Luego de días en que la Cancillería Argentina mantuvo cautela para rechazar el accionar político y militar ruso en el conflicto con Ucrania, la vocera presidencial repudió enérgicamente la invasión sucedida esta mañana e instó a la Federación de Rusia a cesar el uso de las fuerzas armadas. El vicecanciller argentino, Pablo Tettamanti, había mantenido reuniones con su par Sergiy Nebrat, embajador ucraniano en nuestro país. Hasta ayer, el Gobierno insistía en avanzar con el diálogo diplomático entre ambas partes. Sin embargo, el bombardeo del día de hoy forzó un “posicionamiento más claro”, según demandó Nebrat.
Agotamiento de la prudencia
En la comunicación oficial, el Gobierno argentino tendió a la prudencia y el mantenimiento del equilibrio en la situación. No estaba dispuesto a condenar a Rusia, pero tampoco se permitió ignorar la situación. Sin embargo, la escalada militar del conflicto internacional lo forzó a condenar a la potencia euroasiática.
La reunión diplomática que el presidente Alberto Fernández mantuvo con Vladimir Putin hace tres semanas atrás, expresó con claridad el acercamiento geopolítico argentino con su par ruso. Con el objetivo de “dejar atrás la dependencia con los Estados Unidos”, Fernández le había ofrecido que Argentina sea “la puerta de entrada de Rusia a América Latina”. La decisión de tejer una alianza estratégica con Moscú en la región fue determinante.
Sin embargo, la alta tensión entre Rusia y Ucrania condicionaron la estrategia inicial argentina. De esta forma, Alberto Fernández publicó hoy en su cuenta de Twitter un pedido de «cese al fuego».
«Esperamos más apoyo y unas sanciones económicas de Argentina a Rusia; porque eso serviría para atenuar el poder de Moscú y el retiro de las tropas de Ucrania», dijo Sergiy Nebrat esta mañana. “Dadas las buenas relaciones que tiene Rusia con Alberto Fernández, sería bueno que el presidente interceda en favor de Ucrania y de la paz mundial”, agregó el embajador ucraniano en conferencia de prensa.
Tensión Argentina-Estados Unidos en vísperas del acuerdo con el FMI
El estallido del conflicto militar entre Rusia y Ucrania genera incertidumbre en la Casa Rosada con respecto al acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que aún debe pasar por el directorio del organismo. La declaración del presidente argentino en su reunión con Putin el tres de febrero generó un gran malestar en el Gobierno estadounidense.
Con la profundización del enfrentamiento armado y el consecuente rechazo de gran parte de la comunidad internacional, el movimiento argentino luce imprudente. Los reparos para condenar las acciones políticas y militares de la Federación de Rusia le agregaron tensión a las negociaciones. El reciente y contundente rechazo argentino también obedece a la necesidad de aliviar el vínculo con Estados Unidos.
Asimismo, el impacto del conflicto bélico tendría implicancias en la economía local. Como exportador de commodities agrícolas, Argentina se beneficiaría. Esto debido a que esta mañana la tonelada de soja llegó a casi US$630, el valor más alto de los últimos nueve años; y similar es la situación del trigo y el maíz. Como contrapartida, el precio del petróleo y el gas también treparon.
Si bien Argentina es productora a gran escala de ambos recursos, la balanza comercial marca que en 2021 tuvo déficit energético cercano a los US$628 millones, y el crecimiento del costo en dólares de la importación de energía ya avizoraba un horizonte negativo en las proyecciones de la Secretaría de Energía.
La reducción del déficit fiscal, exigida por el FMI, encuentra en la suba abrupta de las materias primas un respiro para nuestro país, mientras que el aumento del precio del gas y el petróleo significa un severo estrés sobre las ya exigidas reservas del Banco Central. En un escenario de alta disputa geopolítica y enfrentamiento militar internacional, el Gobierno argentino redefine sus estrategias para no quebrar su alianza estratégica con Rusia y, en paralelo, no empeorar su ardua negociación con el FMI.