Una interesante propuesta llega al teatro bajo el ala del experimentado dramaturgo Francisco Lumerman llamada “Somos bomberos”. Un texto que se añejo 12 años antes de llegar a escena que traslada a la platea a la vida misma de una brigada masculina de Bomberos voluntarios. Un peculiar territorio machista, la figura del rescatista, sus emociones, necesidades, responsabilidades y sus ocultas debilidades más su relación con las mujeres dentro y fuera de la profesión. Las funciones son los sábados 20:30 h en la clásica sala céntrica del Teatro Andamio 90, Paraná 660, CABA.
La trama inicia con un incendio en el propio cuartel de bomberos, un hecho traumático para el equipo. Desde allí la pieza adentra al espectador a las vivencias de este equipo de hombres, un trabajo cargado de la mirada social, y el idealismo de la profesión con sus pros y sus contras. El equipo será puesto a prueba con la llegada de una psicóloga laboral y su singular terapia que removerá sus reservadas emociones, las estructuras básicas del grupo e individuales. La profesional difumina la figura ideal del rígido y machista bombero y permite visualizar los secretos de cada uno del equipo. Desde allí la obra transita por momentos divertidos y desopilantes para ir dando lugar al drama, con un final inesperado que sorprende al espectador.
Una puesta tan tangible como la realidad
El diseño espacial creado por José Escobar es un espacio largo con tres dimensiones, por donde aparecerán y se desaparecerán los personajes. Una escenografía muy bien lograda que traslada a la platea a parte de un cuartel. La dirección es de Maite Velo, quien ofrece un espectáculo original que potencia y busca ensamblar todas las inquietudes del autor. Ella crea una ambiente que logra persuadir al público y supera el universo imaginario de Lumerman quién escribió el texto en el 2010 durante la cursada de su carrera como dramaturgo.
Un grupo actoral impregnado de fuerza y representatividad
Una puesta diferente y decisiva, donde un heterogéneo elenco de ocho mantiene a los espectadores hipnotizados con cada una de sus palabras e interpretaciones. El reparto tiene a Lucila Kairuz y Vanina Montes en los únicos roles femeninos de la ex mujer de uno de los bomberos y la psicóloga laboral. Ambas salen airosas en sus interpretaciones con toques sensibles y pulsiones desenfrenadas. Justo a ellas los personajes masculinos son los más jugados como Jonathan Yoffe de imponente histrionismo, quien hace el clásico joven machista que ve a cada mujer como un objeto, desborda juicio de valores a cada uno que se le cruza y encierra un hombre acomplejado en su interior.
José Escobar como el retraido compañero Dominguez, tiene el poder de sumar los momentos más dramáticos a la pieza, con un destaque agudo y revelador hacia el final. El resto del equipo está formado por Daniel Begino, Juan Trzenko, Iván Vítale, y Juan Zuluaga, quienes asumen cada interpretación con gallardía, y desatan con soltura el caos y la locura que plasma la obra por momentos.
En resumen, una obra realista que propone un juego escénico diferente y explora un universo laboral bastante desconocido por la sociedad. Una puesta con muchos recovecos emocionales, con espacio para la comedia, el costumbrismo y el drama. Porque, ante todo, “Somos Bomberos”, es una obra llena de aristas que se sorprende a cada instante y que va ganando dinámica. Un final intenso y desconcertante que dejará a más de uno pensando y con la tarea de reflexionar.