“Las redes me atrapan, ojos que no ven, que no miran. Hay miles de amigos, ninguno real”, es una de las frases que esboza uno de les actores en la propuesta musical y teatral Atrapados en las Redes. Más que una comedia infantil, es para toda la familia.
Una gran pantalla se vislumbra en medio del escenario y en el plató ingresan cinco amigues muy jóvenes con lenguaje claro y divertido. Cantan y bailan introduciendo a la temática. Todes elles tienen un apego al uso del celular, demuestran que éste es su gran compañía. No hay nada que les distraiga; y construyen un espacio a través de las plataformas que les invita a soñar, comunicarse rápidamente, mostrar sus vidas, ser famoses y sentirse extasiades al tener tantes seguidores.
El búnker de esta desopilante obra es el Teatro Picadero, ubicado en Pasaje Enrique Discépolo 1857, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Atrapados en las redes se presenta durante las vacaciones de invierno con funciones de lunes a viernes a las 17 y sábados a las 15.
La compañía Desenchufados está a cargo de Atrapados en las redes, que es su tercer espectáculo, dirigido por Ariadna Faerstein y Flor Yadid. La obra cuenta con las actuaciones de Estefanía Alati; Michelle Wiernik; Ignacio Linares; Nicolás Cucaro y Lionel Arostegui. Además, participa Gabi Golberg como actriz invitada.
Por su parte, Carolina Sánchez lleva adelante la producción artística; Lucas Fridman la música y Marta Mediavilla es la coach vocal; en tanto los visuales están a cargo de Nicolás Bitrán y el videoclip a cargo de Leandro Comisarenco.
“Bienvenidos al mundo virtual”
Una pantalla hipnótica configura el universo de les protagonistas y les atrapa a cada instante, ofreciéndoles momentos placenteros y exceso de promociones. En ella aparece la imagen de Mabel (Gaby Golberg), la abuela de uno de elles, para pedirles ayuda con el manejo de las redes sociales. “No sé cómo hacer, envié 108 mensajes de audio a una amiga”, comenta desesperada y aturdida.
Con amor y paciencia, les chiques enseñan muchos tips básicos y, como en algunos casos, el discípulo supera al maestro. De esta forma, Mabel aprende tan rápido que se convierte en una excelente influencer. Crea y sube sus propios videos cantando y bailando; y logra tener miles de seguidores.
Además, hace canjes de productos como cremas, y hasta la marca de un papel higiénico. Se siente la reina del mundo virtual. “Soy tendencia, soy grosa, el Tik Tok me hizo famosa”, revela orgullosa.
Estas actitudes inesperadas desconciertan a les chiques, puesto que la adorable abuela está todo el día “enchufada”, y su entorno ya no es el mismo. No tiene tiempo para dialogar cara a cara.
Un momento inesperado se da cuando a una de las amigas se le descarga la batería del celular y no tiene el cargador. Al ver a sus compañeres que sí están conectades arrebata sus teléfonos, lo que ocasiona una catástrofe y el comienzo del conflicto.
Entre ruegos y súplicas, elles tratan de convencer a su amiga para que les devuelva sus celulares, pero es inútil. Empieza así la hermosa interacción con les padres y niñes espectadores. Durante ella, les actores dan a conocer que hay un mundo real y proponen juegos como decir “kiwi” seis veces seguidas.
Empiezan a ser creatives y recuerdan cuando jugaban a la mancha y al gusano gigante. La parte más emotiva es cuando todes miran al cielo y se dan cuenta que hay nubes hermosas, que la naturaleza permite esa conexión real.
“Abrimos las ventanas y vemos las cosas sencillas que nos hacen bien”, expresan; y repiten emocionades: “Vamos a mirar otra realidad, nada de pantallas, juntos de la mano, vamos desenchufados”.
A su vez, Mabel empieza a cansarse de estar atrapada en la tecnología y descubre que le hacen falta los abrazos y besos reales. De esta forma, recobra su mundo cotidiano y se da la ecuación perfecta: todes sienten que hay que volver a lo sencillo de la vida.
Un desafío para saborear la realidad
Las escritoras y directoras de Atrapados en las redes son Ariadna Faerstein y Flor Yadid. Forman parte de la compañía Desenchufados y tienen diez años de creación en los que estrenaron, además de la obra de este año, Desenchufados, teatro al toque y Wififest, la fiesta desenchufada.
En diálogo con Nota al Pie, Faerstein contó que “la obra es un desafío para volver a mirarnos a los ojos”; y agregó: “El celular como extensión de nuestras manos, fuente de información y conexión nos deja con la cabeza gacha más horas de lo que pensamos”.
La idea de crear el guión surgió antes de la pandemia con el objetivo primordial de invitar “a abrir ventanas hacia el juego y la imaginación, en busca de aquellas cosas sencillas que nos hacen bien. Reflexionar entre que el buen uso de las nuevas tecnologías sólo abre redes interminables de posibilidades”.
Además, la entrevistada agregó que, junto con Flor querían abordar el tema de la tentación de las redes y lo difícil de salir de ellas, tanto para las infancias como para les adultes. “El año pasado empezamos a jugar con los actores, a trabajar con Lucas, el músico que compone las canciones, sobre los ritmos que queríamos abordar”, manifestó la directora teatral.
Cabe mencionar que una de los temas más llamativos es la incursión de la abuela Mabel, quien también se mete obsesivamente en el mundo de la virtualidad. “Su vida cambia por completo. Lo que quisimos exponer con este relato es que uno no sabe cuál es la clave para el éxito de las redes, no tiene que ver con el talento o con el virtuosismo”, expresó Faerstein.
En este sentido, agregó que “en muchos casos, no se puede analizar el fenómeno detrás del cual se encontró la popularidad con tal o cual publicación”; y enfatizó “cómo modifica estar pendiente, exponer es todo lo que tenés que hacer para seguir siendo tendencia”.
Ahora bien, ¿la tecnología es tan mala como la pintan? Al respecto, la guionista admitió que “el mensaje de la obra es tratar de encontrar el equilibrio en el uso de la virtualidad. Lo otro implica poner en juego más la creatividad, imaginación para encontrar el equilibrio entre el uso de las redes sociales y volver a mirarse a los ojos de verdad”.