El pasado 22 de abril, un alto mando de la fuerzas armadas rusas comentó la planificación de la segunda fase del conflicto ruso-ucraniano. Según Rustam Minnekaev, el objetivo de la Federación de Rusia es tomar el control de toda la región del Donbass hasta crear un corredor terrestre hacia Crimea.
Sin embargo, lo que generó sorpresa no fue la explicitación de una finalidad estratégica que era evidente, sino la posible apertura de otro foco de conflicto que, hasta el momento, no estaba en la discusión pública. “El control del sur de Ucrania es otra forma de llegar a Transnistria, donde también existe evidencia de que la población de habla rusa está siendo oprimida”, afirmó Minnekaev, según la agencia de noticias rusa Interfax.
Desde ese momento, la autoproclamada República de Transnistria ha estado en la agenda mediática internacional. En la última semana, una serie de atentados registrados en ese territorio llevaron a su presidente, Vadim Krasnoselski, a decretar la alerta terrorista máxima por dos semanas.
Un poco de historia
La autoproclamada República de Transnistria es una franja de aproximadamente 4.000 km² separada del resto de Moldavia por el río Dniester. A su vez, limita con Ucrania. Cuenta con una población de 550.000 personas de las cuales, según el Departamento de Estadística de Moldavia, un 28% es étnicamente rusa.
En el marco del proceso de desintegración de la Unión Soviética (URSS), frente al auge nacionalista en los expaíses soviéticos, el dos de septiembre de 1990 se proclamó la Republica Socialista Soviética de Transnistria como un Estado independiente de Moldavia, país al que pertenecia oficialmente. En 1991, este último declaró su independencia de la URSS.
Un año más tarde, con la Unión Soviética desintegrada, el Gobierno de Moldavia intentó recuperar el territorio de Transnistria: el conflicto armado empezó el mismo día que Moldavia entró a formar parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). El 14° ejército ruso, que seguía en la zona a pesar de la disolución de la URSS, defendió a las milicias separatistas, siendo clave su participación para evitar que las fuerzas moldavas retomaran el control de la auto proclamada República.
Tras cuatro meses de conflicto, ante la evidente imposibilidad de que Moldavia pudiera recuperar el control de Transnistria, se logró un cese del fuego. La convención para la paz se realizó en Moscú, logrando como resultado una independencia de facto de la región separatista que, aunque no tiene reconocimiento internacional, persiste hasta la actualidad.
Transnistria sufrió atentados
Una serie de atentados registrados durante esta semana pusieron el foco mediático en la región de Transnistria. El lunes, según información del Ministerio del Interior, numerosas explosiones ocurrieron en la sede del Ministerio de Seguridad, llevadas adelante con un lanzagranadas.
En la madrugada del martes, por otro lado, se informaron dos explosiones en un centro de radio que transmite en ruso. “Tras tres décadas de vida pacífica después de la guerra de 1992, Transnistria se convirtió en objeto de ataques terroristas”, sostuvo Krasnoselski. El presidente, a su vez, afirmó que según las primeras investigaciones realizadas “los rastros de los ataques llevan a Ucrania”.
Para Occidente, los incidentes ocurridos son parte de una estrategia de “falsa bandera” para justificar una intervención rusa en Transnistria. Sin embargo, la presidenta de Moldavia, Maia Sandu, sostuvo el pasado 27 de abril que “según nuestro análisis no existe ningún riesgo inminente, al menos para los ciudadanos de la orilla derecha del Dniester”.
Por su parte, Alexei Arestovich, asesor del jefe de la Oficina Presidencial de Ucrania, aseguró en una entrevista que “lo mejor que puede hacer Moldavia es pedir ayuda tanto a Ucrania como a Rumania”. El funcionario, mano derecha de Zelenski, afirmó también que Kiev dispone de la fuerza necesaria para apoderarse de Transnistria si Moldavia así se lo pide.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, indicó que las declaraciones del funcionario ucraniano son “bastante provocadoras”. En este marco, asimismo, las autoridades de EEUU; Canadá; Reino Unido; Bulgaria; Alemania e Israel, instaron a los ciudadanos de esos países a salir del país debido a los hechos ocurridos.