Este miércoles la Real Academia Sueca de las Ciencias anunció a los ganadores del Premio Nobel en química. Los mismos fueron para Alexei Ekimov (Rusia), Moungi Bawendi (Francia) y Louis Brus (Estados Unidos), tres científicos que realizaron aportes útiles en componentes de nanotecnologías.
Con sus investigaciones, dichos científicos contribuyeron en el desarrollo de televisores a color y lámparas LED, al tiempo que pudieron ser llevadas al campo de la salud, por ello el reconocimiento.
La institución también valoró los resultados y las investigaciones de los tres científicos respecto a los “puntos cuánticos”. Dichos puntos son extremadamente diminutos, de apenas millonésimas de milímetros, y su tamaño determina sus propiedades.
Cabe destacar que el color de la luz que emiten es estimulado con la electricidad. Por ejemplo, los más pequeños son azules, y los más grandes amarillos y rojos.
En tanto, en el anuncio de premiación, la Academia nórdica señaló que “durante mucho tiempo nadie creyó que se pudieran crear partículas tan pequeñas, pero los ganadores de este año han conseguido justo eso”.
Nobel a la nanotecnología
Los tres científicos galardonados se desempeñan en Estados Unidos. Alexei Ekimov, físico ruso, perteneciente a la firma Nanocrystals Technology Inc., fue el primero en descubrir los puntos cuánticos en cristales durante la década de los ‘80.
Según un comunicado de la Academia Sueca, hasta ese momento, los físicos coincidían que, en teoría, las nanopartículas podían tener efectos cuánticos dependiendo de su tamaño, pero resultaba casi imposible esculpir partículas tan pequeñas. Por esta razón, muy pocos de ellos creían que este conocimiento podría tener consecuencias prácticas.
Pocos años después, el químico norteamericano Louis Brus, de la Universidad de Columbia, logró demostrar que los efectos cuánticos de las partículas que flotaban libremente en un líquido dependían de su tamaño.
Por su parte, en 1993, el químico francés Moungi Bawendi, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), transformó la producción química de puntos cuánticos, creando partículas casi perfectas. Además, “fue pionero en el desarrollo de puntos cuánticos que emiten luz muy pura”, según indicó el comunicado.
Nuevo abordaje para detección y tratamiento del cáncer
La institución que otorga el Nobel también precisó que “los investigadores creen que en el futuro se podría ayudar a desarrollar la electrónica flexible: sensores diminutos, células solares más delgadas y a la comunicación cuántica cifrada, por lo que acabamos de empezar a explorar el potencial de estas partículas diminutas”.
En la actualidad, los puntos cuánticos ya tienen aplicabilidad práctica: pueden ser empleados en la preparación de paneles solares y en sistemas de iluminación de pantallas basadas en tecnología QLED. Así lo indicó la publicación española Science Media Centre.
De acuerdo a la misma editorial, en el campo de la biomedicina, estos micro elementos permiten la obtención de imágenes a nivel intracelular, útiles en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades como el cáncer.
Estos puntos cuánticos componen uno de los sistemas más importantes de la nanociencia y, a su vez, se los ha llamado “átomos artificiales”. Este término se debe a que están construidos en laboratorio y “son capaces de confinar los electrones en regiones de tamaño minúsculo, miles de veces más pequeñas que el grosor de un cabello humano”.
Gracias a los puntos cuánticos se facilita el estudio de los electrones, puesto que los últimos, en la naturaleza, están “confinados dentro de los átomos” y su manipulación se vuelve muy costosa y compleja.
Respaldo al cientificismo
Lo significativo de premiar este tipo de descubrimientos y estudios estriba en que la decisión sostiene la idea de que sin ciencia de base y sin investigación no hay un campo adecuado para el desarrollo de aplicaciones tecnológicas o prácticas.
La distinción Nobel otorga la cifra de once millones de coronas suecas (920 mil dólares americanos), a repartir entre los tres premiados. El premio, que será otorgado el próximo 10 de diciembre por el Rey Carlos XVI Gustavo de Suecia en Estocolmo, se da en el aniversario de la muerte de Alfred Nobel, quien por medio de su testamento creó los conocidos galardones.
Previo a la reunión final de los jueces, los nombres de los científicos se filtraron por error en un comunicado de prensa de la Real Academia Sueca de Ciencias, unas horas antes del anuncio oficial.
Esta anticipación generó confusión, por lo cual la institución señaló: “Es muy desafortunado. Lamentamos profundamente lo sucedido”, así lo afirmó el Secretario General de la institución, Hans Ellegren. No obstante, el funcionario, remarcó que “la decisión final no se tomó hasta que el jurado se reunió justo antes del anuncio oficial”.