El gobierno de España tiene en agenda tomar acciones sobre el accidente nuclear de plutonio que ocasionó Estados Unidos sobre su territorio, hace 57 años.
El 17 de enero de 1966 se produjo un accidente aéreo entre dos aviones militares estadounidenses cuando pasaban sobre la localidad de Palomares, municipio de Cuevas del Almanzora en la provincia de Almería. La consecuencia del hecho, que sigue vigente, fue la caída de dos bombas de plutonio que transportaban en el contexto de plena Guerra Fría.
El accidente se ocasionó durante una maniobra de reabastecimiento de combustible, donde un avión cisterna KC-135 debía proveer a un bombardero estratégico B-52. En consecuencia, el B-52 cayó con cuatro bombas termonucleares en su interior, y dos de ellas contaminaron con plutonio el suelo español.
En cuanto a víctimas fatales, fallecieron las cuatro personas a bordo del KC-135 junto a otros tres del B-52. Tres tripulantes del bombardero se salvaron al eyectarse del avión y gracias a la utilización del paracaídas.
Cuando se produjo el accidente, Estados Unidos estaba bajo la presidencia de Lyndon B. Johnson, quién asumió la responsabilidad del Salón Oval de la Casa Blanca tras el asesinato de John F. Kennedy en 1963.
En España, en ese entonces, aún regía la dictadura de Francisco Franco, quién resolvió concluir el problema con habilitar la presencia de militares estadounidenses destinados a limpiar la zona de los escombros.
Pese a ello, los desechos radiactivos nunca se removieron, y tras más de medio siglo siguen siendo un problema para les habitantes de Palomares.
Un acuerdo que nunca se cristalizó entre España y EE. UU.
57 años pasaron del accidente entre las aeronaves estadounidenses que afectó al territorio español, pero recién hace una década existen negociaciones sobre cómo solucionar el problema en torno a la contaminación causada. En la actualidad, en la zona de Palomares existen altos índices de radioactividad con sectores vallados sin acceso.
Por este motivo, en 2015 se llegó a un acuerdo político simbólico en el que Estados Unidos y España trabajarían en conjunto en la zona del desastre. En ese momento, en Madrid, se juntó el entonces ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo junto con quien fuese secretario de Estado de EE.UU., John Kerry.
El estadounidense expresó en su momento: “Hoy es un día de cumplimiento y celebración, en el que España ve sus intereses protegidos y Estados Unidos asume su responsabilidad”.
Pese al compromiso entre las partes, nunca se avanzó en la búsqueda de soluciones al problema. En este sentido, la diputada provincial Maribel Alarcón, declaró recientemente al medio RT: “Bajo mi punto de vista, el Gobierno de Estados Unidos tiene toda la responsabilidad porque fue quien ocasionó el problema”.
También agregó que “si bien es cierto que el problema ahora está en España”, “son los Gobiernos de España que tenían que haber metido más presión al Gobierno estadounidense para que resolviera este problema”.
En tanto, tras las últimas elecciones generales, el nuevo gobierno que se forme deberá tomar medidas referidas a la temática. Por un lado, tienen que resolver el dilatado conflicto en torno a la contaminación de plutonio, y por otro, deberán revisar el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima.
En este último caso, entra en juego la necesidad de desarticular las centrales nucleares y los residuos contaminantes.