El cambio climático trae aparejado una serie de fluctuaciones en los picos de temperatura, precipitaciones, como así también el incremento de la desertificación del suelo.
Una respuesta con miradas a la sustentabilidad por parte de les científiques argentines es encontrar cultivos que puedan resistir y adaptarse a estas cambiantes condiciones. Sin generar un desequilibrio en los recursos del entorno.
Nota al pie entrevistó a José Estévez, Dr. en Biología e investigador del Instituto Leloir/CONICET, para conocer estos avances.
¿Qué características considera que tienen que tener los cultivos del futuro para crecer en los nuevos ambientes hostiles que se están generando?
Tenemos un proyecto global en la Fundación Instituto Leloir-IIBBA (CONICET) que es la generación de plantas “climáticamente inteligente” o también denominadas “super adaptables”. En mi caso lo que queremos desarrollar son plantas que sean capaces de crecer en forma óptima con mucho menos fertilizantes en el suelo. Y esto nos trae a la gran problemática que ya existe con la producción de fertilizantes a nivel mundial y la demanda creciente de alimentos que se espera en las próximas décadas.
El problema concreto es que cuando se fertiliza, casi la mitad (o una gran parte) de lo que se agrega se pierde por lavado y no es absorbido por las raíces de las plantas. Esto causa un problema serio de contaminación de los cuerpos de agua circundantes y es un costo importante en la producción agrícola.
En el caso fosfato (forma del fosforo inorgánico que se aplica) el problema radica en que su producción no es renovable, se extrae en países políticamente inestables (en África Marruecos y Argelia). A lo sumo quedan 50-150 años (dependiendo de las estimaciones) de explotación de este stock.
Por eso, un mayor apoyo del Ministerio de Ciencia, CONICET y Agencia en nuestro proyecto son claves para que podamos seguir investigando. Yo confió que más empresas en Argentina se empiecen a interesar por la ciencia básica que desarrollamos y que jugará un papel protagónico en el futuro en la producción agrícola.
¿Qué plantas utiliza como modelo y por qué?
Desde el 2008, que volví al país luego de una estadía de investigación en Estados Unidos, que trabajamos con la planta modelo Arabidopsis thaliana (planta cercana a la mostaza). Tiene muchas ventajas (por su rápido crecimiento, muchas herramientas genéticas, etc.) que nos permiten explorar preguntas biológicas y encontrar respuestas en un corto lapso de tiempo.
Luego, ese conocimiento se intenta aplicar a cultivos de interés agrícola. Ya sea plantas que producen frutos carnosos comestibles (como tomate) como granos (maíz, soja, trigo). Como objetivo a largo plazo mi laboratorio junto con otros laboratorios del Instituto Leloir, queremos desarrollar plantas climática inteligentes que sean capaces de adaptarse y crecer en ambientes hostiles con alta salinidad, sequía o patógenos.
¿Qué beneficio puede tener para estos nuevos cultivos?
Nosotros generamos conocimientos muy básicos de cómo funciona una planta. Para luego ver de qué manera ese conocimiento se puede aplicar en mejorar cultivos de interés agronómico. Esto sumado a las nuevas técnicas de edición génica que cuando aplicadas a plantas no se consideran ya que sean transgénicas (no agregan un gen foráneo al organismo sino modifican el endógeno de la planta) representa un salto cualitativo y cuantitativo exponencial en el futuro.
Los cultivos inteligentes ¿Son una opción para disminuir el requerimiento de herbicidas usados comúnmente para desmalezar?
El tema de los herbicidas es un tema muy complejo en el cual me gustaría que hablen los especialistas en el mismo. Lo que sí puedo decir es que claramente la biotecnología en general, y en particular la edición génica, van a revolucionar la manera en que se hace agricultura sustentable en el futuro. Yo veo una unión compatible y muy fructífera de la biotecnología vegetal con prácticas de la agricultura orgánica a escala extensible. Es necesario que los expertos en estos temas puedan sentarse a dialogar y encontrar puntos en común. Hay mucho por mejorar.
El desarrollo de cultivos inteligentes que crecen en suelos hostiles ¿Qué ventajas puede tener respecto a las técnicas de producción alternativas?
A partir de nuestros trabajos y el de muchos otros colegas, se plantean diversas aplicaciones posibles en el cambio de la biotecnología vegetal. Para así poder desarrollar cultivos de interés agronómico en Argentina (trigo, maíz, soja, y otros cultivos) que puedan modular sus raíces para maximizar la captación de nutrientes y agua cuando crecen en condiciones de estrés abiótico. Por ejemplo, en suelos pobres en fosfatos, períodos prolongados de sequía, y otros factores. Estas mejoras son aplicables tanto en hidroponía como en cultivo tradicional en suelos.
¿El desarrollo de nuevos tipos de cultivos es la respuesta al cambio climático o se requiere también un cambio en la forma en que nos relacionamos con el ambiente?
Claramente necesitaremos de más y mejor biotecnología para enfrentar los desafíos de la seguridad alimenticia. Pero, por otro lado, es necesario replantearnos el grado de desperdicio de alimentos que hay actualmente en la cadena alimenticia. También el nivel de desigualdad en el acceso a los alimentos. Algo tiene que cambiar en nuestro sistema social, económico y científico.
Finalmente, creo que una de las obligaciones y objetivos primordiales que tenemos los científicos con cierto recorrido (ya con 40-50 años) es promover y ayudar a los científicos más jóvenes a poder realizarse y poder explotar todo su potencial en Argentina. Este es uno de los mensajes que me parece importante poder transmitir a los más jóvenes.
La Argentina cuenta con varios premios nobeles en ciencias experimentales (ej. Houssay, Leloir y Milstein) que dejaron un legado en ciencia único en Latinoamérica que nosotros debemos continuar y si podemos, mejorar.