Jantje Friese y Baran bo Odar pueden ser nombres poco conocidos, pero podría afirmarse que son dos de las figuras más influyentes de Netflix. Su serie de ciencia ficción, Dark, fue el primer original en alemán de la plataforma de streaming y demostró ser un éxito entre el público y la crítica de todo el mundo. De esta forma, allanó el camino para que otras producciones internacionales desembarquen en los servicios de transmisión.
Dos años después del final de su drama de conspiración, que incorpora universos paralelos y viajes en el tiempo, el equipo de Dark regresa a Netflix para una nueva producción en forma de rompecabezas de terror y misterio, la serie 1899.
Puede que no tenga la novedad de Lost (J.J. Abrams & Damon Lindelof) e Inception (Christopher Nolan, 2010), ni proponga los planteos filosóficos profundos de Westworld (Jonathan Nolan & Lisa Joy), pero la producción es una bestia formidable que emana suspenso durante ocho episodios completos.
“1899” rompe las barreras de la comunicación oral
La historia sigue a les pasajeres y tripulantes del Kerberos, un barco que surca el Atlántico en el último año del siglo XIX. A bordo de la embarcación están los sueños de miles de personas que esperan encontrar una vida mejor en Estados Unidos, en un momento en que el país es un faro de esperanza para el resto del mundo.
Así como Dark se apoyó en gran medida en las diferencias culturales de distintas décadas en Alemania, el trasfondo histórico de 1899 permite a Friese y bo Odar explorar la naturaleza multicultural de Europa. En este sentido, presenta un elenco internacional de personajes provenientes de todos los rincones del Viejo Continente.
Y en una brillante decisión creativa, les showrunners buscaron estrellas de todo el mundo para asegurar que sería fiel a las muchas lenguas presentadas. Si bien el inglés es el idioma común de la serie, hay un esfuerzo excepcional para permitir que personas de diferentes nacionalidades hablen su lengua materna.
El idioma también es la mayor barrera para la comunicación, ya que las personas se ven obligadas a trabajar juntas aunque no se entiendan entre sí. Al explorar la precisión de las barreras del idioma, se termina subrayando cómo, a pesar de sus diferencias, los humanos pueden unirse cuando el peligro los amenaza, encontrando formas de comunicarse que no dependen de las palabras.
La elección entre los personajes y la trama
Desde el principio, 1899 tiene una gran ventaja frente a Dark, ya que hace que la audiencia se preocupe por su elenco de personajes. Hay algo extraño con Kerberos, y el misterio de lo que sucede allí es lo que impulsa la trama.
Sin embargo, cada personaje es un rompecabezas en sí mismo. A medida que se desarrollan sus historias, se comprende cuáles fueron las motivaciones que les impulsaron a subirse a bordo.
Cada episodio de la serie se centra en una constelación de personajes diferente, mostrando cómo se relacionan estas personas y por qué están en el barco. La estrategia es muy eficiente para mantener a les espectadores interesades.
Desafortunadamente, a medida que la serie se acerca al final de temporada, 1899 abandona el crecimiento del personaje en favor de revelaciones alucinantes que socavan las apuestas emocionales del programa.
Cuando Dark se estrenó en Netflix, les espectadores no sabían qué esperar, lo que llevó a que las impactantes revelaciones del programa fueran muy efectivas. Sin embargo, la audiencia de 1899 está lista para ser engañada por los showrunners, lo que significa que buscarán pistas en cada cuadro de la serie.
Una temporada que parece un prólogo
Sabiendo muy bien que el misterio es el mayor punto de venta de sus producciones, Friese y bo Odar no tardan tanto en quebrar la percepción del espectador y llevarlo a cuestionar la realidad. Esa estrategia les permite presentar una historia que es al mismo tiempo compleja y fácil de seguir, ya que tanto les creadores como la audiencia comparten la misma frecuencia. El efecto secundario es que el misterio roba la atención que debería corresponder a los personajes.
Los showrunners tienen un control impresionante sobre la narrativa, utilizando imágenes inteligentes para ocultar información para que les espectadores la encuentren en los lugares menos sospechosos. Pero para que un programa tenga éxito a largo plazo, debe haber personajes importantes con historias significativas.
Y si bien 1899 logra construir un rompecabezas que es al mismo tiempo brillante y accesible, no logra interesar a la audiencia para que aliente el futuro de sus mejores personajes. Cuando aparecen los créditos en el final de temporada, se ha subvertido de tal forma que tanto sus victorias como sus fracasos no tienen ningún otro propósito.
Dark funcionó mejor como una pieza holística, mientras que el valor completo de 1899 está en su supuesto arco de varias temporadas, uno que todavía se siente inacabado. Como consecuencia, estos ocho episodios convierten a la primera temporada en una especie de prólogo, configurando las piezas antes de revelar el tablero en el que se posaran.