lunes 9 de diciembre de 2024

Equinoterapia: “Manejar las riendas de la vida” (Parte 1)

Nota al Pie dialogó con el director del Centro de Equitación para personas con discapacidad Carenciadas CEDICA, Alejandro Zengotita sobre el trabajo que realizan.
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En CEDICA se realizan terapias adaptadas con caballos. Créditos: CEDICA. 

El Centro de Equitación para personas con discapacidad Carenciadas (CEDICA) se fundó en 1994. En diálogo con Nota al Pie, su director, Alejando Zengotita, contó: “Este año en octubre cumplimos 27 años de trabajo ininterrumpidos”. La sede principal de la Institución es el Hipódromo de La Plata y tienen una segunda sede en la localidad de Arturo Seguí, que se llama Campo Arroyo San Juan.

En este campo de 20 hectáreas, es “donde tenemos todas las instalaciones porque además criamos caballos también para la terapia”, contó Zengotita. Y tenemos una escuela de equitación convencional también con la cual, subvencionamos becas para personas con discapacidad, carenciadas que no pueden pagar o que no tienen obra social o ninguna cobertura de servicios de salud”. El director brindó detalles del trabajo que allí realizan. 

¿Cómo son las terapias con caballos?

Con relación a la terapia con caballos,obviamente la hace un profesional de la salud o de educación. A lo largo de estos años formamos un equipo con psicólogos, psicopedagogos, terapistas ocupacionales, profesores de educación especial, de educación física, instructores de equitación. En general el profesional de la salud y de la educación cumple diversos roles. El principal es hacer la evaluación inicial de la persona con discapacidad para elegir apropiadamente qué tipo de terapia va a recibir.

Las terapias con caballos son diversas, pueden diferir dependiendo del tipo de discapacidad, si es una discapacidad mental, motora, visceral, sensorial. Entonces, de acuerdo al tipo de discapacidad; elegimos el tipo de profesional que se va a hacer cargo de coordinar las sesiones con las amazonas y con los jinetes. Nosotros ya dejamos la antigua nomenclatura de paciente y simplemente hablamos de “jinetes y amazonas”  (son los varones y mujeres que montan a caballo).

En cuanto al tipo de discapacidad, en estos 27 años y si no hubiera sido por la pandemia hubiéramos alcanzado el número mil de personas atendidas. Antes de la pandemia, estábamos atendiendo a 162 personas y teníamos más de 90 en lista de espera. Tenemos cupo para atención; porque depende de la cantidad de profesionales, de varios factores y siempre se nos van acumulando personas que esperan ser atendidas. 

Lamentablemente durante la pandemia nos vandalizaron la sede del Hipódromo de La Plata, nos robaron todo lo que teníamos, incluyendo hasta las ventanas y la puerta de nuestro SUM. Con lo cual, estamos esperando que las autoridades del Hipódromo de La Plata y del Instituto de Lotería;  que son los que financian algunas de las actividades del CEDIC nos puedan ayudar a reconstruir la sede porque de esa manera no podemos trabajar.

¿Qué patologías tratan?

Y en esas casi mil personas que atendimos a lo largo de 27 años nosotros llevamos una estadística muy minuciosa de todos los casos y de todas las personas que atendemos. Hemos totalizado 36 diferentes tipos de patologías. El jinete más pequeño cuando comenzó a montar con nosotros, tenía 20 meses, no había llegado a los dos años y el más grande cuando egresó tenía 73 años. O sea que en ese rango de edades atendimos casi mil personas con 36 tipos diferentes de patologías. 

Las más comunes, las que la población conoce habitualmente son la parálisis cerebral, los trastornos del espectro autista; distintas variantes de los retrasos mentales o madurativos, en fin esa es la mayor parte. Hay algunas patologías tal vez un poco más sofisticadas o menos comunes: lo que se habla de las enfermedades raras. Y después dentro de la misma patología, cada persona es un mundo distinto; no hay dos personas con la misma patología que sean iguales. 

