
En un año atravesado por tensiones políticas, crisis económica y debates sin salida sobre la inseguridad, la asociación civil Sinodar presenta una iniciativa que busca correr el eje: enfrentar al crimen organizado desde el trabajo, la producción y la organización comunitaria. El proyecto se llama LABURO y tendrá su lanzamiento oficial el viernes 12 de diciembre a las 19 en el Multiespacio JXI (Gascón 1474, CABA), con entrada libre y gratuita.
La propuesta, desarrollada entre Argentina, Italia y Costa de Marfil, surge en un contexto donde la violencia avanza sobre distintos barrios del país y las respuestas estatales parecen limitarse a diagnósticos repetidos o medidas aisladas. Frente a ese panorama, LABURO apuesta por tejer redes de producción vinculadas a experiencias reales de resistencia a las mafias en distintos puntos del mundo.
El encuentro presentará los primeros productos creados en el marco del proyecto, incluidos los diseños ganadores del concurso internacional, y reunirá a organizaciones sociales, referentes comunitarios y especialistas que trabajan diariamente en los territorios. En ese sentido, LABURO invita a la sociedad en su conjunto a comprender un fenómeno que dejó de ser marginal para convertirse en un desafío estructural.
“Hoy el crimen organizado no es solo un problema de seguridad: es un problema de trabajo, de desigualdad y de futuro. La violencia no crece por casualidad; crece donde no hay alternativas reales para vivir dignamente”, afirmó Ezequiel Conde, coordinador del proyecto.

LABURO es una experiencia internacional que revaloriza la organización del trabajo como herramienta de resistencia y transformación. La Cooperativa San Cayetano (Argentina), la empresa gráfica Pibiesse (Italia) y la marca de ropa Dawnlight (Costa de Marfil) integran esta iniciativa que propone un modelo innovador: enfrentar las redes criminales mediante trabajo formal, inclusión, cultura cooperativa y la construcción de una economía que repare y devuelva oportunidades donde antes solo había riesgo y violencia.
Al respecto, Mariano Di Palma, integrante de Pibiesse, expresó: “LABURO es un viaje de creatividad, visión y cooperación”. Para nosotros, la empresa social y creativa ha sido y es una aventura, un experimento, una búsqueda que combina la sostenibilidad en un proyecto que habla diferentes idiomas, diferentes acentos, pero comparte un mismo vocabulario: el de la justicia social”, agregó.
A través de alianzas internacionales, prácticas productivas sostenibles y campañas culturales, LABURO invita a la sociedad a involucrarse ya sea participando, difundiendo, consumiendo de manera consciente o simplemente apoyando la búsqueda de un futuro más justo. En ese sentido, Namoi Abizi, miembro de Dawnlight explicó: “Como marca marfileña impulsada por la juventud, Dawnlight considera a LABURO la personificación de sus valores: optimismo, resiliencia y fe en un futuro mejor. Al unir fuerzas con este proyecto, queremos demostrar que la luz de la creatividad y la juventud puede superar la sombra del crimen organizado”.

En los tres países involucrados las organizaciones criminales se expanden sobre sectores claves de la vida económica y social. En Argentina, los grupos narco ejercen control territorial mediante extorsión y explotación; en Italia, la experiencia antimafia muestra cómo las mafias infiltran la economía formal; y en Costa de Marfil, el delito organizado se nutre de la precariedad laboral y la falta de oportunidades para los jóvenes.
En este contexto, LABURO teje un hilo común. Un hilo que demuestra que, aunque los idiomas sean distintos, las respuestas siguen siendo las mismas: construir en comunidad un camino que desplace la violencia y abra espacio para oportunidades reales, derechos garantizados y una vida digna.
Desde ese entramado compartido, LABURO se afirma como un recordatorio: la violencia no es un destino, y las comunidades pueden trazar rumbos distintos cuando el trabajo y la cooperación se vuelven herramientas comunes.

