
Desde la invasión rusa a Ucrania en febrero de 2022, el mapa geopolítico europeo volvió a poner la lupa sobre Moldavia y, en particular, sobre Transnistria, una región separatista poco conocida fuera de la zona. Para muchos, se trata simplemente de un enclave leal al Kremlin y sin reconocimiento internacional como Estado. Sin embargo, detrás de esa etiqueta se esconden una historia compleja y las tensiones de un territorio disputado.
Transnistria es una unidad territorial de la República de Moldavia que, después del colapso de la Unión Soviética y una guerra civil, proclamó su independencia haciéndose de su propio gobierno. En la actualidad viven en la región unas 360.000 personas, cerca del 13% de la población de la República de Moldavia. De acuerdo a un censo del 2015, el 29,1% de ellos se identificó como ruso.
Breve historia
En los años finales de la URSS, la discusión sobre el idioma y la posible reunificación de Moldavia con Rumania avivó temores y fue utilizada como argumento político por los sectores pro-soviéticos. En 1990, proclamaron la llamada “República Moldava de Transnistria”, origen de la disputa que persiste hasta hoy.
La independencia moldava, en 1991, derivó en meses de combates entre el gobierno legítimo y los separatistas. Estos lograron imponerse gracias al respaldo del 14º Ejército ruso, voluntarios llegados desde Rusia y abundante armamento suministrado por Moscú. Esto se considera la primera intervención militar rusa en el espacio postsoviético. En 1999, Rusia prometió retirar sus tropas de la región, pero nunca cumplió.
Forma de gobierno y su importancia para Rusia
Transnistria mantiene un sistema político autoritario. El “presidente”, Vadim Krasnoselski, exoficial del Ejército, gobierna desde 2016 en un esquema sin prensa libre, con presos políticos y prohibiciones al uso del alfabeto latino para el rumano.
Para Rusia, Transnistria funciona como una base militar avanzada para posibles ataques en el suroeste de Ucrania y también potencialmente en Moldavia. Se estima que hay 1.500 soldados rusos estacionados en la región. Un enorme arsenal de armas soviético, que contiene alrededor de 20.000 toneladas de municiones y material de guerra, se encuentra almacenado cerca de la aldea de Cobasna, en el norte de Transnistria.
Desde 1993 existe un mecanismo de diálogo para resolver el conflicto transnistrio, pero nunca logró avances significativos. Rusia bloqueó sistemáticamente cualquier reintegración a Moldavia. En la actualidad, la suspensión del suministro de gas ruso debilitó las finanzas de Transnistria y generó especulaciones sobre un colapso del régimen. Aun así, ni Moldavia busca una escalada ni cuenta con la capacidad militar para revertir por la fuerza el statu quo.