La Ley de Etiquetado Frontal y su estancia en el Congreso Nacional se encuentra en peligro, debido a que está a tan solo dos meses de perder su estado parlamentario. El proyecto había obtenido media sanción en la Cámara de Senadores el 29 de octubre del 2020. A mediados de julio de este año resultó aprobado por un plenario de comisiones de la Cámara de Diputades para ser tratado allí. A pesar de esto, no hay indicios de que la ley se vaya a debatir en el corto plazo, y algunas agrupaciones están pidiendo explicaciones.
Una de ellas es la Federación Argentina de Graduados en Nutrición (FAGRAN), quienes estuvieron enviando cartas a las autoridades del congreso pidiendo que se trate el proyecto. Hasta el día de hoy, no obtuvieron respuesta.
“No hemos recibido ningún tipo de reunión o invitación a reunión. Si hemos visto expresiones tanto en medios de prensa como en las redes sociales a partir de la publicación de la carta y la gacetilla enviada, pero nada más”, declaró para Nota al Pie Mara Inés García, coordinadora del equipo de etiquetado por la FAGRAN.
Demoras en el tratamiento de la ley
Según enfatizó García, la dificultosa coyuntura política actual es la principal causante de la demora. A su vez, también advirtió que varies de les nueves ministres nombrados la semana posterior a las PASO, “no son actores que están a favor de esta propuesta. Queremos pensar que esto no tiene nada que ver con la demora”, agregó.
A pesar de esto, desde FAGRAN mantienen cierto optimismo en relación al tratamiento de la ley. «creemos que ya en julio había una posición tomada por diputados y diputadas. De hecho, el dictamen fue favorable para el proyecto de ley original, por lo que no habría ningún inconveniente en que este proyecto fuera tratado en el recinto. Y obtuviera la votación que necesita para convertirse en ley”, explicó García.
Importancia de la ley
“La ley es importante en tanto va a garantizar el acceso de alimentos saludables con menos contenidos o nulos de nutrientes críticos, que son potencialmente perjudiciales para la salud, como el azúcar, la sal, las grasas y las calorías en exceso”, explicó la integrante de FAGRAN.
“Tenemos clara evidencia científica de que el perfil nutricional de los argentinos está tendiendo a tener altos porcentajes de malnutrición por exceso, casos de sobrepeso y obesidad”, agregó. Esta problemática no solo abarca a los adultos, sino también a niños y adolescentes. «Hay presencia de enfermedades crónicas no transmisibles de aparición cada vez más precoz como la diabetes y la hipertensión”.
Por todo esto, desde la agrupación coinciden en que abordar un proyecto de estas características va en línea con las medidas que están tomando a nivel regional otros países. «Permite poder controlar esta malnutrición por exceso. Y poder ponerle un techo a los excesos de nutrientes críticos que vehiculizan tanto los alimentos procesados como las bebidas azucaradas” explico.
Experiencias regionales
Dentro de la región, algunos de los países que han impulsado políticas públicas en esta materia son México, Colombia y Uruguay. “Nos han demostrado que el etiquetado frontal de advertencia, con presencia de octogonos negros en la cara principal de los envases de productos procesados y ultra procesados, genera en consumidores y consumidoras una mejor capacidad de elegir al momento de la compra”, declaró Mara Inés García.
“Les permite seleccionar alimentos libres de nutrientes críticos para poder llevar a cabo una alimentación más sana. Además están informados sobre que productos adquieren y consumen”, agregó.
Una de las ideas impulsadas por la industria alimenticia que está en contra de la ley tiene que ver con la potencial pérdida de puestos de trabajo y de capitales de la industria al modificar los alimentos. “Muy por el contrario, la experiencia internacional demuestra que las industrias se pueden sostener perfectamente y que no ha habido pérdida de puestos laborales”, comentó coordinadora del equipo de etiquetado por la FAGRAN.
“Esta ley también genera la reformulación de muchos productos para poder tener un portfolio de alimentos mas saludables, mas diversificados y que no sean perjudiciales para la salud”, agregó al respecto. De esta manera, “el beneficio reside no sólo en el comensal, sino también en la producción de productos alimentarios de cada país”.