Hace doce años, el 22 de febrero de 2012 a las 8:33 de la mañana, un tren de la línea Sarmiento, con más de 1000 pasajeres, chocó contra el andén de la Estación Once luego de que fallaran los frenos. El impacto provocó la muerte de 52 personas, mientras que 789 resultaron heridas, que en su mayoría eran trabajadores y estudiantes.
Tras los dos juicios orales realizados en los tribunales de Comodoro Py, recién en 2018 hubo 21 personas condenadas entre funcionaries, empresaries y el motorman. Al día de hoy, sólo el ex secretario de Transporte Ricardo Jaime está detenido en prisión, pero no por esta causa, sino por enriquecimiento ilícito y decenas de hechos de corrupción. El resto de les condenades recibieron beneficios como la libertad condicional o prisiones domiciliarias.
De los principales acusados, Juan Pablo Schiavi, quien era secretario de Transporte cuando ocurrió el hecho, cumplió dos tercios de la condena a cinco años y medio de cárcel debido a que el Tribunal Oral Federal N°2 le concedió la libertad condicional el 15 de noviembre de 2021. Al igual que se la dieron a Sergio Cirigliano, ex presidente de TBA y Marcos Córdoba, el maquinista, a quien se la otorgaron el 30 de septiembre de 2020.
La fatídica mañana de la Tragedia de Once
Era un miércoles caluroso que hacía de inicio de semana luego de los feriados por carnaval. El servicio TBA 3372, conocido como el “Chapa 16”, tren con más de 50 años de antigüedad, había salido de estación Moreno con más de 1000 pasajeres. Hacía dos semanas que la formación había vuelto a operar luego de haber estado por un largo tiempo en el servicio técnico debido a la falta de compresores.
El maquinista Marcos Córdoba recién tomó control de la formación en Castelar en reemplazo de Leonardo Ariel Andrada. El tren venía a una alta velocidad y frenando bruscamente en cada estación, pese a que tenía cerca de 2000 personas en su interior. Ingresaron al Andén 2 de Once a 27 kilómetros por hora y le fallaron los frenos.
La formación contaba con solo cuatro de los ocho compresores que necesitaba para funcionar correctamente. Esto es preocupante porque sin ellos puede sufrir algo que se llama “freno largo”, que provoca que el tren tarde más en frenar. A las 8:33 chocó contra los paragolpes de contención que había en la plataforma de la estación.
La mayoría de las víctimas estaban en los dos primeros coches del tren debido a que el segundo furgón se montó sobre el primero ya que no tenían dispositivos anti acaballamiento que hubiesen evitado que suceda. Las nuevas formaciones cuentan con este sistema.
El intento de privatización y los problemas que reflotaría
La tragedia de Once puso el tema de los ferrocarriles como prioridad nuevamente en la agenda gubernamental. Lo que significó nuevas inversiones y una mayor participación estatal para contrarrestar las privatizaciones ocurridas durante las presidencias de Carlos Saul Ménem.
El gobierno de Javier Milei busca volver a esa época. En su fallida Ley Ómnibus declaraba “sujetas a la privatización” a las cinco empresas ferroviarias estatales: Trenes Argentinos Operaciones (SOFSE), Trenes Argentinos Infraestructura (ADIF), Trenes Argentinos Cargas (TAC/BCYL), Trenes Argentinos Capital Humano (DECAHF), así como el holding ferroviario nacional Ferrocarriles Argentinos (FASE).
Las investigadoras del Conicet, Candela Hernández y Verónica Pérez, señalaron los problemas que traería esta nueva privatización: “Un nuevo avance privatizador significa la destrucción de los logros alcanzados y la pérdida de un recurso estratégico para el Estado en la garantía del derecho a la movilidad”.
En una carta “En defensa del sistema ferroviario argentino”, expertes alertaron sobre estas privatizaciones que significarían “la destrucción definitiva de los ferrocarriles argentinos”. Allí detallan que la privatización de la infraestructura podría significar, por ejemplo, liquidación de terrenos ferroviarios con destino inmobiliario, “una estafa al pueblo argentino”. Y señalan que todas las inversiones que permitieron una mejora en este sistema, en los últimos años, las realizó el Estado.
Esta semana, el Ministro de Economía Luis Caputo dijo, en una entrevista con el canal Todo Noticias, que los trenes pierden tres millones de dólares por día. En la carta se expresan en contra de pensar al ferrocarril desde el lado financiero “ya que los aportes que brinda a la sociedad exceden largamente sus costos operativos”.