
El Gobierno de Javier Milei sostiene el plan de obra pública cero y canceló de forma definitiva el soterramiento del tren Sarmiento tras años de inactividad. En paralelo, el gobierno porteño se propone recuperar los espacios ocupados por los obradores.
Pasaron 17 años desde el anuncio del soterramiento del Sarmiento, durante el primer mandato de Cristina Fernández de Kirchner en 2008. Desde allí, ninguna gestión logró avances significativos y Milei se encargó de cancelar una obra pese a los 420 millones de dólares ya invertidos.
La decisión llegó tras un acuerdo entre el gobierno nacional y las empresas constructoras Sacde (ex lecsa) y Ghella, por lo que procederán a sellar de modo definitivo el túnel de 7 kilómetros que se construyó entre Haedo y Villa Luro.
La iniciativa original se proponía un túnel de 32,6 kilómetros desde Caballito hasta Moreno, con un plazo de construcción estimado en 36 meses.
La realidad marca que la inversión junto con la gigante tuneladora (máquina de 125 metros de largo y tonelada de acero) quedarán enterradas tras cerrar en muros ambos extremos de la construcción.
Tras las obras iniciales en 2008, la tuneladora arribaría en 2011 pero entraría en actividad recién en 2016, bajo la presidencia de Mauricio Macri, quien en 2018 también abandonaría el proyecto.
En la etapa de Alberto Fernández como Presidente, tampoco se registraron avances hasta que Milei decidió anular la obra del soterramiento del Sarmiento.
Cancelado el soterramiento, el GCBA busca recuperar espacios
Tras la noticia del punto final para la obra del soterramiento del tren Sarmiento, el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires se propone recuperar el espacio que ocupaban los obradores.
De tal modo, mientras el jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, recibe reclamos desde el sector de Educación Especial, su gestión pone el foco en otro lado.
El soterramiento exigía obradores, que son las instalaciones provisorias que se montan habitualmente alrededor de una obra en el espacio público. Estos obradores bloquearon, y en vano tras cancelado el proyecto, distintos puntos en la Ciudad que planean despejarse.
Desde hace varios años, con la obra paralizada, quedan las estructuras sin utilidad alguna, con vallados y ocupando espacios que obstruyen la libre circulación de los vecinos de la zona.
En total son nueve los obradores, y el objetivo es reducir el tamaño de los mismos que se encuentran en puntos de Flores, Floresta, Villa Luro y Liniers.
El Ministerio de Espacio Público e Higiene Urbana, el Ministerio de Infraestructura y la Dirección General de Talleres del gobierno porteño avanzó hacia la reducción de los obradores, aunque no del cierre definitivo por tratarse se una obra nacional.
El gobierno porteño comunicó que el objetivo es el de “reducir en hasta un 50% la superficie de cada obrador, acercando los vallados a los bordes de excavación sin comprometer las condiciones de seguridad”.
Esta medida permitirá liberar veredas y calzadas, mejorar la visibilidad, facilitar la circulación y ordenar el espacio público. La primer reducción de un obrador es el ubicado en Yerbal al 2400, junto a la Plaza General Pueyrredón en el barrio de Flores.
“Se retiró parte del vallado y se lo ajustó al borde de la excavación. Para mejorar la seguridad en la zona, se instaló un enrejado que facilita la visión”, comunicó el gobierno porteño.
Tras la reducción del primer obrador, quedan ocho en el radar próximos a abordar a lo largo de la traza del tren Sarmiento: Av. Rivadavia 8600, Cuzco 200, Bacacay 5600 (Estación Villa Luro), Venancio Flores 4000 (Estación Floresta 1), Venancio Flores 4100 (Estación Floresta 2), Av. Rivadavia 11600 (Estación Liniers), Yerbal y Condarco y Terrada 110.