Las conquistas obtenidas por las mujeres y las disidencias en materia de derechos son mayores a comparación de las posibilidades que tenían hace algún tiempo atrás. Pero los números indican que ese horizonte donde todes les persones son iguales sin importar como se autoperciben ni su orientación sexual, aún parece ser una fantasía y un anhelo muy utópico para este mundo trágicamente patriarcal.
Brecha de género en el ambiente laboral
A través de un comunicado emitido por el Día Internacional de la Mujer, la Cámara Argentina para la Formación Profesional y la Capacitación Laboral se refirió a la brecha de género en el ambiente laboral. Allí expresaron que las mujeres son quienes más se capacitan, pero también las que menos cobran cuando acceden a un trabajo remunerado.
Al respecto, el presidente de la Cámara, Daniel Martini, en conversación con Nota al Pie y a partir de los datos que se desprenden de sus registros, aseguró que el 60% -tanto personas físicas como directores de centros de capacitación de educación no formal- son mujeres.
“Cuando nosotros nos referimos a que hay mayor capacitación, lo decimos porque de todos los alumnos y alumnas que tienen nuestros socios y socias en los cursos, el porcentaje más alto es el de mujeres”, señaló.
Asimismo, Martini expresó que hay mayor formación y capacitación de las mujeres que de los varones, pero que esto no se traduce en el mercado laboral como una mayor retribución. A su vez, confirmó que la remuneración que reciben las mujeres es menor que la de los varones.
De esta manera, sostuvo que la brecha de género no sólo se evidencia en lo salarial, sino que también se percibe en los puestos a los que las mujeres pueden acceder. Al respecto, Daniel Martini aseguró que las oportunidades laborales “son de menor calidad y también de menor retribución”.
Una deuda del sector privado
Por otro lado, acerca de cómo debería enfrentar esta problemática, el presidente de la Cámara Argentina para la Formación Profesional y Capacitación Laboral sostuvo que “es necesario abordarla desde un punto de vista de política pública y legislativa”.
“Nosotros hicimos esta declaración porque tiene que ver con una agenda pendiente en relación a la igualdad de género en lo que se refiere al sector privado”, dijo Martini. Y remarcó que hay muchas políticas que mejoran esa situación por leyes, pero que están más vinculadas al sector público que al privado.
En base a eso, explicó que “es necesario ponerse a trabajar en una legislación que mejore la situación”, y que es posible llevarlo adelante pero que el tema “ni siquiera está planteado en el sector privado”. A su vez, exclamó: “Parece que se hacen los distraídos”.
Ante la consulta de por qué cree que esto sucede, el representante del sector de Formación Profesional y Capacitación Laboral, señaló que en gran parte pasa porque “dentro del sector privado se reproduce lo que se reproduce en toda la sociedad”. Y afirmó: “Esto es producto de una cultura y una estructura patriarcal”.
“Promover la igualdad de género en el sector privado no es solamente un imperativo destinado exclusivamente para la defensa de los derechos de las mujeres trabajadoras, sino también para quienes promueven una mejor y mayor productividad porque no hay mercado dinámico, emprendedor y competitivo sin todas las personas motivadas con un salario proporcionado a su aportación de valor”, concluyó.
Los datos del INDEC
En el marco del #8M, el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) también emitió un documento en donde presentaba la situación laboral de las mujeres en Argentina. El dossier exhibía las desigualdades entre hombres y mujeres, y cómo se reflejan en distintas etapas de la vida.
En ese sentido, el documento indica que a pesar de que las mujeres cuentan con mayores niveles de educación formal, tienen menor participación en el mercado laboral. Además, informa que con un 30% más que los varones, las mujeres encabezan la tasa de desocupación.
Sin embargo, cuando estas logran acceder a un trabajo remunerado, el INDEC remarca que no es en igualdad de condiciones sino que terminan siendo más propensas a situaciones de subocupación horaria.
Por otra parte, el dossier también especifica que las mujeres son quienes tienen una mayor vinculación a las tareas de cuidados (8 de cada 10) y que eso deriva directamente en que no tengan las posibilidades suficientes para acceder a puestos de decisión (los hombres en jefatura representan un 75% más), lo que provoca que perciban ingresos más bajos.
Las cifras demuestran que todavía queda mucho por recorrer en relación a la lucha para derribar estas brechas estructurales. Pero los caminos son tediosos: por cada conquista traducida en políticas públicas que beneficien y reconocen a las mujeres y los cuerpos feminizados, surgen nuevas noticias acerca de violencia por razones de género.
La situación no es fácil. Pero el repertorio que tiene el movimiento de mujeres en Argentina, puede dejar constancia de que tampoco es imposible.