En el marco del conflicto en Ucrania, ayer, a través del parlamento, Rusia sancionó una ley que condena hasta con 15 años de prisión a quienes publiquen Fake News sobre sus FFAA en plena operación militar en territorio ucraniano. La OTAN, en muchos de sus países miembro, censuró y bloqueó a medios rusos. La guerra informativa se intensificó y adquiere cada día más relevancia.
Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, defendió hoy la medida adoptada por la Duma y sostuvo que “en el contexto de la guerra de la información, era necesario adoptar una ley cuya firmeza se adapta a ella, que es lo que se hizo”. Vladimir Putin, momentos después de ser sancionada en el parlamento ruso, firmó y oficializó la normativa.
Valentina Matvienko, presidenta de la cámara alta de la Duma, sostuvo que las potencias occidentales emprendieron una guerra comunicacional contra Rusia “sin precedentes por su amplitud y su agresividad”. Diversas cadenas de información occidentales, como la BBC, anunciaron que dejarán de trabajar en territorio ruso.
El combate digital
Este viernes, el Servicio Federal de Supervisión de las Telecomunicaciones, Tecnologías de la Información y Medios de Comunicación de Rusia (Roskomnadzor), anunció la restricción del acceso a Facebook y Twitter. El organismo precisó que diversos medios de origen ruso fueron discriminados en ambas redes sociales.
La UE y, en ella, los actores que buscan impedir su articulación con los países miembros de la Organización de Cooperación de Shanghái, establecieron días atrás la prohibición de difundir contenido de la cadena Russia Today. Así como de la agencia de noticias Sputnik a raíz del conflicto ruso-ucraniano. El conglomerado estadounidense Meta Platforms restringió el acceso, en Facebook e Instagram, al canal televisivo de RT en gran parte de Europa. Por otro lado, Google , a través de YouTube, censuró a canales de medios rusos.
Twitter, asimismo, tomó la decisión de etiquetar en los perfiles de las cuentas como “medios afiliados al gobierno ruso” a medios y periodistas particulares. La red social también fue discutida cuando bloqueó a Donald Trump al finalizar su mandato en EEUU. Desde Twitter, hablaron de “transparencia” pero, con esta medida, todo parece indicar que busca la deslegitimación de periodistas que se negaron a ser parte de la campaña rusofobica en Occidente.
La disputa por la construcción narrativa
La dimensión comunicacional del conflicto OTAN – Rusia, que es parte del enfrentamiento por una concepción multipolar o unipolar del mundo, es una disputa por el sentido y la construcción narrativa del estallido bélico. El aspecto informativo de un conflicto -sea político, militar, cultural o económico- siempre constituye un factor clave que determina escenarios, condiciones y resultados.
Por un lado, Rusia explica el desarrollo del conflicto como una respuesta a la militarización de la alianza militar en Europa del Este y en socorro de la región del Donbass por el accionar occidental con su pueblo. Por otro, la estrategia de la OTAN es resaltar a Rusia como única responsable de la guerra y construir a Vladimir Putin como un tirano.
Si bien la guerra de la información entre estos actores siempre estuvo presente, a raíz de la operación militar rusa en territorio ucraniano, pasó a una nueva etapa y ha aumentado en escala. Frente a un escenario en donde, en términos militares, la situación parece resolverse en favor de Rusia, la OTAN utiliza su conglomerado de empresas transnacionales de comunicación para aislar a Rusia y deslegitimar la inexorable articulación de la UE con Eurasia. La OTAN había utilizado este recurso para generar las condiciones de su presencia en Ucrania a partir de 2014.