Hay chicos con trastornos del espectro autista que tienen lenguaje oral y que tienen un cierto grado de socialización y hay otros chicos que no hablan;  que a veces no se relacionan prácticamente con nadie, solo con la mamá. Entonces hay un abanico muy grande dentro de las patologías. Cada persona presenta características completamente diferentes una de otra y también está el rango etario. No es lo mismo trabajar con un niño de 3 años, que tiene una gran perspectiva de futuro en cuanto a la evolución; que comenzar a trabajar con una persona de 54. 

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El Centro de Equitación para personas con discapacidad en octubre cumplió “27 años de trabajo ininterrumpidos”. Créditos CEDICA. 

En este sentido, ¿Qué beneficios ven en general?  ¿mejora el tema de la socialización?

Depende de la persona, de la patología, de las expectativas de la familia. Nosotros atendemos también personas que están institucionalizadas en hogares para niños y adolescentes, en hospitales de salud mental. Incluso hemos trabajado con personas en instituciones del servicio penitenciario de la Provincia de Buenos Aires, con policías heridos en actos de servicio. Entonces cada persona de acuerdo a su realidad va a tener distintos grados de avance, evolución, hay montones de casos diferentes.

Los terapistas ocupacionales trabajan mucho sobre la base de lo que se llaman las AVD (actividades de la Vida Diaria) que el chico pueda vestirse, bañarse, desayunar, jugar, empezar a cortar con las estereotipias, el manejo de la ecolalia, que puedan socializar dentro de la familia, de su grupo de amigos del colegio.

En cada caso uno busca un objetivo y ese objetivo también se fija o con los directivos de las otras instituciones que nos traen personas a hacer terapia. Con las familias y los profesionales de base que atienden a esas personas también, vamos buscando estrategias en común. 

Hay casos que son más leves que otros por ejemplo; recuerdo una nena que tenía un problema de equilibrio dado un principio de hipoacusia; producto de un golpe y trabajó varios meses con nosotros hasta restablecer el equilibrio. El caballo en ese sentido ayuda muchísimo el restablecimiento del equilibrio físico y emocional. Cuando superó la cuestión por la cual vino a hacer la consulta; prosiguió haciendo equitación convencional, ya no dentro de la terapia. 

¿Cómo se lleva a cabo la terapia?

Esta es una búsqueda permanente que nosotros tenemos porque la mayoría de las personas entran por la puerta de la terapia y ya tenemos casi un 40 % de los jinetes y las amazonas que están haciendo deporte ecuestre adaptado. Es decir, cuando comienzan la terapia no manejan por sí mismos el caballo porque por ahí no pueden manejar riendas. 

Hay muchos refranes de la vida de las personas que tienen que ver con los caballos, uno de los que decía mi abuelita es “manejar las riendas de la vida” como manejar su propio destino. Muchas de las personas que llegan a la terapia no manejan las riendas del caballo, por lo tanto no tienen autonomía y luego de meses o de años de trabajo pueden tener la autonomía de manejar por sí mismos. Entonces entramos a una fase diferente, salen de la terapia propiamente dicha, entran a una etapa pre-deportiva y luego a una deportiva. 

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Uno de los refranes que decía mi abuelita es “manejar las riendas de la vida; como manejar su propio destino”, recuerda Alejandro Zengotita. Créditos: CEDICA.

¿Hacen concursos también?

Nosotros hace casi 10 años restablecimos en Argentina lo que se llaman los concursos paraecuestres; el 21 de noviembre tuvimos el último. Y ahí las familias, los profesionales y amigos pueden ver la evolución. Una persona que a lo mejor a duras penas se sostenía en la montura iba a pruebas de adiestramiento o de salto libre. Obviamente, no todas las personas tienen  la posibilidad. Hay patologías muy invalidantes, casos de gente que no sostiene ni tronco ni cuello ni cabeza, entonces ahí la autonomía es muy difícil. 

En eso utilizamos una técnica que se llama “Monta gemela”; que es como uno delante otro va detrás. El terapeuta monta detrás de la persona y con sus brazos va modulando el cuerpo y sostiene tronco, cuello y cabeza. En ese caso trabajamos muchas personas, una persona que conduce el caballo, el terapeuta montado y dos o tres auxiliares en los laterales, en el posterior para ir cuidando las cuestiones del equilibrio, tanto del terapeuta, como ir regulando los movimientos del caballo. 

Continúa en Parte 2.

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