
Iara Nardelli era de Miramar pero se encontraba institucionaliza en Aldeas Infantiles, en Mar del Plata. Tenía 16 años cuando desapareció, el 30 de junio del 2023 y, tras diez dias desaparecida, fueron encontrados restos óseos en un descampado por lo que la justicia dictaminó un suicidio y cerró la causa.
Tras años de lucha, la familia de Iara quiere que se reabra la causa y se investigue lo que realmente pasó. “No se investigó a nadie”, explicó Mariela, madre de la adolescente, y en diálogo con este medio agregó: “No se inclinan ni a un suicidio ni a un femicidio, entonces, ¿Qué es lo que pasó con mi hija?”.
En la misma línea, Mariela denunció que nunca se investigó a las autoridades de la institución que debía cuidar a Iara; como así tampoco a un mayor de edad que se vinculaba con la menor. Lo mismo sucedió con el celular de la menor, el cual apareció en manos de un hombre meses después.
Sin investigación, sin justicia
Iara desapareció el 30 de junio de la institución Aldeas Infantiles y 10 días después se encontraron, a 15 cuadras del lugar, un cráneo, una mandíbula, una tibia, cuero cabelludo. También había una botella de vodka, la mochila de Iara con un diario personal y restos de cabello que no eran compatibles con los de la víctima.
Desde los inicios de la investigación el Juzgado de Familia Nº2 a cargo de la causa, sostuvo que la adolescente se había suicidado. La explicación de la falta de la totalidad del cuerpo es que habría sido atacado por una jauría de perros.
La agrupación Atravesados por el Femicidio, acompaña a Mariela y brindó un comunicado en el que enumera las inconsistencias por las que descreen de la hipótesis de suicidio. Entre ellas, mencionan que la ropa encontrada de Iara tiene cortes de arma blanca y manchas de sangre a la altura de la axila. Además, aseguran que no se comprobó que la ropa haya estado en contacto con perros.
“Ya por la causa de mi hija, pasaron dos fiscales, y las dos se pusieron de acuerdo en decir que no hay prueba suficiente para determinar qué tipo de muerte tuvo mi hija”, detalló Mariela.
La justicia asegura, a partir de las condiciones del cráneo, que no se trató de una muerte violenta. Sin embargo, la familia insiste en que un cráneo no es prueba suficiente para indicar el modo de la muerte, ni para asegurar que se trató de un suicidio.
En relación a la hipótesis de suicidio, una prueba sería una supuesta carta suicida. Desde el lado de la familia, explicaron que lo que apareció junto al cuerpo no es una carta sino un cuaderno que la menor llevaba para todos lados a modo de diario íntimo. “Una perito en caligrafía demostró que no era una carta y descartó que en lo escrito hubiera indicios de una conducta suicida”, sostuvo la mamá.
En cuanto al teléfono de Iara, Mariela explicó que apareció cinco meses después, “lo compra una persona que dice que no sabe quién se lo vendió, no se acuerda, se le rompe y lo termina vendiendo como repuesto”. Al respecto, la madre aseguró que “si se suicidó debería haber aparecido ahí con sus cosas, y a esa persona que compró el teléfono y que lo usó, habría que haberlo investigado”.
Otro punto que quedó sin investigar es un hombre mayor de edad, a quien la familia apunta por tener un vínculo con Iara. “Mi hija había tenido una relación amorosa, que esto nos enteramos después que mi hija desaparece, con una persona de veintinueve años”, contó la mamá.
También manifestó que ellos presentaron un chat de Facebook entre ambos a la justicia, el cual demostraría que el mayor de edad era insistente en concretar una cita con la adolescente. “Este tipo, desde el primer momento, se le insinúa de una manera alevosa, insistente, acosadora”, expresó Mariela y agregó: “el día que mi hija desaparece le mandó un mensaje a esta persona, pero jamás se lo investigó”.
La fuerza de Iara para seguir luchando
Mariela explicó que Iara “había tenido un cuadro depresivo, había intentado quitarse la vida”, por esa razón no se encontraba viviendo con ella. Una jueza había decidido que lo mejor para la joven era llevarla en la institución Aldeas Infantiles, en Mar del Plata.
Tras unos días sin recibir comunicación por parte de su hija, la madre se cruzó con un compañero de la escuela de Iara, quien le avisó que ella no estaba asistiendo a clases. Cuando la madre preguntó en Aldeas Infantiles la directora le confirmó que está desaparecida hace algunos días, asegurando que se había escapado.
Mariela recordó a Iara como una niña alegre y curiosa. “desde chiquita le encantaba andar con cuadernos, con libros, con lápices, y jugaba a ser la maestra”, recordó su mamá. A medida que iba creciendo, decía que iba a ser abogada, porque era muy justiciera, y en el último tiempo había cambiado y tenía el deseo de estudiar para perito en criminalística.
“Quería esperar a terminar la secundaria y abocarse a la criminalística porque le encantaba mirar esos crímenes sin resolver”, recordó Mariela y agregó: “ella decía que si ella fuese una buena perito, resolvería todo tipo de crímenes”.
En cuanto al vínculo entre ambas, la mamá aseguró que Iara era su “alma gemela, tengo tres hijos más, pero Iara era mi fiel reflejo”. Es por eso que su recuerdo y la gente que la apoya le da fuerzas para seguir luchando: “lo que me da fuerzas es las personas que me acompañan y pensar siempre en Iara, que a mi hija jamás le gustaría verme triste, deprimida y que baje los brazos”.
Ahora, Mariela reclama “que se reabra la causa, que se esclarezca; necesito saber realmente qué pasó con mi hija”. En ese sentido, afirmó: “sabemos que mi hija no se suicidó, que no se la comieron los perros, yo quiero saber realmente qué fue lo que pasó con mi hija, quién fue quien le hizo daño, dónde estuvo todos esos días”.