La Fundación Jóvenes es un organismo sin fines de lucro cuya misión es favorecer la inclusión social. Con el objetivo de erradicar y prevenir diferentes problemáticas sociales realizan, desde el año 2014, intervenciones y actividades en Goya, Corrientes. Para conocer más sobre ella, Nota al Pie dialogó con Fernanda Esmay, psicóloga y presidenta de la fundación.
Respecto a su origen, Esmay aseguró: “La fundación nace con el espíritu de prevenir flagelos y problemáticas sociales, tratar de fortalecer nuestros entramados culturales”. También explicó que para lograrlo trabajan “siempre desde un posicionamiento crítico y con los pilares fundamentales que son el acceso de la salud, la educación y la inclusión social”. En este mismo sentido, remarcó que la visión de la educación es considerada como el verdadero “motor de cambio” en una sociedad.
A lo largo de los años se sumaron cada vez más voluntaries que se organizan en distintas líneas de acción. Si bien las actividades abarcan a las infancias, a les adolescentes y adultes, les protagonistas son les jóvenes. Además, gracias al arduo trabajo realizado, en la actualidad la fundación realiza tareas en conjunto con otras instituciones de la ciudad de Goya; quienes también se benefician con las actividades.
“La sociedad recibe muy bien nuestro trabajo, aunque todavía hay un desconocimiento, pero cuando lo hacen se maravillan de la cantidad de cosas que hacemos, y porque no pueden creer que lo hagamos gratuito”, comentó la presidenta de la fundación.
Hacer realidad las ideas que ayudan
Fernanda es hija de una madre docente y un padre herrero. Desde pequeña se familiarizó con distintas situaciones de desigualdades. Situaciones que, según ella, condicionan, pero que no determinan. Las mismas la llevaron a luchar por cambiar las realidades de la gente de su ciudad. Para hacerlo estudió en Rosario, y a través de “Médicos del Mundo” comenzó a trabajar con casos de vulnerabilidad social.
“Trabajamos con personas en situación de calle y de encierro. Desde ahí conocí y desarrollé un estilo de vida de querer trabajar con personas”, comentó. En este sentido, agregó: “siempre se dice que son personas vulnerables, pero yo considero que no existen las personas vulnerables, sino las personas vulneradas”.
En lo que refiere a las distintas situaciones de trabajo, Esmay aseguró: “siempre tuve la sensación de que llegábamos tarde. Cuando la bomba ya explotó, cuando el pibe se dio una sobredosis, cuando la familia ya se fragmentó”. A partir de esto, comenzó a reflexionar en la necesidad de pensar en la prevención de las problemáticas. “Me puse a laburar en este sentido para prevenir ciertos flagelos sociales, que son propios de nuestros entramados culturales”, dijo.
La fundación nació con una misión difícil de cumplir, pero con la certeza de que la realidad de muches cambiaría. Para ello, se accionan distintos dispositivos; por ejemplo los de promoción de derechos en infancias y adolescencias, dispositivos terapéuticos, y con las personas privadas de su libertad del penal 8. Sobre los mismos Esmay aseguró “hay buena recepción de parte de los internos y de las autoridades”.
Combatir la desigualdad
El trabajo de la Fundación Jóvenes articula el voluntariado de muchas personas, pero no recibe ayuda estatal. Sin embargo, a través de cada actividad, la comunidad se interioriza más y más en las tareas de la institución. De esta manera, la presidenta contó que el crecimiento de la fundación se da de forma progresiva. “Está bueno crecer de a poquito, porque no tenemos la estructura como para responder a una demanda muy grande”, expresó.
No obstante, en la actualidad existen muchas carencias que “son muy visibles y están muy marcadas”. Esmay afirmó que en esta época (la de fin de año) es donde más se siente la angustia y se ve la desigualdad social. “En Goya se ve la inversión del Estado solo en el casco céntrico, porque diez cuadras al Sur o al Este no hay agua potable; cloacas; alumbrado público y la gente no tiene techo digno”, denunció.
La fundación, a través de asistencia y de las herramientas necesarias para fortalecer la inclusión social, intenta estar presente en las zonas más vulneradas. Entre las actividades que realizan se encuentran talleres de ajedrez; escritura; electricidad; arte y pintura; dispositivos terapéuticos en grupo; testeos y acompañamiento para personas con VIH.
En este aspecto sostuvo: “decir que vivimos en igualdad de oportunidades es mentira; decir que la educación pública nos da las mismas oportunidades a todos es mentira; decir que el acceso a la salud, por ser universal, es gratuito es mentira, y lo que más duele son esas desigualdades concretas”.
Misiones solidarias
La palabra que identifica a les voluntaries de la fundación es “compromiso». Un compromiso que les inspira todos los días. A su vez, Exmay expresó: “quienes trabajamos en la fundación entendemos que la felicidad nunca es plena, porque sabemos que hay gente que no tiene lo mínimo para tener una calidad de vida digna”.
En este sentido, la presidenta reconoció que el trabajo que realizan es muy difícil, ya que demanda de tiempo y esfuerzo ad honorem. Además, el grupo de trabajo no es ajeno a las dificultades que constantemente deben afrontar. Sin embargo, según comentó la psicóloga, los fortalece el saber que “hay un montón de gente afuera que sienten esperanzas cuando nos ven y más cuando sentimos que podemos hacer la diferencia en alguien”.
La Fundación Jóvenes es una gran familia en donde el trabajo por les demás es el valor agregado. Dicha labor, les ofrece una nueva oportunidad a quienes la necesitan. Así, les voluntaries construyen nuevos caminos y demuestran, con cada acción, que las cosas pueden cambiar.
Sobre sus motivos, Esmay expresó: “no imagino una vida indiferente hacia necesidades de otras personas, no me imagino estar sentada en mi casa tomando mates mientras pasan estas cosas”.
Por último, agregó que nada de lo que se hace sería posible sin el apoyo de les voluntaries y de su familia. “Para mí la vida tiene sentido si podemos hacer algo por los demás”, concluyó.