El Gauchito Gil responde a una figura de religiosidad popular que nació en Corrientes y que, a través de los años, se extendió por todo el país sumando cada vez más devotes. Es por eso que la muestra titulada “Rojo Frenesí” lo tiene como figura central. Sobre la exposición trabajan artistas y promeseros de distintos lugares, y se puede visitar en la galería del Centro Cultural Universitario, dependiente de la UNNE.
La muestra congrega obras y ofrendas que fueron confeccionadas por artistas para venerar al Gaucho Antonio Gil. Se trata de la primera estación presencial de una peregrinación federal, el proyecto inició con acciones a través de plataformas virtuales durante los primeros meses de aislamiento por la pandemia del Covid-19.
Es el resultado del laboratorio denominado “Galería de las Promesas”, que está coordinado por Blas Aparecido y Javier Samaniego García. Estos artistas “hace tiempo vienen trabajando con la figura del gauchito en sus obras. Entonces sumaron a otros pares que se refieren a este santo popular como sujeto político y desde su significancia para la identidad cultural”, aseguró Cleopatra Barrios, investigadora y curadora de la muestra.
El común denominador de esta propuesta es que les artistas “se auto adscriben como devotos y promeseros del Gauchito, por eso las obra que conforman la muestra también son ofrendas”, agregó Barrios. De la misma participan más de veinte artistas de todo el país, y el montaje general problematiza al santuario mayor del santo popular con recortes de distintos paisajes socio ambientales.
Rojo Frenesí
“La muestra no es solo una representación del mundo del Gauchito, sino que además es una ofrenda para honrarlo”, aseguró la curadora. La muestra está constituida por altares, fotografías, montajes, audiovisuales e incluso permiten una interacción para con les visitantes, ya que se puede realizar peticiones a cambio de una estampita del santo popular.
Barrios también dijo que “otra de las características de la obra es que intenta poner en tensión la visión del mundo del arte, por un lado, y el mundo de la devoción o de la religiosidad popular por el otro”. Así, el montaje de la muestra remite al ambiente que caracteriza al santuario central del Gauchito en la localidad correntina de Mercedes.
“El montaje rememora al santuario de Mercedes, por eso hay muchas cintas rojas, estampitas, velas, y todo esto permite también que el espectador se encuentre con obras relacionales”, comentó Barrios. Está conformada por tres sectores: el primero vinculado a la figura del gauchito y al pedido de protección, la segunda es la parte central que remite a los pedidos de justicia, y la tercera a la nueva vida del santo a partir de la santificación popular.
Escombros de fe
La parte central de la muestra constituye una instalación “que es el producto de una investigación colectiva, que no tiene un autor, sino que es una propuesta colectiva en la que se llega a la conclusión de que a través del Gauchito Gil podríamos pensar distintos procesos”, sostuvo Barrios.
Según la investigadora, “esta instalación está constituida por escombros, imágenes del santo popular rotas, mutiladas, estampitas, cintas, y un montón de objetos que fueron traídos de la zona de demolición de lo que es el actual escenario que rodea el altar central, en Mercedes”.
El año pasado, después del doble crimen de Milton Canteros y su hijo Sergio en el predio del Gauchito, la justicia intervino y ordenó el desalojo y la demolición de los puestos comerciales que conformaban las ferias que rodeaban al altar central.
Se trata de un predio de 500 metros de largo y 50 de ancho que a través de los años se transformó en un lugar donde les devotes podían comprar desde una cinta roja o imágenes, hasta comida, ropa y agua caliente. Pero la justicia federal ordenó derribar todas las construcciones que existían, “y el rastro de eso es lo que reponemos acá, no solamente para pensar y por el pedido de justicia de ese hecho (el del doble crimen), sino también el pedido de justicia que se le pide al santo en general, teniendo en cuenta su historia”, comentó Barrios a Nota al Pie.
El origen de una devoción
Una de las características de los santos populares es que su devoción comienza con su muerte. A partir de ahí emergen una serie de significados, pedidos y promesas antes determinadas situaciones. En el caso de los santos reconocidos y oficializados por la iglesia católica son tenidos como testimonios y ejemplos de cómo vivieron su vida; esta es la principal diferencia con los santos populares, como el Gaucho Gil.
En este sentido, la tercera parte de la exposición está destinada a contemplar la historia, la muerte, y la “nueva vida” que recibe el Gaucho a través de la santificación popular. Además, “hay también una serie de urnas funerarias que remiten a los rituales ancestrales guaraníes y a la idea de alcanzar la tierra sin mal”, aseguró Barrios.
La curadora remarcó que toda la propuesta incorpora elementos que remiten al santuario: cintas rojas, testimonios, fotografías, audiovisuales, rosas, velas y finaliza con una obra audiovisual en la que se puede apreciar la palabra ‘gracias’ en distintas voces. “Es el ‘gracias’ colectivo. Un ‘gracias’ de todos los artistas que también son devotos”, concluyó.
Finalmente, también expresó que esta muestra “viene a derribar el mito de que si sos artista no sos devoto, y que si sos devoto no sos artista”. Dijo que es una nueva etapa de investigación “donde hay lenguajes combinados, porque el mundo del gauchito es eso: la combinación de lenguajes, que es lo que lo hace popular y contemporáneo”.