El sector editorial se ve afectado por una problemática más que importante: la falta de papel. Según informó Télam, la Cámara Argentina del Libro (CAL) denunció esta falta. Respecto a ello, el presidente Martín Gremmelspacher expresó a este medio: «El papel está escaseando hace meses y en algunos casos, algunos formatos o gramajes, están faltando”.
Y agregó: “En la industria editorial usamos fundamentalmente papel obra, que es el blanco, o el Bookcel, que es color más amarillo, los dos están faltando, especialmente el Bookcel».
Según advirtieron, probablemente la falta de papel se deba a las nuevas demandas que surgieron por la pandemia del Covid a nivel mundial, y que ahora, se siente en Argentina. Editoriales e imprentas locales piden “una respuesta eficaz a una situación que se agiganta cuando piensan en las ediciones que planeaban presentar en la 46ta. Feria Internacional del Libro”, explicaron desde Télam.
El presidente de la CAL, contó a Página 12 que la falta de papel se debe a la menor producción de las dos empresas productoras de papel para hacer libros. Las mismas son: Ledesma (propiedad de la familia Blaquier/Arrieta, una de las más ricas del país) y Celulosa Argentina, cuyo director es José Uturbey.
“Han producido menos por problemas internos, por la pandemia o porque han destinado su producción para otro tipo de papel, como papel para embalar o papel para cajas, y no tanto el papel de uso editorial”, aseguró Gremmelspacher.
Otro escenario
De cara al reclamo de las editoriales, Juan Carlos Sacco, de la Federación Argentina de la Industria Gráfica y Afines (Faiga), tuvo otra visión al respecto. «Es falso decir que falta papel. La industria papelera argentina es superavitaria: tenemos los papeles obra, clásicos, de escritura”, argumentó para Télam.
En esta línea, aseguró que “el problema es que los gráficos pasamos de un periodo de muy baja producción por razones económicas al que se sumó la crisis sanitaria global del Covid”. Y agregó: “pero ante decisiones inteligentes del gobierno se han vuelto a hacer libros en Argentina y eso es lo importante».
Ignacio Duelo, gerente de comunicaciones de la papelera Ledesma, coincidió con la versión anterior y dijo que «el papel obra es superavitario» y «dentro del papel obra, el ahuesado es una especialidad».
Y a su vez, cercioró: «Ledesma ha creado una excelente alternativa al papel ahuesado 100 por ciento con caña de azúcar, que está al mismo precio que el tradicional papel blanco para impresión».Por otra parte, dijo que las editoriales aseguran que no es comparable con el Bookcel, que se oxida más lento pero es considerado el mejor para descansar la vista y el más económico.
Una problemática existente
Desde Córdoba y en diálogo con Página 12, el editor de Caballo Negro, Alejo Carbonell, dijo que pudo imprimir el primer libro del año, pero no tiene garantizado el papel para los próximos.
“Conversé con nuestros imprenteros habituales y lo que me dijeron es que esto es día a día; que no se pueden hacer grandes previsiones”, advirtió. Además, explicó que el precio del papel aumentó mucho más que la inflación.
Por otra parte, comentó: “Nosotros no podemos acompañar esos aumentos, no los trasladamos al lector de manera mecánica porque sería un desastre; serían libros imposibles de vender”, y continuó: “lo que tratamos de hacer es aumentar los libros lo menos posible, cosa que puedan seguir circulando, y no perder dinero”.
Carbonell informó que en septiembre del año pasado los libros aumentaron un promedio del 15 % y que para marzo, estiman que será alrededor del 12%.“Pero con estos dos aumentos no cubrimos lo que aumentó el papel”, aclaró el editor.