Con vasta experiencia en el terreno de las adaptaciones literarias a la pantalla grande, el cineasta argentino Alejandro Chomski hizo lo que parecía imposible, adaptar “El país de las últimas cosas”, la novela de ciencia ficción que Paul Auster publicó en 1987.
Con anterioridad, el guionista y director argentino adaptó “Dormir al sol” (2012), sobre la novela de Adolfo Bioy Casares, y la comedia “Maldito seas Waterfall” (2016), de Jorge Parrondo.
Chomski conoció al escritor estadounidense Paul Auster en una de sus visitas a Buenos Aires, en el año 2002, a través de unos amigos en común. Con una Buenos Aires muy golpeada por la crisis como escenario, los sucesivos encuentros que se dieron entre ambos, en los que intercalaban cine y literatura, desembocaron en una idea conjunta: adaptar el distópico mundo de la novela y llevarlo a la pantalla de cine.
Los años que duró el desarrolló de la adaptación, fueron tanto de escritura e intercambios epistolares como de trabajo en conjunto en el estudio del escritor de la novela en Nueva York.
Lo que comenzó como una pequeña colaboración se transformó en un proyecto que lleva más de dos décadas de trabajo en común.
¿De qué trata “El País de las últimas cosas”?
Ubicada en una ciudad devastada que una vez fue una metrópolis próspera, “El país de las últimas cosas» cuenta la historia de Anna Blume, una joven que viaja para encontrar a su hermano desaparecido.
En el transcurso de la búsqueda, conocerá y se enamorará de Sam, un periodista extranjero que busca salvar la mayor cantidad de información de la cultura del lugar.
En medio de este desolado y caótico lugar, la búsqueda incansable de estas dos personas probará que aún, en las peores circunstancias, el amor es posible.
Una distopía existencialista
La historia no sucede en un futuro, sino en un presente atemporal donde las reiteradas crisis de los sistemas sociales de occidente han llevado a la desintegración de la democracia moderna.
Este país es imaginario, abstracto, pero representa un supuesto país hispanoamericano inmerso en una crisis agónica y sin fin. Un país con las comunicaciones cortadas, sin internet, sin electricidad ni correo. Un país al que es difícil llegar, y del que es imposible salir.
Este mundo del futuro, que imaginó Auster al publicar el libro en 1987, se ha vuelto casi una realidad en nuestros días. Países que han sufrido o sufren crisis terminales como son ejemplos de sociedades donde sin haber sido arrasadas por un tsunami o una inundación, se han ido destruyendo poco a poco.
La degradación de las instituciones, las guerras civiles, religiosas y las continuas grietas culturales, sociales y económicas que destruyeron la posibilidad tan simple como salir a la calle, estudiar o tener un trabajo. Ese mundo se acabó y ahora la gente lucha por un techo y un pedazo de pan.
El amor y el presente como sostén
Anna Blume, al principio es gobernada por la esperanza, sigue luchando, pero está derrumbada, solo vive el día a día. Mientras que, Sam vive en el futuro, recolectando información para contar lo que pasó en el país de las últimas cosas.
Cuando Victoria y Anna se conocen se enamoran de ese tiempo presente en el que sobreviven juntas, junto a Boris, un adorador hedonista hasta la comedia frente a la tragedia diaria, del presente más inmediato.
El amor entre Anna y Sam, y la amistad con Victoria y Boris producen una toma de consciencia del momento presente como el único en el que pueden vivir. Anna entiende que está donde tiene que estar y en este gesto mínimo recupera la felicidad por vivir, que es lo principal en el film, la transformación de Anna en este mundo derrumbado de las últimas cosas.
Un director argentino y un escritor estadounidense
Chomski hizo su debut cinematográfico con el film “Hoy y mañana”, el cual se estrenó en la sección Un Certain Regard del Festival de Cannes 2003. Dicho film, también abrió el Festival de Cine de La Habana en ese año y ganó numerosos premios en otros festivales internacionales.
En 2007, Chomski dirigió el film “Feel The Noise” para Sony BMG y la productora de Jennifer Lopez; a la que le siguió “A Beautiful Life”, rodada en Los Ángeles y protagonizada por Dana Delany y Bai Ling.
En 2009, tras su regreso a la Argentina, Chomski realizó “Dormido al sol”, basado en la novela de Adolfo Bioy Casares. Luego, dirigió otras tres películas: “Alek”, “Existir sin vos: Una noche con Charly García” y “Maldito seas Waterfall”.
La novela de Auster, “El país de las últimas cosas”, es una obra maestra aclamada por la crítica, se ha publicado en todo el mundo y se ha sido traducida a más de 40 idiomas.
Auster también incursionó como director con “Smoke” (1995), “Lulu on the Bridge” (1998) y “The Inner Life of Martin Frost” (2007). Además, más de una decena de sus novelas y cuentos fueron adaptados al cine.
Estrenada en 2020 en la 35° edición del Festival de Cine Internacional de Mar del Plata, “El país de las últimas cosas” llegará a las salas argentinas el 24 de febrero de este año.