El fútbol no es para siempre y los futbolistas lo saben, al igual que los hinchas, pero siempre se derrama una lágrima cuando dice adiós un histórico. Aún más si la difícil decisión se toma de manera obligada por consecuencias deportivas.
En los últimos días anunció su retiro el francés Franck Ribéry, ídolo del Bayern Munich de Alemania, debido a una lesión que arrastraba en su rodilla derecha. Su último club fue el ascendido Salernitana de Italia.
Es así que uno de los mejores futbolistas de los últimos tiempos le dice adiós al fútbol a los 39 años y con 22 temporadas como jugador profesional.
“A pesar de los esfuerzos que he hecho en los últimos tres meses, el dolor en mi rodilla ha empeorado”, explicó el francés en un doloroso video. Además añadió que “los médicos lo tienen claro: no tengo más remedio que dejar de jugar. Así que tengo que terminar mi carrera como jugador profesional”.
El pasado 14 de agosto fue su última función con el conjunto italiano, pero la lesión en su rodilla lo obligó a parar. De este modo se perdió los últimos nueve encuentros de su equipo y por tal motivo los rumores de su retiro ya circulaban por Europa hacía semanas. “Si he logrado completar casi 20 años de carrera es porque en los momentos difíciles estuvieron conmigo”, aseveró Ribéry para quienes lo han apoyado.
Además, muy acongojado, sostuvo que “este es el final de un capítulo, mi capítulo como jugador, pero no el final de mi historia profesional”. Por lo que luego agregó: “De eso pueden estar seguros, así que los veré más tarde para el comienzo de un nuevo y hermoso capítulo”. Por último brindó todo su agradecimiento a quienes lo hicieron ser lo que fue.
“Este es el final de un hermoso capítulo en mi vida, pero también es el momento de decir gracias a todos aquellos sin los cuales no sería quien soy”, afirmó Ribéry. Sin dejar de lado a nadie sostuvo: “Primero que nada a mi familia porque sin ustedes nada hubiera sido posible”. Luego añadió: “Obviamente a los jugadores y entrenadores con los que he compartido momentos increíbles y altibajos enormes”. Para cerrar destacó que “sin olvidar a los directivos y staff de los clubes donde he tenido la oportunidad de jugar”.
Un inicio de carrera problemático
El oriundo de Boulogne-sur-Mer, en Francia, nació el 7 de abril de 1983, y tuvo su esperado debut como profesional en el 2001 con la camiseta del Boulogne. En su primera temporada disputó cuatro partidos. En campañas posteriores pasó por varios equipos como Olympique Alés, Stade Brestois 29 y el FC Metz, como el más importante. A inicios del 2005 daría su gran salto dentro del plano europeo al ser fichado por el Galatasaray de Turquía.
Su estadía en territorio turco se vio involucrada en diversos altercados policiales y delictivos, por lo que a mediados del mismo año abandonaría la institución. Con el conjunto turco obtuvo la Copa del país, donde marcó un gol fundamental en las semifinales.
Luego de su desacato deportivo fichó para el Olympique de Marsella, club en el que estuvo hasta el 2007. Por su parte, el Galatasaray recurrió a la FIFA por la situación, pero la causa se decidió a favor del futbolista por el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS).
Una leyenda en Alemania
Con el conjunto francés solo obtuvo la extinta Copa Intertoto en dos ocasiones, campeonato organizado en un tercer nivel europeo. De un torneo clasificatorio a la Europa League pasó a ser uno independiente en 1995 con una reestructuración aunque dejó de jugarse en 2008. En 2007, Ribéry fue adquirido por el Bayern Munich, club con el que firmó un contrato hasta mediados del 2011.
Nunca se dio a conocer de manera oficial el costo de la transacción, pero se especuló que rondaba los 30 millones de euros. Ese monto representaría en aquel momento la compra más cara de la Bundesliga en la historia. En total estuvo once años consecutivos con el cuadro bávaro, cuando en diciembre del 2018 el propio futbolista anunció que no continuaría en Alemania. Esto se dio tras perder consideración del técnico.
Durante todo el tiempo que estuvo en el club, salvo en 2009 y 2011, siempre se consagró campeón de algún torneo. A nivel nacional obtuvo nueve ligas, siete copas y cinco supercopas del país. En cuanto a lo internacional, en 2013 sumó además la Champions League, Supercopa de Europa y el Mundial de Clubes; este año consiguió cinco de los seis títulos anuales. Además ese mismo año recibió la distinción al mejor jugador en Europa.
Luego de cerrar su ciclo con el multicampeón alemán, se habló mucho de su futuro debido a varios clubes interesados. Finalmente, el destino hizo que desembarcara en Italia. En agosto del 2019 se oficializó su llegada a la Fiorentina, donde se quedó durante dos temporadas, aunque siempre dijo que quería seguir allí.
Lo que pudo lograr es quedarse en Italia ya que en septiembre del 2021 arregló con el Salernitana. Sin embargo, un año después anunciaría su retiro como futbolista. Su idea a futuro es integrar el cuerpo técnico del club italiano.
Un hombre de Selección
Su gran debut con la Selección de Francia se dio en el 2006, ni más ni menos que en el Mundial que se jugó en Alemania. Su convocatoria provocó polémica en su país porque implicó que quedase fuera el jugador del Barcelona, Ludovic Giuly, gran promesa del momento.
En ese campeonato el conjunto francés sería subcampeón del mundo al caer ante Italia en el famoso partido del cabezazo de Zinedine Zidane a Marco Materazzi con arbitraje del argentino Horacio Elizondo.
Por otro lado, también disputó la Eurocopa de 2008 y 2012, donde quedó eliminado en fase grupos en la primera, y en cuartos de final durante la segunda. En ninguna edición pudo convertir a pesar de jugar todos los partidos. Por último también fue partícipe de la Copa del Mundo del 2010, aunque su selección quedaría eliminada en la primera fase.
En mayo del 2014 fue incluido por Didier Deschamps en la lista final de 23 futbolistas para el Mundial de ese año. Aunque una dolencia de lumbalgia, que arrastraba hace cinco meses, hizo que se retirara de la misma días después.
Esa lesión lo obligó a dar un paso al costado de la selección nacional tres meses después. De este modo marcó solo un gol en su primer Mundial, donde jugó los siete partidos y en total anotó 16 tantos en 81 encuentros con la casaca francesa.