Tode deportista olímpique busca el máximo rendimiento, subirse al podio y en lo posible obtener una medalla dorada. Pero además, existen valores a seguir y muches atletas los interpretaron de forma ejemplar.
Se trata de los valores del olimpismo, aquellos con los que soñó el barón Pierre de Coubertin, creador del Comité Olímpico Internacional en el año 1894. Su doctrina sería volcada a la Carta Olímpica, a la que adhiere el Comité que es quién organiza de los Juegos.
Según la World Olympians Association, el olimpismo pregona la excelencia, la amistad y el respeto como bandera. Adopta los principios éticos universales, la solidaridad y el humanismo con un juego limpio en un ambiente de compañerismo.
A continuación, el repaso de algunos de los gestos más destacados de los cuales Cubertin sentiría orgullo.
1 – La emocionante despedida de Scola
Llegó el día que nadie quería vivir, llegó la última función de Luis Scola con el seleccionado nacional. La leyenda se retiró con el oro olímpico de Atenas 2004 y el bronce en Pekín 2008. Además participó de Londres 2012 y Río de Janeiro 2016 para con Tokio totalizar cinco citas olímpicas.
A sus 41 años le puso punto final a una intachable carrera. La eliminación de Argentina ante Australia por 97-59 por los Cuartos de Final quedó en un segundo plano.
Cuando restaban 51 segundos del último cuarto, el entrenador Sergio “Oveja” Hernández lo sustituyó y llegó uno de los momentos más conmovedores de Tokio 2020.
Además de les propies, recibió el reconocimiento de jugadores y entrenadores australianos. Incluso les árbitres y la poca gente que había en el estadio se fundieron en un interminable aplauso ante un compungido Luifa Scola.
El líder argentino se sentó en el banco, se levantó y elevó un brazo en modo de agradecimiento con los ojos vidriosos. Después del partido declaró: “estoy un poco golpeado emocionalmente”, y sintetizó: “di mi mayor compromiso”, “lo disfruté mucho y voy en paz”.
2 – Medalla dorada entre dos
Durante la jornada del domingo primero de agosto, en la rama del atletismo, los deportistas de Italia y Catar tuvieron un gesto muy particular que emocionaron a todos.
Se trata del italiano Gianmarco Tamberi y el catarí Mutaz Essa Barshim que compitieron en la disciplina de Salto en altura.
Ambos habían superado la marca de 2,37 metros pero ninguno pudo con la de 2,39 de alto, cuyo record pertenece al estadounidense Charles Austin desde Atlanta 1996.
Ante esta situación, conversaron con el juez y con la opción de un desempate decidieron compartir la medalla dorada. Se fundieron en un abrazo y terminaron notablemente conmovides.
Al haber dos oros, no hubo medalla de plata y el bronce fue para el bielorruso Maksim Nedasekau.
Ambos atletas consiguieron su primer Oro olímpico. Barshim tenía un bronce de Londres 2012 y una plata de Río de Janeiro 2016. Por su parte, Tamberi consiguió su primera medalla.
3 – Oro, récord y reconocimiento
Uno de los grandes momentos de compañerismo que brindaron estos Juegos Olímpicos se pudo observar en la prueba de 200 metros de pecho en natación.
La sudafricana Tatjana Schoenmaker se hizo de la presea dorada y todo transcurría con normalidad hasta que advirtió que había superado el récord con 2’,18”,95”’. La nadadora no pudo contener el llanto de emoción y las contrincantes nadaron hasta su carril para abrazarla al mismo tiempo.
Luego de perder, no dudaron en felicitar a la nueva campeona. Las estadounidenses Lily King y Annie Lazor se llevaron la Plata y el Bronce respectivamente.
4 – Un tropezón no es caída
Otro destacado acontecimiento de espíritu olímpico ocurrió durante la carrera de 800 metros masculino. El corredor norteamericano Isaiah Jewett y el botswano Nijel Amos chocaron entre sí y despidieron sus buenas oportunidades de acceder a las finales por medalla.
Cerca de la recta final, Jewett iba por delante de Amos cuando su talón golpeó con la pierna de su perseguidor y se generó la caída.
Lejos de enfadarse entre ellos, y aunque decepcionados, se ayudaron a ponerse de pie a y ambos a la par decidieron completar la carrera, casi un minuto después del ganador.
5 – Finalizar también es ganar
El último caso a destacar tuvo lugar en el triatlón femenino, una disciplina que incluye 1500 metros de natación, 40 kilómetros de ciclismo y 10 kilómetros por tierra a pie.
De la competencia participaron 54 atletas pero apenas 34 pudieron completar el recorrido. Dos de ellas fueron Lotte Miller de Noruega en el puesto 24 y Claire Michel de Bélgica, quién llegó en último lugar.
Tras concluir la competencia, la belga ya en el suelo rompió en llanto y la noruega se acercó para consolarla: “eres una maldita luchadora. Este es el espíritu olímpico y lo tienes al 100%”, en una gran imagen de camadería.
Esta prueba fue ganada por Flora Duffy de Bermudas con un tiempo de 1:55:36, mientras que Michel lo hizo en 2:11:05. Vale destacar la presencia argentina con Romina Biagioli, quién pudo completar la competencia y salió apenas arriba de la belga, con un registro de 2:07:42.
Estos fueron algunos de los valores que representaron el olimpismo instaurado por Coubertin hace más de un siglo.