
Este miércoles por la tarde el luto invadió al fútbol argentino con la triste noticia de la muerte de Miguel Ángel Russo, quien ejercía el cargo de DT en Boca Juniors.
El ex mediocampista de 69 años se encontraba en medio de una constante pelea contra una enfermedad terminal que se le presentó en 2017 cuando dirigía a Millonarios de Colombia. Desde entonces, la vida de Miguelo fue un constante tire y afloje pero nunca se alejó de lo que más amaba.
Un luchador eterno
La vida siempre resulta impredecible con sus acciones e vueltas y dentro del deporte argentino se vivió esa turbulenta sensación en las últimas horas. Lo cierto es que Russo afrontó varios tratamientos y dos operaciones mientras mantenía su regularidad dentro del fútbol.
De hecho, todo ese desgaste emocional, físico y mental le comenzó a pasar factura a inicios de septiembre. El declive corporal comenzó con ciertas internaciones por cuadros de deshidratación.
Ese panorama impidió que se mostrara en óptimas condiciones en los entrenamientos del Xeneize y su última aparición pública fue el pasado 23 de septiembre en el predio del club. Incluso, ese día se publicó una imagen en las redes sociales de la institución de él junto al presidente Juan Román Riquelme entrelazados en un abrazo fraternal lleno de sonrisas.
Pese a que muchos notaban su débil estado, Russo continuó al frente del club de la Ribera. Lo cierto es que todo futbolero argentino recordará su inmensa alegría y etapas en clubes como Estudiantes de La Plata, Vélez, Lanús, San Lorenzo y Rosario Central.
Asimismo, su imagen quedará guardada en otros países como Colombia, México, España, Arabia Saudita, Chile, Perú y Paraguay. El ex entrenador partió en su casa de Capital Federal rodeado de sus familiares y seres queridos luego de no rendirse a pesar de poseer un cuadro delicado.
Diversos reconocimientos
Dentro del fútbol existen nombres que sobresalen por mucho más que su técnica dentro del campo o sus planificaciones en una pizarra, y Russo era uno de esos. En todos los lugares que tuvieron el privilegio de tenerlo entre sus filas coindicen que su mayor cualidad provenía de su persona.
De hecho, muchos admiraban su constante incentivo de sacar lo mejor de cada uno y su enorme convicción de que todo se puede alcanzar. Su historia terminó en Boca pero le pertenece a todo el fútbol argentino por la indiscutible impronta que dejó en su espectro colectivo.
El propio conjunto de la Ribera hizo saber ese sentimiento en una publicación en sus redes sociales al informar sobre su partida física. “Miguel deja una huella imborrable en nuestra institución y será siempre un ejemplo de alegría, calidez y esfuerzo”, expresó. A lo que acompañaron con su total apoyo para con su familia y seres queridos.
En esa misma línea de condolencias aparecieron jugadores y diversos clubes para despedirse del ex técnico. Uno de los primeros fue Leandro Paredes, quien volvió a Boca poco tiempo después que Russo. Por su parte, Carlos Tévez también se hizo presente en las redes al haber sido su último entrenador con Boca en 2019.
Mientras que, Ángel Di María no se quedó atrás al compartir un fuerte vínculo por Rosario Central. Asimismo, Juan Sebastián Verón y Alejandro Domínguez, presidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), se sumaron a las sentidas palabras para con el DT.
Por el lado de las instituciones, tanto River, San Lorenzo, Millonarios, Estudiantes de La Plata, Central, Lanús, Vélez, Colón, Newell’s y Racing dejaron de lado sus diferencias y actualidades para mostrar su respeto hacia Russo. Incluso, la Selección Argentina llevó a cabo un minuto de silencio en Miami, donde concentra para los amistosos preparativos con Paredes en el plantel.
Otro aspecto que involucra a Boca es que el partido de Reserva ante Belgrano fue suspendido a los 37’ del primer tiempo, momento en que se conoce la noticia. De la misma manera sucedió con la Liga Profesional al confirmar que el duelo contra Barracas Central del próximo sábado fue postergado.
Un ermitaño platense
Miguel Russo nació en Valentín Alsina el 9 de abril de 1956 y se destacó por ser un talentoso volante central. Su carrera futbolística se desarrolló de manera íntegra en Estudiantes de La Plata, donde debutó en 1975 y se quedó por 14 años como un ‘One Club Man’ hasta su retiro en 1989.
A su vez, realizó las inferiores en ese prestigioso club como parte de la recomendación de Pascual Antonio Ortuondo, quien fuera su mentor y empleado de esa área del Pincha. A lo largo de sus años con los botines disputó 435 cotejos en total, de los cuales 15 fueron a nivel internacional.
El gol nunca fue su mayor virtud pero registra 11 anotaciones en la Primera División de los torneos de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). En tanto, se consagró en el Campeonato Metropolitano de 1982 con Carlos Salvador Bilardo como DT y del Torneo Nacional de 1983 con Eduardo Luján Manera al mando.
El par de títulos obtenidos con el cuadro platense la permitieron ser convocado a la Selección Argentina de la mano del propio Bilardo. Su presencia con la celeste y blanca acumuló 17 oportunidades y 1 tanto en las Eliminatorias Sudamericanas de 1986. No obstante, una serie de problemas físicos impidieron que sea parte del equipo que viajó a México.
