“Viaje a Travestilandia”, “Por caminar en la calle te llevan”, “Militar pero con cositas”, son algunos de los títulares de diarios que se observan al ingresar a la muestra “Amorales. Un archivo de la prensa popular”.
La exposición se puede visitar en el Museo del Libro y de la Lengua, en la Ciudad autónoma de Buenos Aires (CABA). Estará disponible hasta el 30 de diciembre, de martes a domingo, de 14 a 19 horas.
Su objetivo es explorar cómo se nombraba a las disidencias sexuales en las décadas de 1970, ‘80 y ‘90. Lo hace a través del análisis del archivo de la editorial Sarmiento, que agrupaba al diario Crónica y las revistas Esto! y Así.
El gran cartel con títulos de noticias sobre el colectivo LGBT+ impacta. “Hay una mujer en mi cuerpo”, “El señor Vedette” y “Peste rosa” son otros de los cientos de encabezados de diarios que hay impresos en la pared y el piso. Es la puerta de entrada a un archivo que contiene muestras de la historia de las disidencias sexuales en el país.
Una historia entre líneas
Si escuchamos Crónica en la actualidad es imposible no asociarlo con la música que acompaña las clásicas placas rojas del canal de cable. Pero la muestra Amorales se basa en el archivo del diario homónimo, que ya desde su creación en la década de 1960, llevaba el eslogan “Firme junto al pueblo”.
La escritora y periodista María Moreno, directora de la exposición, recuerda palabras del creador del diario Crónica, Héctor Ricardo García: “Nada de eufemismos ni retorcimientos idiomáticos. La voz popular ha de recogerse para el mejor entendimiento de la información. El idioma argentino será nuestra manera de decir las cosas. A la verdad hay que gritarla en su mayor sencillez”.
Es en esa línea que en sus páginas se incluían artículos sobre el colectivo de la diversidad sexual. “En Crónica, las travestis de las noticias aparecen en la sección Policiales, a excepción de las que informaban sobre espectáculos y transformismo”, escribe María Moreno.
A su vez, agrega que las notas “que ilustraban sobre fiestas y otras acciones de los “suavecitos”, muestran fotos posadas y hasta algunas pertenecientes a sus álbumes personales”.
Desde esa lógica de mostrar todo, se visibilizaba al colectivo LGBTIQ+. “En muchos casos, era el único registro de la existencia de una compañera”, afirma María Moreno. Sin embargo, esta narración no era desde un lugar amable. “La cámara da visibilidad, pero a la vez escracha”, reflexiona la directora de Amorales.
Bancar la estigmatización para ser visible
Tras el impacto inicial de una gran pared impresa con titulares de noticias, la muestra Amorales simula un archivo antiguo. Fotos en blanco y negro y hojas de diario amarillentas delatan lo antiguo del material, que data de 1964.
En vitrinas, estantes, o pegadas en la pared se pueden ver artículos que retrataban la presencia en la cotidianidad argentina del colectivo LGBTIQ+. La mayoría son notas sobre mujeres travestis o la comunidad homosexual.
Algunas demuestran la forma despectiva con la que (hasta no hace mucho) se hablaba de las disidencias sexuales. Por ejemplo, grandes paneles de vidrio en el centro de la exposición comparten la entrevista que brindaron las integrantes de “Las Girls 71”. La nota las introducía como un “conjunto de “travestis” internacionales que han arribado a nuestro país, y se disponen a debutar en el escenario del teatro El Nacional”.
La forma en que comienza el artículo muestra cómo se hablaba de las mujeres trans en 1971. Explica cómo “la muchachada” del diario Crónica se revolucionó al ver llegar tan bellas mujeres, hasta que les advirtieron que “Ellas… son ellos”.
Pero la misma noticia, así como estigmatiza, introduce cuestionamientos que comenzaron a resolverse socialmente en los últimos años. “Todas, perdón, todos, -en realidad no sabemos cómo designarlas o designarlos-”. Increíble que, 50 años después, aún se continúe discutiendo el lenguaje inclusivo.
Otras notas comparten boletines del Frente de Liberación Homosexual, no desde la ironía o los estereotipos, sino como algo serio. Por ejemplo, se replicó un comunicado de esta organización de abril de 1973, sobre las elecciones de marzo de ese año que pondrían fin a la dictadura autodenominada “Revolución Argentina”.
Reconstruir años de maltrato
“Amorales” no solo es el nombre de la muestra, sino una de las formas con las que se denominaban a las personas del colectivo LGBTIQ+. “El calificativo de “amorales” se utilizó, según el investigador Omar Acha, ya en los años cuarenta, pero se refirió durante el peronismo al grupo específico conformado por los hombres que deseaban a otros hombres”, explica María Moreno.
La exposición también expone fotos del durante y después de brutales razzias policiales en fiestas y boliches gays. Por eso, al momento de inaugurar la muestra se aseguró que puede utilizarse para respaldar los pedidos de una Ley nacional de reparación histórica para personas travestis y trans, sobrevivientes de la violencia institucional.
El material pertenece al archivo del diario Crónica, que la editorial Sarmiento donó en 2014 a la Biblioteca Nacional. Son más de 3 kilómetros de papel, 550 muebles archiveros que abarcan desde 1964 hasta 2000. Recorren una gran variedad de temas, desde policiales, coberturas de eventos de la cultura popular, hechos deportivos e internacionales.