familias destruidas”. Para la referente se trata de “un grito desesperado que el Estado se niega a escuchar”.
Tras darse a conocer las cifras, Aguirre se refirió a la falta de políticas públicas. “La ausencia de presupuesto, la desarticulación y eliminación de programas de prevención y asistencia, la inacción frente a la violencia machista son cómplices de cada femicidio y multiplicadores de violencia”, denunció.
«¿Cuántas más mujeres, lesbianas, travestis, trans, tienen que morir para que el gobierno deje de negar la existencia de esta grave situación y asuma su responsabilidad?»
Victoria Aguirre, vocera de Mumalá
Femicidios: no son cifras, son historias
Este lunes, el cuerpo de Julia Elena Espinoza, de 42 años, fue encontrado colgado de las rejas de una escuela. El crimen ocurrió en Los Nogales, Tucumán, y si bien el femicida quiso hacerlo pasar por un suicidio fue descubierto.
Cuando la policía llegó a la casa de la víctima se encontró con su pareja, Pablo Guillermo Mamani, quien intentaba escapar. Acorralado por las fuerzas de seguridad, Mamani confesó haber estrangulado a su esposa con sus propias manos.
El femicidio de Julia Espinoza es el tercer caso ocurrido en lo que va de 2025 en la provincia de Tucumán. La semana pasada, María Verónica Leal fue asesinada en Mercofrut por su expareja, después de haber pedido ayuda a la justicia.
Días atrás, en Santa Fe, la hija más grande de Camila Ailén Espíndola, corrió a contarle a su abuela lo que acababa de ver: «papá mató a mamá». El de Camila se suma a las 14 muertes violentas que Mumalá registró en la provincia de Santa Fe.
Según detallaron en un informe, de las 14 muertes violentas, 7 fueron femicidios íntimos (2 son vinculados varón); 3 feminicidios (asesinatos en contextos de economías delictivas), sumado a 4 muertes violentas que continúan en investigación. En el mismo período hubo 22 intentos de femicidios.
Al respecto, Gabriela Sosa referente de Mumalá y oriunda de Santa Fe, expresó: «todas las políticas nacionales que siempre criticamos como escasas, hoy ni siquiera las tenemos, ni fueron reemplazadas en la dimensión que se necesita por los gobiernos provinciales y municipales”.
¿Qué pasa con los niños?
Les niñes también son víctimas de la violencia. Según el registro de Mumalá, durante este año 61 niñes quedaron huerfanes tras el femicidio de su madre. Incluso, como en el caso de les hijes de Camila, en San Fe, muchos deben enfrentarse a que es su propio padre quien asesinó a su madre.
En la misma línea, los hogares de las víctimas y sus hijes, los cuales deberían ser un lugar seguro, se vuelven los sitios más peligrosos cuando media la violencia de género. El 71% de los femicidios ocurrieron en la vivienda de la víctima y, en el 67% de los casos, el crimen fue cometido por una pareja ex pareja o familiar.