Un vaivén de emociones
Una vez que Russo colgó los botines, su primera travesía con el buzo de técnico estuvo en la Segunda División con Lanús en 1989. En el Granate logró el ascenso en su primera temporada al vencer a Quilmes en el Reducido. Asimismo, repitió la hazaña en 1992 como campeón del Torneo Nacional para luego irse en 1994.
Su siguiente prueba fue Estudiantes para obtener el mismo logro con coronación incluida en la única campaña que comandó al club platense. Sus buenas apariciones le abrieron las puertas de la Universidad de Chile en 1996, año en que perdió las semifinales de la Copa Libertadores a manos de River.
Ese gran trampolín en su carrera permitió que tome las riendas de Rosario Central, Salamanca de España, Colón, Los Andes y Morelia de México entre los años 1997 y 2004. Lo que destacaba de sus estadías era la regularidad general de sus equipos, por lo que en ese lapso sumó un 2° ciclo en Lanús y el Canalla.
En 2005 apareció su gran oportunidad con Vélez al consagrarse del Clausura de ese año y sumar su primer título en Primera División. Además, esa temporada alcanzó las semifinales de la Copa Sudamericana.
Para 2006 arribó a Boca, donde obtendría la Copa Libertadores de 2007, el título más destacado de su palmarés y el último de la institución en el plano continental. El juego ofensivo fue la mayor virtud de su equipo que era liderado por Riquelme.
A fines de ese 2007 se fue de La Boca tras caer en la final del Mundial de Clubes contra el Milan por 4-2. En junio de 2008 aterrizó en San Lorenzo, donde pierde el Apertura contra el Xeneize en el recordado triangular que involucró a Tigre.
Para 2009 tiene una nueva etapa en Rosario Central que no supera ese año ya que entre 2010 y 2011 se hace cargo de Racing. Luego de alejarse de la Academia renueva la sintonía de regresos con Estudiantes, Central y Vélez.
Estadías Inequitativas
Las últimas actuaciones técnicas de Russo solo cosecharon un fuerte vínculo del Canalla con la zona roja como lo más rescatable. En su 3° ciclo en Rosario evitó el descenso al vencer en la Promoción a Belgrano. Mientras que, en 2012 retornó para buscar el ascenso, objetivo que se logró como campeón para ganarse la idolatría de la gente.
El entrenador entró de lleno en la historia del club pero su siguiente año no fue bueno en lo deportivo. Luego de que culminara su estadía en el Canalla, el técnico estuvo poco más de un año sin trabajo hasta que llegó la oportunidad en suelo cafetero.
En diciembre de 2016 fue contratado por Millonarios en reemplazo de su compatriota Diego Cocca. Más allá de una primera rueda complicada, el equipo obtuvo el Torneo Finalización de 2017 tras 5 años de sequía al derrotar 3-2 en el global a Independiente Santa Fe.
Al finalizar la campaña Russo comunicó que se le diagnosticó cáncer de próstata y que horas antes de la final realizó quimioterapia. Incluso, estuvo en el banco de suplentes pese a tener incapacidad médica por posibles riesgos.
El año 2018 arrancó de la mejor manera con la Superliga de ese país ante Atlético Nacional por un 2-1 en el global. A inicios de noviembre dejó su cargo tras un acuerdo mutuo con la dirigencia como consecuencia de una mala campaña local.
Para 2019 concretó fugases pasos por Alianza Lima de Perú y Cerro Porteño de Paraguay, clubes en los que los resultados negativos decantaron su pronta salida. En enero de 2020 pegó la vuelta a Boca para coronarse en la Superliga de ese año y la Copa de la Liga del siguiente.
Pese a que logró eliminar a River en 2 competencias nacionales, una racha sin triunfos en la liga local encaminó su destitución en agosto de 2021. Cabe mencionar que Boca ganó la Copa Argentina de 2019-2020, la cual inició con Russo en el banco pero finalizó con Sebastián Battaglia debido a que la pandemia la suspendió.
A fines de 2021 dirigió el Al-Nassr de Arabia Saudita hasta mediados de 2022 y en diciembre de ese año selló su 5° etapa en Rosario Central. En el Canalla abrochó la Copa de la Liga de 2023 como su último título pero decidió irse de la institución en agosto de 2024 por problemas personales.
Sin miedo al éxito
Sus pasos posteriores a la salida de Rosario se caracterizaron por sumergirse en clubes que atravesaban una fuerte crisis interna. En primer lugar figura San Lorenzo en octubre de 2024 que lo sumó para tomar las riendas de un equipo sin rumbo en medio de diversos conflictos institucionales.
Russo arribó a Boedo con grandes expectativas para reemplazar a Leandro Romagnoli y aunque firmó contrato hasta diciembre de 2025, todo terminó de manera abrupta. Más allá de las cuestiones dirigenciales, los jugadores demostraron estar enfocados en la idea general del DT al punto de haber sido semifinalistas del Torneo Apertura.
Pocos días después de la eliminación recibió el llamado de Riquelme para agarrar el fierro caliente que era Boca con grandes problemas futbolísticos. De este modo, Russo debutó en el Mundial de Clubes y logró mejorar la imagen del plantel, el cual se vio fortalecido con la llegada de Paredes.