La cadena de peluquerías Prana nació hace 18 años. Sus locales ubicados en diversos puntos de Buenos Aires se caracterizan por una decoración sumamente colorida. Los llamativos colores no solo se observan en las paredes y en los accesorios sino también en las cabezas de su clientela, que asiste al lugar en busca de innovadores diseños de peinados.
El emprendimiento no solo es novedoso en lo referente a la estética capilar. También ha desarrollado el Método Prana, que incorpora nuevas formas de gestión y motivación de su staff. Además, incursiona en actividades solidarias canjeando cortes de pelo por alimentos no perecederos.
Nota al Pie diálogo con el estilista Betto Prana, su titular, para conocer su filosofía de vida y empresarial.
Ustedes han desarrollado un método propio denominado Método Prana. ¿Podría describir en qué consiste?
Al staff de nuestra peluquería le damos libros de autosuperación y también vemos películas que tienen un mensaje positivo tales como Karate Kid, Rocky, Star Wars. De allí tomamos valores y con reuniones de coaching, los integrantes de Prana logran ser protagonistas de su vida desde el trabajo cotidiano. Tomamos partes de los films para hacer hincapié en que todos tenemos un potencial humano para desarrollar, en ese sentido todos podemos ser un Rocky o un Daniel San.
Seas peluquero, odontólogo o mecánico, esa labor debe hacerse con el mayor respeto y con la mayor alegría. El Método Prana también incluye una técnica que se llama Sincro Flow que se trata de crear looks a partir de la imaginación. Eso hace que las personas desplieguen su potencial sin caer en estructuras rígidas. Los resultados se ven, quienes han estudiado con nosotros logran resultados distintos al común de las peluqueras y peluqueras. Con el Método Prana se logra mayor fluidez en lo creativo.
Favor de comentarnos sobre vuestra iniciativa de cortes de pelo a cambio de alimentos
La idea de hacer cortes de pelo solidarios nació en plena pandemia, con el objetivo de ayudar al Comedor de Santi del Barrio de Saavedra (Ciudad de Buenos Aires). Está ubicado en La Chilinga, un lugar donde se hace percusión. Surgió porque nos fuimos dando cuenta que cada vez más personas están teniendo problemas para lo más esencial que es la comida.
Por un lado crece la pobreza en el país y al mismo tiempo crece la solidaridad de la gente. Entonces decidimos hacer nuestro aporte para personas que no podían tener el dinero para acceder a un corte de pelo pero si para adquirir un alimento, y al mismo tiempo obtener alimento para donarlo al comedor.
Prana Peluquería de Diseño en sus campañas no utiliza personas con la habitual estética de modelos de revistas. Favor de comentarnos al respecto
En nuestra vida hemos empezado a aceptar que los cuerpos son todos distintos y por eso empezamos a hacer campañas sin los típicos cuerpos 90-60-90. Eso trajo un cambio gigantesco y ahora estamos trabajando también con personas de más de 40 años que la sociedad las considera viejas, las estamos incluyendo en nuestras campañas como así también a personas inmigrantes.
Esto se refleja en nuestros videos institucionales. No buscamos que sea obvio, la idea es evitar imponer el modelo de estar flacos y musculosos. Empezamos a normalizar la idea de estar bien y contento simplemente como uno es. No somos un lugar de moda snob. Buscamos simplemente la inclusión.
Cuéntenos sobre los talleres de peluquería que dictan en los barrios populares
Desde el 2019 brindamos cursos en los barrios con chicas de la colectividad peruana en el Barrio 31 y en el barrio Juan XXIII (23). Es parte del programa Arte en Barrios del Gobierno de la Ciudad. Pronto vamos a brindar formación en el Barrio Rodrigo Bueno. Nos entusiasma mucho esta actividad porque la gente asume estos talleres con gran responsabilidad y muchas ganas. Es un viaje que nos llena el alma.
También estamos con personas de 50 años, algo impensado para nuestro rubro, porque siempre se buscaba gente joven. Nosotros decidimos que hay que cambiar eso porque todos estamos envejeciendo. Estamos cambiando la manera de relacionarnos, sabemos que lleva tiempo y estamos convencidos que vamos por buen camino.