La Red PAR es un grupo de periodistas de Argentina en Red por una Comunicación No Sexista fundada en noviembre del 2006. Elles trabajan por la aplicación de la equidad de género y la inclusión de la perspectiva de género en la comunicación.
La red surge por la iniciativa de Sonia Santoro y Sandra Chaher, ambas periodistas y fundadoras de lo que fue la Asociación Civil Artemisa Comunicación (2005-2011); una organización con el objetivo de promover la igualdad entre mujeres y varones desde la comunicación.
La periodista y teóloga Claudia Florenti, habló con el medio y dijo que ella junto con Sandra Chaher, Dafne Sabanes y Gabriela Barcaglioni; “fuimos haciendo la lista de mujeres periodistas; que ya venían trabajando el tema de derechos de las mujeres y las convocamos para el primer encuentro”.
El 3 de junio del 2015 surge Ni una Menos en el país. Las mujeres de la red han sido unas de las tantas gestoras del movimiento; el cual se encuentra marcado por la lucha previa de tantísimas mujeres feministas.
Surgimiento de Ni una Menos
Una de las fundadoras de la Red PAR y periodista, Gabriela Barcaglioni, dio su punto de vista al respecto: “Las periodistas valiéndose de las redes sociales; del contacto con esa problemática, empiezan a motorizar esa movilización; pero había ahí una base ya dentro del movimiento de mujeres que plantó el terreno para que el Ni una Menos surgiera”.
La periodista Marcela Ojeda fue quien se enteró del femicidio de Chiara Páez y envíó un twit “que dice: ¿no vamos hacer nada?”. “Ellas se venían reuniendo en el museo Roca en Buenos Aires; haciendo jornadas de lectura contra los femicidios; ese grupete empieza a movilizar, pero había todo un movimiento social y político en la Argentina que sostuvo ese reclamo”, indicó Barcaglioni.
Cabe recordar que el femicidio de Chiara Páez es “la última gota que rebalsa el vaso de agua, pero en realidad había todo un momento de reclamos con femicidios; que empiezan a tomar escena pública y se empieza a exigir al Estado”.
“El Ni una Menos interpela al Estado como tal, como responsable, frente a todo lo que es la ruta crítica que tiene una mujer en situación de violencia; donde no le toman la denuncia, no las escuchan, no valoran los riesgos; se archivan las causas, no se aplican las normas vigentes”, argumentó la periodista.
“Yo fui criada en un ambiente evangélico conservador, pero hoy soy feminista de 50 años; y eso no es porque alguien puso un twit y se despertó un movimiento como el Ni una Menos; sino porque hubo feministas que estuvieron ahí para darme la mano años atrás; cuando yo también fui víctima de determinadas cosas como muchas mujeres”, aclaró Florenti.
Rescatando la lucha feminista en el “territorio profundo”
La teóloga trabajó violencia de género por primera vez en el año 2000 “en un pueblito santafesino como pastora de una iglesia evangélica”. En ese entonces “las mujeres violentadas, en plena crisis pre 2001 venían a golpear las puertas”.
Las feministas, dijo la periodista, ya se encontraban en el “territorio profundo”. “Yo no menosprecio el trabajo de las compañeras de Buenos Aires y de las que han puesto la cara y su nombre para un montón de cosas y re valoro su laburo”; pero también “valoro a las compañeras que hace un montón de años estábamos en los territorios”.
Allí, según la periodista, “tenes que tener espalda para hablar sobre violencia de género, haciéndole frente a un intendente; a un juez de paz, a la policía, a un cura, a un pastor”.
Unides en la lucha
El feminismo para Florenti es intergeneracional y “la fuerza de las pibas la necesitamos, muchas también estamos cansadas de movernos”. Para la periodista Ni una Menos son las jóvenes, ella; “la compañera militando en el campo; la que acompaña en medio del monte a mujeres que hacen abortos clandestinos, todas las compañeras”.
“Hay una generación que salió a la calle con el Ni una Menos, entonces lo va a tomar como algo disruptivo en su vida; pero que esa adolescente este en la calle es porque hubo varias generaciones que prepararon el terreno para eso”, agregó Barcaglioni. A su vez, “las que no somos tan jóvenes tenemos que saber acompañarlas”.
