El último martes, cuatro jóvenes murieron intoxicades por monóxido de carbono tras un incendio ocurrido en el Centro de Rehabilitación San Fernando, ubicado en la localidad de Pilar. El siniestro, causado por une de les pacientes que encendió un colchón, sucedió en una de las habitaciones del lugar. El edificio, que no contaba con las medidas mínimas de seguridad, tampoco estaba habilitado para el tratamiento de la salud mental.
Les jóvenes, internades por adicciones, se encontraban alojades bajo condiciones de extremo aislamiento, hacinamiento y sobremedicades con piscofármacos. Fue a raíz del exceso de medicación que las víctimas no pudieron escapar. Tampoco fue posible ejecutar tareas de rescate, ya que las ventanas se encontraban enrejadas.
Por otro lado, les pacientes sufrían maltratos y castigos que violaban la Ley de Salud Mental. La institución ya contaba con denuncias por violación a los derechos humanos ya que, además de la falta de habilitación, no contaba con planes de contingencia, matafuegos, ni salidas de emergencias.
Para el cuidado de los 26 internos sólo había un cuidador. Del total de usuarios, 18 de ellos estaban distribuidos en tres habitaciones y el resto en camas o colchones tirados en el suelo del living. Su confinación de casi 24 hs era tal, que sólo salían pocos minutos para almorzar o cenar y una vez a la semana iban al patio quienes no se quejaban de las condiciones de internación.
El trato dentro de la institución
En la granja Resiliencia San Fernando los tratamientos eran nulos. Contaban con una única psicóloga y un solo médico psiquiatra que se presentaba una vez al mes. Les profesionales fueron testigo de las alarmantes condiciones en las que se encontraban les internades. En particular, les preocupaba el aislamiento casi continuo. Cabe mencionar que este accionar e se identifica como tortura si se aplica en personas con padecimiento mental y que está prohibido por la Ley 26.657.
Dentro del mismo recinto, varias personas que estaban también alojadas en la comunidad fueron derivadas a otro espacio que pertenecía al mismo dueño y luego reubicados por el Ministerio de Salud bonaerense.
Por otro lado, durante el 17 de noviembre del 2021, ya había ocurrido otra tragedia al interior de la institución. Ezequiel Ibarra perdió la vida, pero eso no evitó que la misma siga en funcionamiento, ya que no hubo avance alguno en la causa que lleva a cabo la investigación.
La lucha por los Derechos Humanos
Para conocer más sobre estas granjas de rehabilitación, Nota Al Pie dialogó con el periodista de investigación, Pablo Galfré. A raíz de su investigación, junto a la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), se pudo clausurar dos granjas de rehabilitación: la de San Camilo y la de San Antonio. Allí ocurrieron 5 muertes.
Como puntapié inicial el periodista de investigación confirmó que las actuales denuncias “están en proceso de investigación y se encuentran en el juzgado N°6 de garantías y en la UFI N°3 de Pilar”. En cuanto a las granjas de rehabilitación afirmó que “funcionan sobre todo con internaciones involuntarias, donde van a buscar al usuario, que puede ser un adicto o no, a su casa y lo raptan”. Además sostuvo que “si se resiste lo inyectan, le atan las manos y se lo llevan”.
Respecto a cómo es el funcionamiento explicó que “realizan internaciones voluntarias y trabajan con el sistema Minnesota que es con premios y castigos. Si te portas bien te premian, podes tener visitas, recibir llamadas, podes salir y volver. Si te portas mal te castigan, sin recibir visitas o llamados, haces ejercicio de más, te quedas mirando la pared, tenes que lavar toda la casa, todos los platos, o te dejo encerrado como seguramente le pasó a los cuatro chicos que estaban bajo llave”
En relación a qué medidas deberían tomarse, indicó que “se debería aplicar la Ley de Salud Mental y tendría que haber básicamente tratamientos ambulatorios, dispositivos comunitarios y los Hospitales Generales como marca la ley”. Y agregó: “Después tiene que haber lugares donde sí se internen involuntariamente a las personas, como indica el Art. 14 de la Ley de Salud Mental, cuando una persona es un riesgo para sí o para terceros”, concluyó.
La interacción con los guardias y sus familias
Les guardias deberían ser en cualquier institución de salud una ayuda constante para los internos pero éste no es el caso. Galfré confirmó que la atención “es pésima, los guardias son los mismos consumidores problemáticos de drogas”. Además, ratificó: “Es espantoso, terminan creando un sistema cruel de vigilar y castigar donde siempre tenes la paranoia de tu compañero y donde terminas desconfiando de tu compañero. Pero los guardias no son nunca profesionales, son ex consumidores o consumidores en recuperación”.
Mientras que con respecto a sus seres queridos, sostuvo que “está todo muy controlado. No es que pueden ir cuando quieran y eso es ilegal, uno puede ir a visitar a su familiar cuando quiera. En las granjas, generalmente, solo los fines de semana”.
«Rebelión en la Granja»: historias de lucha
Por último, el periodista contó que empezó a investigar en 2008, cuando publicó su primer nota en la revista THC, que se llamó “Rebelión en la Granja”. Aquella publicación mantuvo una investigación sobre “internaciones compulsivas y cómo unos chicos se escaparon de una de estas granjas”, narró.
“Seguí investigando hasta toparme con la historia de mi querido amigo Lucas Tabares, donde me contó los vejámenes que vivió en San Camilo. Luego entrevisté a Axel Tabares, al “pelado” Mao, hasta que me topé con las muertes de Saulo Rojas y Felipe Mariñasky”, comentó. “Cuando me topé con las muertes me di cuenta que tenía una gran investigación y que tenía que realizar justicia”, acotó en cuanto a su decisión.
Con todo lo que salió a luz logró dar comienzo a su lucha de los Derechos Humanos. Posteriormente, escribió un libro y creó el podcast “Muerte en el Internado”, que cuenta con la voz en off de Dolores Fonzi. A modo de conclusión sentenció: “no tienen ningún pro esos lugares, son manicomios que tienen que ser clausurados”.