El Papa emérito Benedicto XVI falleció este sábado, a los 95 años de edad, en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Según anunció la Oficina de Prensa del Vaticano, el funeral se realizará el próximo jueves en la Plaza de San Pedro y será presidido por el Papa Francisco.
El portavoz de la Santa Sede, Matteo Bruni, informó en una conferencia de prensa que Joseph Ratzinger recibió, a sabiendas de su deteriorado estado de salud, la extremaunción el pasado miércoles. El director de la Oficina de Prensa del Vaticano, además, afirmó que el papa emérito alemán pidió que los funerales fueran “solemnes pero bajo el signo de la simplicidad”.
Una renuncia histórica
El 11 de febrero del 2013, tras ocho años como jefe de la Iglesia Católica, Benedicto XVI sorprendió al mundo cristiano con el anuncio de su dimisión del máximo cargo eclesiastico. La última vez que se había registrado algo así había sido en 1415 con la dimisión de Gregorio XII en medio de una profunda crisis de la iglesia y de la autoridad papal.
La situación de Benedicto XVI, salvando las enormes distancias, comparte características con las de su antecesor papal en materia de renuncias. Si bien el obispo alemán alegó que sus problemas de salud fueron los causantes de la dimisión, numerosos escándalos habían manchado su papado y su autoridad era cuestionada.
La decisión de Ratzinger se concretó de manera efectiva el 28 de febrero del 2013 y trece días después Jorge Mario Bergoglio se convirtió en Francisco I y Benedicto XVI en Papa emérito. Una Iglesia Católica que pierde fieles en todo el mundo y necesitada de una renovación impacto en la elección del Colegio Cardenalicio.
De esta manera, el papado de Benedicto XVI, quien fue el sucesor de Juan Pablo II, será recordado por representar la cuarta vez en la historia que un papa renunció a ser la máxima autoridad de la Santa Sede. Sin embargo, su dimisión fue de gran trascendencia y abrió la puerta para que los Sumos Pontífices puedan tomar la misma vía. Por su parte, Francisco, en una entrevista con el diario español ABC a mediados de diciembre, confirmó que ya firmó su renuncia frente a un posible agravamiento de salud.
Los escándalos de Ratzinger
El papado de Benedicto XVI estuvo plagado de escándalos y hechos que afectaron la imagen no sólo del Sumo Pontífice sino de toda la Iglesia Catolica. Estos profundizaron una crisis que ocurrió hacia finales del papado de Juan Pablo II e iniciaron en el principio del periodo de Ratzinger como el nuevo Sucesor de San Pedro.
Para empezar, tras su designación en el año 2005, se conoció masivamente la historia del ex cardenal alemán. Los medios del mundo hablaron de su paso por las Juventudes Hitlerianas en 1941 y se le atribuyo un pasado nazi. Ratzinger, que había admitido el hecho en su biografía, sostuvo que estuvo obligado por las leyes del Tercer Reich.
El paso de Benedicto XVI por el Vaticano, sin embargo, contó numerosos casos de abusos, pedofilia y pactos de impunidad dentro de la Iglesia Católica que mancharon su papado. En el año 2010, en base a revelaciones periodísticas, Benedicto XVI fue acusado de haber encubierto a un sacerdote alemán cuando era arzobispo de Munich.
Un informe ordenado en enero del 2022 por el cardenal Reinhard Marx acusó a Ratzinger de negligencia en el manejo de 4 casos y reveló más casos de abuso en la ex diócesis de Ratzinger. El posible delito lo persiguió hasta sus silenciosos últimos años y en noviembre del saliente año informó su decisión de testificar en el proceso judicial que se lleva adelante en Alemania. Sin embargo, su fallecimiento no permitió la imagen del primer papa de la historia en ser llevado a testificar.