Este martes, en Moscú, Vladímir Putin realizó un contundente e importante discurso en la apertura de sesiones parlamentarias en Rusia. En el tradicional evento anual, el mandatario ofreció un completo análisis de la situación nacional en el conflicto con Ucrania, el enfrentamiento con Occidente, la resiliencia de la economía e importantes definiciones en clave geopolítica.
El conflicto en Ucrania
En primer lugar, a menos de dos días de cumplirse el primer aniversario del conflicto Rusia y Ucrania, el presidente ruso volvió a recordar los motivos que lo llevaron a tomar la decisión que tuvo un impacto a nivel mundial.
Según sostuvo Putin, la Operación Militar Especial se debió a tres motivos. En primer lugar, para proteger a las personas de la región del Donbass. Luego, para garantizar la seguridad de Rusia. Y por último, para eliminar la amenaza neonazi, que según explicó el mandatario, se apoderó de Ucrania tras el golpe de Estado en 2014.
En ese sentido, señaló que, mientras Rusia buscaba una solución pacífica al conflicto, “a nuestras espaldas se tramaba un plan diferente”. De esta manera, Putin denunció que “como podemos ver ahora, las promesas de los líderes occidentales resultaron ser una farsa”.
En la misma línea, el mandatario del gigante euroasiático condenó el rol de Estados Unidos, junto con la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) como su brazo militar internacional, para provocar e incitar el estallido bélico. “Este espantoso método de engaño ha sido probado muchas veces antes, se comportaron con la misma desvergüenza en Yugoslavia, Libia, Siria e Irak”, apuntó.
Del mismo modo, la máxima autoridad de Rusia remarcó que las élites occidentales, gracias a una hegemonía de largos siglos, “se acostumbraron a que se les permitiera todo”. En este contexto, destacó: “Estábamos dispuestos a entablar un diálogo constructivo con Occidente en respuesta, recibimos una reacción confusa o hipócrita”.
Para el mandatario, esta hipocresía no solo se expresó en palabras, sino también a través de acciones como la expansión de la OTAN en Europa del Este.
A su vez, Putin precisó: “No estamos en guerra con el pueblo de Ucrania”. Y afirmó que este último se ha convertido no solo en rehén del régimen de Kiev sino también de sus manipuladores occidentales.
Según señaló el Jefe de Estado, el objetivo de la élite occidental es “la derrota estratégica de Rusia” lo que significa, en otras palabras, que “planean convertir un conflicto local en una confrontación global”. Sin embargo, el líder de la potencia euroasiática advirtió que “es imposible derrotar a Rusia en el campo de batalla”.
La batalla económica
“Occidente no solo ha abierto una guerra militar e informativa contra nosotros, sino que también busca combatirnos en el frente económico”, enfatizó Putin. En este sentido, el presidente ruso advirtió que “quienes iniciaron las sanciones se están castigando a sí mismos”, en una clara alusión al efecto boomerang que trajo las sanciones impuestas a Rusia desde la Unión Europea (UE).
En relación a la fiebre sancionadora de Occidente, el mandatario explicó los mecanismos por los cuales se buscó destruir a Rusia en el campo económico. “Intentaron interrumpir los lazos económicos con empresas rusas, privar al sistema financiero de sus canales de comunicación para cerrar nuestra economía, aislarnos de los mercados de exportación, para socavar nuestros ingresos”, afirmó.
Asimismo, Putin precisó que “también robaron nuestras reservas, trataron de depreciar el rublo e intentaron llevar la inflación a niveles destructivos”.
No obstante, previo a detallar las medidas que su administración llevó adelante para lidiar con los efectos de las sanciones, el Presidente indicó que “la economía rusa, así como su modelo de gobierno, demostraron ser mucho más resistentes de lo que pensaba Occidente”.
Una decisión de gran impacto geopolítico
En la parte final de su discurso, Vladímir Putin anunció una relevante decisión tomada por su gobierno: suspender la participación del Estado euroasiático en el Tratado START III. El acuerdo, puesto en marcha en 2011, limitaba la posesión, tanto a Rusia como EEUU, de arsenales estratégicos.
Entre otras menciones, el presidente ruso recordó que, en febrero de este año, la OTAN había exigido al país euroasiático volver a la implementación del Tratado, como así también a permitir inspecciones de instalaciones nucleares rusas. “Ni siquiera sé cómo llamar a esto. Es una especie de teatro del absurdo”, sostuvo.
Para finalizar, Putin precisó que “sabemos que Occidente está directamente involucrado en los intentos del régimen de Kiev de atacar nuestras bases estratégicas de aviación”. Según el líder ruso, en relación a las exigencias atlantistas, “en las condiciones actuales de confrontación, simplemente suena loco”.
En este marco, afirmó que tanto el Ministerio de Defensa como el Rosatom (la empresa nuclear más grande de Rusia) deben generar las condiciones para que el gigante euroasiático realice pruebas nucleares. “No seremos los primeros en proceder con estas pruebas, pero si Estados Unidos sigue adelante con ellas, también lo haremos”, sentenció.