El próximo 5 de septiembre se cumplirán 50 años del atentado y toma de rehenes en los Juegos Olímpicos (JJOO) en la ciudad de Múnich. El sangriento acontecimiento fue elaborado por una organización terrorista palestina que se hacía llamar Septiembre Negro y fue fundada en 1970. En aquel entonces, el epicentro fue la Villa Olímpica, donde perdieron la vida once miembros de la delegación israelí, un policía alemán y cinco terroristas.
Medio siglo después de lo ocurrido, Alemania indemnizará a las víctimas de aquella masacre de 1972. Ante este gesto por parte del Gobierno germano, el canciller Olaf Scholz mostró su “satisfacción” por el “resultado positivo” del acuerdo al que se llegó. En base a lo brindado por la televisión pública alemana ARD, se contempla el pago de 28 millones de euros. Del total, 22 irán a cargo del Gobierno federal y el resto lo cubrirá la ciudad de Múnich y el “Land” de Baviera.
Indemnización para las familias de las víctimas en el Septiembre Negro
El portavoz del Gobierno alemán, Steffen Habestreit, expresó que el acuerdo logrará “recordar con dignidad a cada una de las víctimas”. Además, sostuvo que “la dimensión política sigue siendo actual” en relación a lo que genera aún el atentado de los JJOO. La semana que viene se llevará a cabo una ceremonia en Múnich con la presencia del presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, y el de Israel, Isaac Herzog.
A pesar de lo que el gobierno prepara, les allegades de las víctimas tomaron la decisión de no asistir al evento como protesta. Califican de “insuficiente” la oferta de indemnización, menos de la mitad de lo pactado ahora.
Además, reclaman que aún sigue sin realizarse una investigación objetiva de lo sucedido. La ceremonia en cuestión tendrá lugar en la misma base militar en la que se orquestó la fallida operación de liberación.
De igual manera, es cuestión de esperar al próximo lunes, día en que se realizará el evento de conmemoración, ya que les familiares amenazaron con boicotearlo.
En un principio, asistirían pero al conocer el monto de la indemnización decidieron no hacerlo. La consideran menor a lo que debería ser en realidad.
Por otro lado, Alemania desclasificará todo documento relacionado a la toma de rehenes y la operación de rescate. El motivo es que así los historiadores alemanes e israelíes puedan trabajar con el tema.
Unidos con el mismo objetivo
Steinmeier y Herzog publicaron un comunicado conjunto. En el mismo confirman su presencia en la ceremonia del lunes. Además, resaltan que “estamos felices y aliviados de que se haya encontrado un acuerdo”. Además, coinciden que el mismo sirva para lograr una “aclaración histórica, reconocimiento y compensación poco antes del 50° aniversario y antes de la visita de Estado”.
Por otro lado, admitieron que “el acuerdo no puede curar todas las heridas”. A lo que agregaron que el Estado alemán reconoce su “responsabilidad y reconoce el terrible sufrimiento de los que murieron y de sus familiares”. De manera individual, el presidente israelí se mostró contento con el acuerdo logrado por el Gobierno alemán.
“Quiero expresar mi gratitud por este importante paso dado por el Gobierno alemán, liderado por el jefe de gobierno alemán, Olaz Scholz, asumiendo su responsabilidad”, detalló Herzog.
Además remarcó, muy satisfecho, que también “otorgan compensaciones por la injusticia histórica infligida a las familias de las víctimas de la masacre de Múnich”.
Una edición que nunca se olvidará
En aquellos JJOO de 1972, el comando terrorista Septiembre Negro, relacionado a la Organización para la Liberación de Palestina, llevó a cabo un atentado histórico.
Se infiltró y asaltó las residencias de la Villa Olímpica de Múnich de la delegación israelí, en donde mató a dos deportistas. Además, tomó a otros como rehenes y exigieron la liberación de 234 presos palestinos y los terroristas alemanes, Andreas Baader y Ulrike Meinhof.
Pretendían que sus peticiones sean a cambio de la vida de los atletas. Así es que solicitaron que se libere al pueblo palestino y los dos terroristas germanos de la Fracción del Ejército Rojo. En defensa a ello, se llevó a cabo una muy problemática operación policial alemana en la base militar de Furstenfelbruck.
Tras la misma, fallecieron once rehenes, cinco terroristas y un policía alemán. Además, durante el atentado, los criminales recibieron apoyo de grupos neonazis locales.