El Sáhara Occidental, según lo estableció la Organización de las Naciones Unidas (ONU), es el último territorio africano pendiente de descolonización. La región, desde el año 1963, figura en la lista de «Territorios no autónomos» de la ONU, es decir de aquellos territorios donde sus pueblos todavía no han alcanzado la plenitud de un gobierno propio.
En la actualidad gran parte del Sáhara Occidental se encuentra ocupado por Marruecos, pero la franja oriental del territorio es controlada por la República Saharaui (RASD). Proclamada en el año 1976 gracias a la lucha del Frente Polisario, un movimiento que busca la autodeterminación del pueblo saharaui, la RASD cuenta con el reconocimiento de más de 80 países.
Si bien el conflicto por la soberanía del Sáhara Occidental entre ambos actores data desde mediados de la década de 1970, en los últimos dos años la tensión ha escalado a niveles considerables en la región. La ruptura de un alto el fuego que se encontraba vigente desde 1991, tras un movimiento de tropas marroquíes en un área restringida, llevó al Frente Polisario a declarar el Estado de Guerra en todo el territorio.
Un poco de historia
En la Conferencia de Berlín, inaugurada en noviembre de 1884, las grandes potencias imperialistas europeas se repartieron entre sí el continente africano. Fue en ese momento en que España, un imperio en decadencia en términos geopolíticos, se adjudicó los derechos sobre el Sáhara Occidental.
Sin embargo, a pesar de la presencia española en el territorio, durante muchos años la nación europea le restó importancia al enclave africano. No fue hasta 1961, con el dictador Francisco Franco en el poder, que España declaró oficialmente al Sáhara una provincia más de su Estado.
Durante esa década empezó a conformarse la lucha del pueblo saharaui por su autodeterminación, a partir de diferentes acciones reivindicativas de los habitantes originarios de la región. Unos años más tarde, en 1973, nació el Frente Polisario, que desde entonces busca la completa independencia del Sáhara Occidental.
En 1975, mientras era previsible la salida de España del enclave africano, Marruecos se anexionó de facto gran parte del Sáhara Occidental a través de la denominada Marcha Verde. Se estima que al menos 300 mil marroquíes ocuparon el Sáhara.
Fue este movimiento lo que generó que España, al retirarse, no realizará un referéndum para la autodeterminación del pueblo saharaui. Por el contrario, España cedió el control del territorio tanto a Marruecos como a Mauritania. Esta decisión fue tomada con el objetivo de evitar un conflicto principalmente con los marroquíes.
Por su parte, con el fin del colonialismo español, el Frente Polisario proclamó la formación de la RASD. Desde aquel entonces, la organización independentista combatió contra las fuerzas armadas de ambos países (aunque Mauritania se retiraria en 1979) con el fin de lograr la completa descolonización del Sahara Occidental. La guerra con Marruecos utilizó todo su poderío militar y se prolongó hasta el año 1991, cuando se firmó un alto el fuego.
El incidente que reanudó la guerra
Luego del alto el fuego, las autoridades marroquíes acordaron con el Frente Polisario la celebración de un referéndum para que la población saharaui pudiera elegir entre ser parte de Marruecos o, por el contrario, la independencia. Con la ONU como intermediaria, se estableció la MINURSO (Misión de las Naciones Unidas para el referéndum del Sahara Occidental), que además de supervisar el alto el fuego debía lograr la implementación del referéndum. No obstante, la negativa marroqui de llevarlo a cabo ha estancado las negociaciones para su realización en las últimas 3 décadas.
En ese marco, con las salidas diplomáticas totalmente bloqueadas, cualquier incidente era capaz de reavivar el enfrentamiento pausado en 1991. Ese incidente sucedió el 13 de noviembre del 2020, cuando unidades militares de Marruecos cruzaron una franja que el Frente Polisario considera ilegal en la zona de Guerguerat, desencadenando un tiroteo entre ambas fuerzas. Rápidamente, la República Saharaui denunció que Marruecos violó el acuerdo firmado en 1991 y se declaró en Estado de Guerra desde aquel día.
En este sentido, aunque Marruecos niega estar en guerra con el Frente Polisario, se han sucedido enfrentamientos militares desde la ruptura del alto el fuego. Sin embargo, no existen datos confiables de los combates, personas heridas o fallecimientos. El principal motivo es que Marruecos ha negado la entrada de observadores internacionales, a pesar de las reiteradas denuncias, que puedan verificar lo que sucede en el Sahara Occidental. Actualmente, el conflicto no solo existe, sino que provoca preocupación en la Comunidad Internacional.