Según la periodista “lo que a ellas les pasa como violencia entra a tener un marco de que no les pasa a ellas solas; en ese sentido también el Ni una Menos hay que valorarlo”.
Implicancia y significado del Ni una Menos
Para Barcaglioni Ni una Menos “centralizó la demanda”. “Antes éramos grupos feministas muy focalizados en diferentes momentos o espacios”, sostuvo. Por otro lado, el reclamo social involucró “diferentes edades, sectores sociales, políticos”. Luego, en términos personales, fue pensar: “huy, escucharon lo que veníamos diciendo, reaccionaron”.
Otra de las cosas “que a mí me produce satisfacción del Ni una Menos es que ahí el Estado reaccionó con políticas públicas”. “El feminismo no es solo académico; también es movilización social y transformación, es un motor que revoluciona la sociedad, eso lo valoro muchísimo también”, reflexionó.
La locutora tandilense y operadora en psicología social, Andrea Rossetti, integrante de la Red PAR, también dialogó con el medio. Para ella Ni una Menos supuso “la posibilidad de posicionar la agenda de género; en las agendas públicas”. A la marcha en Tandil, asistió un grupo heterogéneo de personas, entre 10000 y 15000”. Para Rosetti la masividad y la diversidad son detalles a rescatar.
“Las redes sociales nos permitieron convertir una movida que estaba centralizada en Buenos Aires en algo federal”, dijo. Con la Red PAR utilizaron la comunicación “para replicar y convocar”.
Florenti en ese entonces vivía en Entre Ríos, en La Paz. “La ciudad conservadora no había tenido nunca un movimiento de mujeres organizado en toda su historia”, declaró. Ella junto a otras mujeres lo generaron e hicieron “una convocatoria pública a marchar el 3 de junio del 2015”. Para la periodista constituyó “un hito” en su vida “como militante”. Acudieron tres mil personas a la plaza “en un pueblo de 25000 habitantes”.
Recepción en el tiempo del Ni una Menos por parte de la sociedad
La teóloga declaró que “no logramos pasar un reclamo colectivo a una reacción que se perpetúe en el tiempo; eso es una deuda que nos debemos como sociedad, me cuesta mucho imaginarme los próximos años; con este avance de los fundamentalismos religiosos y demás; que es un tema que yo trabajo”.
Rosetti por otro lado contó su experiencia en Tandil y dijo que luego de la primera marcha “vuelve haber un protagonismo más importante de las organizaciones feministas”. También cuando “empiezan aparecer banderas de sectores partidarios” un sector se aparta. Muches quienes participaron en el primer Ni una Menos lo hicieron por no haber banderas partidarias; “ese había sido un arreglo que nos había costado también muchísimo”.
“Importaba la violencia de género, los femicidios como máxima expresión, ese reclamo bien popular, eso se fue trastocando; pero comparado con lo anterior se ganó mucho protagonismo en la agenda pública”, rescató la locutora. Asimismo, según Rossetti “empezó a debatirse hacia dentro de las instituciones y las organizaciones la necesidad de crear espacios de género”.
Perspectiva de género en los medios
En relación a los medios el Ni una Menos facilitó la instalación de otros temas en la agenda, según Barcaglioni. Las editoras de género también “aparecen después del Ni una Menos”. Igualmente “aún hay algunos baches con respecto a pensar un relato diferente al que se hacía teniendo en cuenta la perspectiva de género”, sostuvo.
Florenti a su vez dijo que “estamos muy subrepresentadas todavía en los medios”. Por otro lado, “mientras tengamos programas donde la mujer siga siendo un cuerpo semidesnudo; seguimos mostrando postales contradictorias e incoherentes”, argumentó.
En relación a los medios, Rossetti, dijo que “todavía nos seguimos encontrando con abordajes que dejan mucho que desear; pero hemos encontrado públicos con más herramientas que van reclamando, que son críticos”.
“Está habiendo un periodismo con mayor perspectiva de género, pero aún falta transversalizar que la cuestión de género; no se vincule solamente a la agenda de los derechos de las mujeres; sino que cuando tenemos un colega que hace policiales o judiciales también tenga esta perspectiva”, explicó la locutora.
Al mismo tiempo agregó “que la agenda de género no la manejemos exclusivamente las mujeres; yo no me tengo que dedicar hacer una campaña porque tengo más sensibilidad; la tenemos que pensar entre todos y todas”.