Se acrecienta la tensión en la relación bilateral entre Argentina y Brasil, a partir de los últimos desaires de Javier Milei contra Lula da Silva luego de mantener una nueva reunión con el ex mandatario Jair Bolsonaro.
La situación de conflicto entre ambos lideres sudamericanos data incluso desde antes que Milei alcance la presidencia, cuando acusaba al mandatario brasilero de “corrupto y comunista”.
En el último capítulo de esta rota relación, Milei se ausentó de la Cumbre del Mercosur en Asunción para visitar al ex presidente Jair Bolsonaro al balneario Camboriú, en Santa Catarina.
Allí, durante la Conferencia de Política de Acción Conservadora (CPAC), el líder libertario señaló que el opositor brasilero es un “perseguido judicial”. A raíz de los sucesivos conflictos entre ambos presidentes, el embajador de Brasil en Buenos Aires, Julio Bitelli, fue llamado a consultas por lo que regresó a su país.
En primera instancia, el funcionario expresó: “La relación con Argentina está cambiando de manera muy profunda”. Sin embargo, al tiempo aclaró: “no hay ningún drama, tienen visiones distintas”, refiriéndose a los cruces presidenciales.
En tanto, Bitelli contó que su regreso a Brasilia es para “hablar con el Canciller, el Presidente y otros ministros para ver como llevar adelante la relación con Argentina, que está cambiando de manera muy profunda y cuya relación con Brasil es estratégica”. Se espera que la próxima semana el embajador regrese al Argentina para ocupar nuevamente su puesto.
En tanto, para bajarle el tenor al conflicto, explicó que no se trata de una “llamada de enojo”, sino en un contexto para “mapear oportunidades con esta nueva Argentina”, en palabras que brindó a Futurock.
El propio Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil publicó la noticia a través de X, donde confirmaron la reunión entre Lula, Bitelli y el ministro Mauro Vieira para tratar el estado de las relaciones bilaterales.
En este sentido, ambos países son grandes socios comerciales y buena parte de las exportaciones industriales tienen como destino el territorio brasilero. En esta área, uno de los sectores que se destacan es el automotriz.
El historial del conflicto entre Milei y Lula
El presidente Javier Milei se caracteriza por la descalificación ante todo aquel que no coincida con su mirada ideológica, lo que lo llevó a tener disputas con funcionarios de todo el mundo.
La tensión con Lula da Silva existe desde antes de que Milei se impusiera en las elecciones que lo depositaron como Presidente de la Nación. En aquellos tiempos, ya calificaba de “corrupto” y “comunista”, y prometía, falsamente, no hacer negocios con el mandatario brasileño (principal aliado comercial).
El mes pasado, cuando se celebró la Cumbre del G7, donde Milei y Lula no tuvieron interacción alguna. Al ser consultado, el mandatario de Brasil expresó: “No conversé con el presidente de Argentina porque creo que él debe pedirle disculpas a Brasil y a mí. Dijo muchas tonterías”.
Asimismo, recalcó: “Yo quiero a Argentina, es un país que me gusta mucho, es un país muy importante para Brasil, y Brasil es muy importante para Argentina”. Y aclaró: “No es un presidente de la República quien va a crear cizaña entre Brasil y Argentina”.
En respuesta, y lejos de disculparse, Milei redobló la apuesta: “Las cosas que yo dije encima son ciertas. ¿Cuáles son los problemas? ¿Qué le dije corrupto?”, se preguntó. Y continuó: “¿Desde cuándo hay que pedir perdón por decir la verdad?”.
Tras ello, recientemente Milei se ausentó de la Cumbre del Mercosur para reunirse con el ex mandatario Jair Bolsonaro, principal opositor al gobierno brasilero.
El conflicto del libertario es uno más de entre tantos que mantiene con otros mandatarios de la región. como lo fue el que mantuvo con el presidente de Colombia, Gustavo Petro; y el ex lider de México, Andrés Manuel López Obrador.
El problema de mayor tenor en el último tiempo fue la retirada de la embajadora de España de Argentina, tras la participación de Milei en la Convención del partido de ultra derecha Vox, en Madrid.
En aquella ocasión, el libertario catalogó de “corrupta” a la esposa del presidente Pedro Sánchez, lo que derivó en un llamado a consultas del gobierno español a la entonces embajadora, María Jesús Alonso, quién aún no ha retornado a la Argentina.