La institución se fundó en 1988, a partir del sueño de los pibes del barrio de tener un lugar donde jugar a la pelota; en nuestros días lucha por conservar su espacio y resiste al proceso de desalojo. Ya sea haciendo vigilia o movilizándose ante la Municipalidad de Moreno los miembros y vecines del Club Aurora piden que se revea la situación, para poder llegar a un acuerdo que permita que continúe el funcionamiento en la zona y no se borre parte de la identidad del barrio.
“Vamos a cumplir 33 años. Esto surge de unos chicos de barrio en un campo abandonado; los muchachos de esa época cortaron las cañas tacuara con palas y armaron la canchita de barrio de unos 7 u 8 jugadores por equipo y cuando comenzó a llenarse de chicos pasaron la cancha a donde está actualmente y la transformaron de 11. Esos chicos algunos juegan en la actualidad en categoría Master y otros ya se han retirado porque son señores de más de 60 años que acompañan a la institución del barrio” comenta a Nota al Pie Fernando “Pollo” Molina, miembro de la comisión del Club.
La institución no solo brinda un espacio de actividad deportiva, sino que también cumple las funciones de contener a les jóvenes y coordinar actividades con les vecines del barrio.
Ya sea dando fútbol a 180 niñes, con la participación y acompañamiento de sus familias en torneos y competiciones; brindando su espacio para las prácticas de gimnasia de escuelas aledañas; o realizando una campaña de anotación de vecines para la vacuna del Covid-19, la institución reafirma su compromiso social.
“Durante la pandemia realizamos ollas populares. Había comenzado como una copa de leche, pero pronto vimos que también se gestaba la necesidad de brindar un almuerzo. Entre los miembros del club comenzamos a juntar mercadería para llevar adelante el proyecto y pronto el barrio comenzó a dar donaciones y así fue creciendo. En invierno paraban los vehículos y bajaban bolsas de cebolla, de ancó, de papa. Era emocionante” Afirma Molina quien a su vez destaca que “el Club sigue brindando merienda y almuerzo a la comunidad”.
Pese a todo este trabajo social, en el último tiempo se avanzó con una medida judicial para desalojar al Club del predio que ocupa, ya que apareció una supuesta dueña que en el año 2000, en un remate poco claro, compró los terrenos donde se encuentra la institución con está adentro.
Desde Aurora Club, se está trabajando para negociar el financiamiento de los terrenos donde se ubican y poder frenar de una vez por todas el desalojo; como parte de esto, se vienen realizando varias actividades abiertas al público que sirven para recaudar el pago para un abogado y los trámites a realizar.
Como lo expresa el “Pollo” Molina “Es triste porque acá hay negocios inmobiliarios. Aurora no pide que el Municipio nos regale nada. Solo pedimos que intercedan, se pueda negociar formas de pago y nos vendan lo que nos corresponde, nosotres somos una comisión joven, fuerte, trabajadora que ya hemos hecho un montón de cosas a base de sacrificio y trabajo”.
El hecho de que esta situación no se resuelva, solo demuestra la falta de contemplación en la planificación territorial de los barrios; como de un día para otro se puede desalojar los sueños de les chiques y familiares que ven en el club ese espacio de contención y desarrollo; se pierden los sueños y proyectos vecinales que se canalizaron y organizaron a partir del apoyo de la institución; se pierde la gran red de solidaridad y unión de la comunidad; se pierde parte de la esencia e historia del barrio Aurora.