Miles de personas salieron a las calles en Bielorrusia durante las últimas semanas, con la finalidad de pedir la dimisión del presidente Alexander Lukashenko.
El motivo de estas manifestaciones es para protestar contra los resultados de las elecciones. En la cuales, según la información oficial de la comisión electoral, el gobernante Lukashenko obtuvo el 80,2 por ciento de los votos.
Aun así, las encuestas reflejaban una tendencia totalmente diferente. Por ende, les especialistas consideran que falsearon el resultado. Por lo que les ciudadanes se sienten engañades.
A raíz de esto, el mandatario insistió en la validez de su triunfo, al puntualizar que llevaron a cabo la elección “en condiciones de transparencia”. Posteriormente disparó que “algunos se estaban preparando para elecciones justas y otros pidieron golpear a las autoridades, para un golpe de Estado”.
Con relación a las protestas en su contra, el presidente apuntó que “representaban una amenaza para la unidad nacional”.
Cabe destacar que Lukashenko está en el poder desde 1994 y que una vez que asumió se aseguró el control de los medios de comunicación.
“Hay una esperanza real de un cambio”
El politólogo Félix Krawatzek, en conversación con el medio Deutsche Welle, subrayó que “lo que es diferente a las protestas de otros años es el fuerte liderazgo simbólico de la oposición”. Y resaltó que “hay una esperanza real de un cambio”.
Si bien ya habían manifestaciones de la oposición antes de las elecciones, se expandieron tras el anuncio de los resultados electorales. De esta manera “la gente estaba enojada por este fraude electoral masivo y se reunió nuevamente en las calles» acentuó.
Por otro lado, Krawatzek hizo hincapié en que la pandemia de coronavirus “actuó como un acelerador” ya que muches, especialmente les jóvenes, perdieron sus trabajos. Sumado a que “no introdujo ninguna restricción, las escuelas y tiendas permanecieron abiertas y los eventos continuaron”.
Por consiguiente «hubo grandes dudas sobre si el régimen realmente se preocupa por su gente», subrayó Krawatzek.
Cabe señalar que se “observa gente de todas las edades y grupos ocupacionales: desde miembros de la orquesta sinfónica hasta trabajadores fabriles”.
En esa misma línea “las mujeres van vestidas con ropa blanca y llevan flores en la mano”. Posteriormente, “abrazan a los policías uniformados y colocan flores en sus escudos” detalló el especialista.
De esta manera “se busca contrarrestar la violencia del Estado, con una protesta pacífica” sentenció.