Una resolución presentada por el Estado argentino ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU) marca un hito trascendental al reconocer la importancia de las tareas de cuidado de niñes, adolescentes, personas mayores y con discapacidad desde una perspectiva de género.
En un giro significativo para los estándares internacionales, el Consejo de Derechos Humanos del organismo internacional aprobó por consenso la primera medida en este sentido.
Bajo el título “La Centralidad de los Cuidados y el Apoyo desde una perspectiva de derechos humanos”, este logro destaca la necesidad de abordar una cuestión que ha sido históricamente invisibilizada y que afecta de manera desproporcionada a las mujeres.
Una resolución de trascendencia
Según el Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad de Argentina, esta resolución de la ONU es de suma relevancia, ya que reconoce el impacto de la redistribución de los cuidados en la lucha por la igualdad de género y en el ejercicio de los derechos humanos de las mujeres.
En un comunicado oficial, el organismo destacó la trascendencia de este logro al subrayar que pone de manifiesto el papel crucial que desempeñan los cuidados en la promoción de la igualdad de género.
La medida también expresa profunda preocupación por los estereotipos de género arraigados en la sociedad, que han perpetuado la creencia de que las mujeres y niñas son quienes realizan de manera exclusiva o mayoritaria el trabajo de cuidados, tanto remunerado como no remunerado.
Esta percepción de género ha sido un obstáculo significativo para la independencia de las mujeres, su participación en el ámbito laboral y empresarial, su acceso a espacios de liderazgo y su educación. Además, contribuye a la feminización de la pobreza y a la persistencia de desigualdades en el disfrute de los derechos humanos.
El cuidado como trabajo no remunerado
El desequilibrio en la distribución de los cuidados no solo tiene un impacto negativo en la vida de las mujeres, sino que también influye en la dinámica de la sociedad en su conjunto.
La resolución de la ONU recalca la importancia de respetar, proteger y garantizar los derechos humanos de quienes brindan y reciben cuidados y apoyo. Esto incluye el derecho al cuidado y apoyo de niños, niñas y adolescentes, personas con discapacidad y personas mayores.
De esa manera, esta medida pone de relieve que el trabajo de cuidados, a menudo invisibilizado o subvalorado, es fundamental para el bienestar y el desarrollo de la sociedad en su conjunto.
En este contexto, es necesario comprender por qué las mujeres, en su mayoría, han estado al frente de la tarea de cuidar. Históricamente, fueron asignadas a estos roles en virtud de las expectativas de género arraigadas en la sociedad, que llevaron al género femenino a asumir la mayor parte de la responsabilidad del cuidado en el hogar.
A menudo, este trabajo, que incluye el cuidado de niñes, personas mayores y aquellas con discapacidad, es no remunerado y no se reconoce adecuadamente, lo que perpetúa las desigualdades de género.
La redistribución equitativa de los cuidados es esencial para lograr una sociedad más igualitaria. La resolución de la ONU subraya que una distribución justa de los cuidados es un requisito previo para el ejercicio de los derechos humanos en condiciones de igualdad. Esto significa que es crucial abordar y superar los estereotipos de género que han llevado a la sobrecarga de las mujeres en esta área.
Para lograrlo, es necesario que la sociedad, los gobiernos y las instituciones promuevan un cambio en la percepción de los roles de género y fomenten la participación activa de los hombres en las tareas de cuidado.
Este logro de la ONU resalta una vez más la relevancia de los cuidados en la agenda de los derechos humanos a nivel global. La resolución representa un paso importante hacia la construcción de una sociedad en la que los cuidados sean compartidos de manera equitativa y las mujeres tengan la oportunidad de participar plenamente en todos los aspectos de la vida social, económica y política.