Desde el jueves 28 de noviembre, la capital de Georgia, Tiflis, ha sido escenario de intensas protestas y enfrentamientos entre manifestantes y la policía, tras el anuncio del Gobierno de suspender las negociaciones para la adhesión del país a la Unión Europea hasta 2028. Este movimiento ha desatado una serie de protestas que continúan en aumento, con más de 200 detenidos, mientras los manifestantes reclaman el cumplimiento de la promesa de integrar el país a la Unión Europea (UE).
La respuesta del gobierno ante el descontento
En un contexto de creciente frustración, las manifestaciones se han intensificado en las calles de Tiflis, especialmente en la céntrica avenida Rustaveli, donde los manifestantes se han enfrentado con la policía durante varias noches consecutivas. El balance de la noche del 2 de diciembre reveló que 224 personas fueron arrestadas, incluidos tres detenidos por cargos criminales. La policía, por su parte, ha tenido que enfrentar numerosos heridos en sus filas, con 113 agentes recibiendo atención médica, algunos de ellos hospitalizados.
El núcleo del conflicto: la congelación de las negociaciones con la UE
El detonante de las protestas fue el anuncio del primer ministro de Georgia, Irakli Kobakhidze, quien el jueves 28 de noviembre comunicó que el gobierno suspendía las negociaciones sobre la membresía del país en la Unión Europea hasta 2028, en un giro que fue considerado por muchos como un retroceso en las aspiraciones proeuropeas de Georgia. Esta decisión va en contra de lo estipulado en la Constitución del país, que considera la adhesión a la UE un objetivo clave.
Los opositores, incluidos figuras prominentes como la presidenta Salomé Zurabishvili, han criticado duramente al gobierno pro-ruso por este freno a las negociaciones. La situación ha provocado una división creciente dentro del país, y la movilización en las calles se ha visto acompañada de una fuerte represión policial, que ha incluido el uso de cañones de agua y otros equipos antidisturbios.
Represión y solidaridad internacional
A pesar de la represión, las manifestaciones no han cesado. Además de las protestas en Tiflis, también se registraron manifestaciones en otras ciudades importantes como Kutaisi, Zugdidi y Batumi. La oposición acusa al gobierno de estar alineado con los intereses de Rusia, en un momento crítico tras la invasión rusa a Ucrania, cuando Georgia ha solicitado formalmente su adhesión a la UE.
Desde la comunidad internacional, algunos analistas ya comparan las protestas de Georgia con los eventos del Maidán en Ucrania, señalando que podrían estar gestándose movimientos similares en el país del Cáucaso. Sin embargo, el Kremlin ha advertido que no intervendrá, mientras sigue observando el desarrollo de la situación.
¿Un nuevo escenario para Georgia?
El futuro de Georgia parece estar marcado por un camino lleno de incertidumbre, donde los ideales proeuropeos de la oposición se enfrentan a un gobierno que, según muchos, prioriza sus vínculos con Rusia. Los manifestantes no solo buscan la reactivación de las negociaciones para la adhesión a la UE, sino también una mayor inclusión y participación democrática en las decisiones del gobierno.
Las tensiones en Georgia continúan, mientras el país se encuentra en un cruce de caminos geopolíticos, sociales y económicos, que podrían marcar un punto de inflexión en su historia reciente.