Conformada por un nuevo elenco, este último mes volvió a escena “La Penúltima Oportunidad”, una comedia tan divertida como trágica, escrita por Rafael Bruza y ahora bajo la dirección de Alfredo Da Silva Lima.
Ganadora del Premio del Público en el Festival de Teatro Larroque 2019, la obra ofrece una experiencia única desde los primeros minutos, captando la atención del público y arrancándole risas genuinas.
Todo sucede entre tumbas y criptas, donde dos jóvenes muertas abordan temas como la soberbia, los celos, la deslealtad, el amor apasionado y la vulnerabilidad humana. Las funciones son los sábados desde las 20, en el Teatro El Tinglado (Mario Bravo 948, CABA).
Luego de seis meses de ensayo, el público porteño puede volver a disfrutar de esta trama tan original. Esta se desarrolla en el cementerio de un pueblo del interior, un escenario inusual que le otorga un aire especial a la historia. Aquí, dos mujeres deciden quitarse la vida al enterarse de la trágica muerte del hombre que ambas amaban.
Sin embargo, su destino termina llevándolas al más allá, donde se reencuentran en un inesperado y peculiar encuentro. En vida eran rivales y enemigas, acusándose mutuamente de diversas acciones. Ahora, como almas, se ven obligadas a enfrentar su pasado y su complicada relación.
El texto inteligente y picante de Bruza, tiene la particularidad de que estas mujeres narran sus vidas desde el cielo, añadiendo un delirio total a la obra. Y brindan momentos muy divertidos, por supuesto que hay mucho humor negro con toques de romance y drama, pero también un poco de doble sentido, lo que hace que la platea se ría de principio a fin.
Un texto divertido en buenas manos
La trama de “La Penúltima Oportunidad” guarda varias sorpresas que el espectador deberá descubrir por sí solo durante la obra. Desde lo cómico hasta lo profundo, se invita a reflexionar sobre la naturaleza humana, el amor y el destino, ya que despierta cuestionamientos sobre la existencia y el tiempo, la religión o la muerte, llevando al espectador a explorar la complejidad de la vida y las decisiones.
Estos temas llevarán a más de uno en la platea a confrontar temas universales con una mirada crítica y filosófica. Los diálogos entre las dos chicas son desopilantes, y las actuaciones resultan airosas, Solange Martinez como Marta, un personaje muy liberal y picante, y Rosario Albornoz como Juana, quien suma desparpajo y mucha comicidad.
Ambas conforman una dupla exquisita y generan risas desde su contrastante presencia física y postural. La química entre ambas es palpable, complementando de manera notable y manejando los tiempos de la comedia a la perfección.
La puesta de Alfredo Da Silva Lima logra dotar a la trama de una gran dinámica, con destacados elementos como el excelente diseño escenográfico a cargo de Jonatán Rossi y Marta Lete, que contribuyen a una puesta atractiva pero sencilla, que cuida todos los detalles que logra un ambiente justo para complementar la trama en escena.
Razones para darle una «oportunidad»
En resumen, “La Penúltima Oportunidad” es una delirante comedia negra, escrita en tono mordaz, y muestra de cómo el humor puede ser una excelente herramienta para abordar temas trascendentales, derribar barreras y tratar asuntos profundos.
Es interesante notar cómo el público reacciona a medida que avanza la trama. En un principio impactados por el humor negro, los espectadores poco a poco se familiarizan con el estilo del autor. Pero cuando comprenden plenamente el código de la obra, las risas aumentan.