Como cada año, este 2 de abril se conmemora el Día del veterano y los caídos en la Guerra de Malvinas. En este marco se recuerda a los héroes nacionales que alejados de sus familias a muy corta edad tuvieron que defender el territorio nacional. Muchos de ellos practicaban deportes antes de ser convocados, otros se formaron como atletas y colaboradores en diversas disciplinas luego del conflicto armado.
Por ello, el deporte en sus distintas ramas a través de las instituciones realizan cada año un homenaje a quienes estuvieron al frente del batallón en 1982.
Los pibes de Malvinas que jamás olvidaré
Han pasado 41 años de aquella pérdida terrenal y humana. Mientras el desembarco argentino procedía en el archipiélago de América del Sur, lo deportivo continuaba su ritmo.
El refugio en muchos fue el deporte, como destacó Luis Escobedo: “ El deporte lo cura todo”. El ex combatiente fue futbolista previo a su llamado. Si bien había dado sus pasos en el césped, cuando llegó de Malvinas lo dejó en pausa. Finalmente se dio cuenta lo importante que era para él y retomó por los 18 años siguientes.
En aquella circunstancia de guerra, paralelamente se disputaba el Mundial de España 82 y los soldados escuchaban la justa mundialista por radio.
Un año antes de la guerra, los adolescentes tenían que cumplir con el servicio militar obligatorio. Rubén Carballo era un joven que había estado en 1981 en aquel requerimiento y en su tiempo libre practicaba boxeo. “Cata”, como es conocido, se “paleaba por todo y con todos”, no discriminaba tamaños, el siempre iba al frente. Una de esas peleas fue presenciar y defender las Malvinas Argentinas, tanto en campo como fuera. Ya que tiempo después del 2 de abril de 1982 tuvo que defender los colores patrios dentro de un cuadrilátero en los Juegos Olímpicos de los Ángeles 1984. Fue el representante argentino y, aunque no le fue bien, su vida dentro y fuera del ring continuó.
La elección propia de los voluntarios a Malvinas
La otra cara de la moneda destaca aquellos jóvenes que quisieron unirse al conflicto por decisión propia como un acto patriótico.
El caso de Ever Moriena, atleta argentino que decidió ser voluntario en las Malvinas, modificó su futuro a los 19 años. Antes de asistir al combate, andaba en bicicleta, los meses que pasó en las islas lo persiguieron por mucho tiempo.
Aún cuando ya se encontraba a salvo en su casa con los suyos, el dolor era latente y se refugió en el alcohol. Luego se dio cuenta que no podía continuar así, aunque había estado a punto de suicidarse, determinó que saldría de aquella depresión y malestar.
El deporte fue su mejor aliado. Con la rapidez que trabajaban sus piernas en la bicicleta, trasladó aquello a la superficie y empezó así su historia con el maratón. Posteriormente, sumó la habilidad de nadar y complementó su vida deportiva. “Le debo a Malvinas lo que soy hoy”, reflexionó el actual triatleta.
El deporte y la Islas Malvinas
El mundo deportivo se utilizó a lo largo de la historia para contextualizar cualquier tipo de evento. Sea por los medios de comunicación o por los propios protagonistas. El tema con las Islas Malvinas nunca fue ajeno.
Por un lado, las victorias en contra de los ingleses. Entre ellas se puede destacar la victoria con los dos goles de Diego Armando Maradona en 1966 contra Inglaterra. Pelusa hizo alusión de aquella “gesta deportiva” en honor a los caídos de Malvinas.
En relación a ello, muchas personas se sienten identificadas con el pensamiento de Julio Vazquez, ex combatiente y futbolista de Central español. Vazquez sostuvo que “ganarle a los ingleses es un placer siempre”.
Entre los homenajes que rinde el mundo deportivo a los héroes se pueden destacar los parches con el dibujo del archipiélago que los equipos nacionales portan cada año, mientras que otros muestran banderas. También diversas instituciones deportivas que tuvieron en sus filas a ex combatientes les rinden tributo.
Por otra parte hay fundaciones, como la de Rugby sin Fronteras que buscan una alianza por medio del deporte entre quienes fueron sus pares, los combatientes. La misión de la fundación es la hermandad. Los ex rugbiers combatientes entienden que los soldados ingleses, al igual que ellos, solo recibían órdenes.