El Síndrome Pulmonar por Hantavirus (SPH) es una grave enfermedad viral transmitida por roedores, y su prevención se ha convertido en una prioridad para les investigadores del Instituto Nacional de Medicina Tropical (INMET).
Bajo la dirección de la doctora Isabel Gómez Villafañe y el doctor Daniel Salomón, la doctora Eliana Burgos, egresada de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y becaria del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), lidera esta importante investigación que estudia la eco-parasitología del SPH en diferentes zonas del norte de Misiones, con especial énfasis en el Parque Nacional Iguazú.
El estudio, que ya lleva dos años en desarrollo combinando labores de campo y análisis de laboratorio, ha proporcionado datos cruciales sobre el comportamiento de los ratones colilargos, una de las especies transmisoras de esta enfermedad.
La comprensión de cómo estos roedores se mueven, su preferencia por ciertas áreas y su abundancia en distintas épocas del año, ha permitido identificar patrones que serán fundamentales para diseñar medidas preventivas efectivas contra esta enfermedad.
En búsqueda de otros patrones para diseñar protocolos de investigación
El hantavirus es conocido por causar el Síndrome Pulmonar, una enfermedad viral aguda grave cuyo reservorio son los ratones silvestres. Estos roedores eliminan el virus en su saliva, heces y orina, lo que puede llevar a la transmisión a los seres humanos a través de partículas contaminadas inhaladas.
La sintomatología del SPH suele confundirse con otras enfermedades comunes, ya que presenta cuadros febriles inespecíficos y dolores de cabeza y de cuerpo. Cabe recalcar que el hantavirus no tiene un tratamiento específico ni vacunas preventivas eficaces para las variantes que circulan en Argentina.
Eliana Burgos trabaja en el INMET desde 2017, dentro de este proyecto que tiene como enfoque el estudio de la eco-parasitología del SPH en diversas zonas del norte de Misiones.
La investigación se ha centrado en analizar la presencia de hantavirus en las poblaciones de ratones, identificando los factores que favorecen la mayor cantidad de roedores portadores del virus, es decir, su prevalencia. De este modo, se busca identificar patrones temporales y espaciales que permitan diseñar programas de prevención ante una posible emergencia del síndrome pulmonar.
El ratón colilargo, transmisor de una de las variantes del SPH
El equipo logró identificar dos especies de roedores que actúan como reservorios de hantavirus: una de ellas el conocido ratón colilargo, transmisor de una de las variantes del virus que causa esta enfermedad en los humanos.
El estudio se ha enfocado en determinar en qué áreas del parque se encuentran estos roedores, su abundancia en distintos momentos del año y cómo se mueven dentro del ambiente selvático. Para lograrlo, utilizaron técnicas como el hilo rastreo, que permite identificar las rutas y movimientos de los roedores en el suelo y en los estratos de la vegetación, como helechos, árboles caídos y enredaderas, así como la preferencia por trepar a los árboles.
Además, el equipo empleó la telemetría, colocando transmisores en los roedores para seguir su actividad a lo largo del tiempo, determinando sus horarios y lugares de mayor permanencia dentro del Parque Nacional.
Los resultados sugieren que las épocas cálidas favorecen el aumento de estas especies, y que su mayor abundancia se encuentra en áreas más alejadas de los núcleos turísticos del Parque Nacional Iguazú.
En relación a los horarios y lugares de mayor permanencia de estos roedores en el Parque Nacional, Eliana Burgos explicó en diálogo con Télam: “Podemos identificar en qué momentos del día están más activos, así como el área de acción de cada individuo y el área de acción promedio de las especies. Esto nos permite comprender cuánto terreno necesitan estos roedores para asegurar sus funciones vitales básicas”.
Según comentó la especialista, en Argentina se reconocen cuatro regiones endémicas para el SPH, correspondientes al sur, centro, noroeste y nordeste del país. Estas áreas no solo difieren en las variantes de hantavirus y hospedadores presentes, sino también en la incidencia y tasa de mortalidad de la enfermedad.
La investigadora también mencionó que la región nordeste fue incorporada recientemente y es la que presenta una menor incidencia de la enfermedad.