
Este martes salió a flote un controversial panorama sobre el futuro del histórico estadio José María Minella de Mar del Plata que será remodelado en su totalidad. El recinto deportivo mundialista, fundado para la Copa del Mundo de 1978, será el eje de grandes obras por parte de la empresa Minella Stadium S.A bajo un presupuesto de 40 millones de dólares. Esa iniciativa política generó polémica entre los involucrados del oficialismo como de la oposición.
En primer lugar, aquellos que están al mando encaminaron la decisión para reestructurar la sede de Aldosivi, quien abrió el Torneo Clausura sin goles el pasado viernes. La mayoría del voto afirmativo correspondiente al interbloque oficialista permitió que todo siga su curso con la aprobación del expediente para la concesión de los diferentes espacios en La Feliz. En tanto, la posición opositora pone en duda la maniobra de ampliación en base a la licitación original.
Pelea de intereses
La semana pasada se confirmó las nuevas remodelaciones en el estadio Minella con el objetivo de que se renueve y vuelva a ser un escenario deportivo top dentro de Argentina. De hecho, la Comisión de Obras del Consejo Deliberante fue quien dio el primer paso legislativo con la adjudicación de la licitación. La ostentosa oferta de la compañía fue la única que se presentó y fue aprobada por la mayoría para que inicie con la construcción.
Las obras en cuestión no solo abarcarían al mítico estadio marplatense, sino también al Polideportivo Islas Malvinas y las zonas comunes del Parque Municipal de los Deportes Teodoro Bronzini. De este modo, el Poder Ejecutivo recibió la autorización para la licitación de uso y explotación de los distintos espacios. El proyecto que un inicio aprobó Obras, continuará su trámite en la comisión de Hacienda. Incluso, el oficialismo defendió su iniciativa como un contraataque al abandono municipal.
“El estadio es un elefante blanco que ninguna administración pudo sostener. La ciudad no tiene recursos ni siquiera para el mantenimiento básico”, sostuvieron sobre su actual deterioro. “Ahora hay un privado con experiencia y recursos dispuesto a intervenir”, agregaron en relación a sus trabajos en Brasil. Además, afirmaron que la concesión es “una buena noticia para Mar del Plata y para el país” al recuperar el estadio para eventos deportivos y culturales.
Por su parte, el sector de la oposición advirtió que se realizó una incorporación sin una planificación previa al difundir que el proyecto inicial solo abarcaba al estadio. Bajo ese fundamento catalogaron la ampliación como “un error estratégico de ciudad” al no consultar el alcance original de la licitación. Todo apunta a que el Polideportivo está en funcionamiento, genera recursos y permite al municipio desarrollar políticas deportivas y turísticas.
En tanto, también mostraron cierta preocupación al momento de las determinaciones públicas respecto al uso del predio. Asimismo, percibieron la notable ausencia de un minucioso estudio económico que sostenga la adjudicación de la única oferta que hubo sobre la mesa. La situación seguirá su curso pero la concesión pondrá el jaque la principal atracción deportiva de la ciudad con una fuerte disputa por el modelo de gestión y el espacio público.
Una fuerte apuesta
Mientras los focos primordiales se los lleva el trasfondo político, son varias las remodelaciones que sufrirá el estadio mundialista. Para empezar, el cambio más significativo será la eliminación de las dos tribunas populares para ser reemplazadas por plateas. El punto negativo de esta decisión es que se reducirá su capacidad al pasar de 35.180 espectadores a 31.020. Este movimiento de infraestructura también tendrá su efecto a nivel comparativo dentro del país.
El sector conocido como ‘platea-popular’ tiene lugar para 15.000 personas pero restará su estadística cuando coloquen 7.520 butacas entre las cabeceras norte y sur, con 3.760 por lado. De este modo, el estadio marplatense será desplazado del 16° puesto al 22° dentro del ranking de los de mayor capacidad en Argentina. A su vez, será el más grande en tener a todos los espectadores sentados, y el 2° en lograrlo, tras la inauguración en 2021 del Madre de Ciudades en Santiago del Estero con capacidad para 28.000 personas.
Por otro lado, tanto la techada Platea Oeste como la descubierta Platea Este recibirán una renovación en sus butacas como también una mejora en el techo que recubre los asientos. Además, se construirá una novedosa platea preferencial y el foso perimetral que rodea el campo de juego será tapado con una losa para que el agua corra por debajo. En esa zona se colocarán 2.254 butacas preferenciales que estarán al nivel del verde césped.
Otra gran inversión será la inclusión de un sector de palcos en el centro y hospitalidad con un equipo completo que tendrá lugar en la platea descubierta. Dentro de los nuevos elementos habrá baños propios, cocina, heladeras, parrillas, pantallas led, conexión a internet, entre otras cosas. Por último, se analiza instaurar una platea elevada en forma de anillo sobre las actuales populares y zonas descubiertas que sumarán 990 espectadores más.
En cuanto al proyecto en sí, fue Florencia Ranellucci, miembro informante del oficialismo, quien habló sobre las sensaciones y aspiraciones del mismo. “Esto va a dar inicio a una transformación que será un antes y un después en Mar del Plata”, expresó sobre el objetivo de lograr un reconocimiento internacional para el estadio. “Esto va a iniciar este polo de eventos deportivos y culturales, porque es importante tomar dimensión de la inversión utilizada y su forma”, añadió.
El fútbol en problemas
Si bien el contexto cultural posee una suma importancia en la ciudad balnearia, el deportivo es uno de los más fuertes en dicha zona argentina. Con los primeros pasos legales aprobados para la concesión de los complejos marplatenses por los próximos 30 años, no todo está resuelto de cara al futuro. Tanto el fútbol como el básquet tendrán limitaciones para el uso de las instalaciones en dependencia de la disponibilidad con la se encuentren.
Dentro de todos los eventos que tienen en mente, el proyecto también abarca aquellos que involucran a los clubes que hacen de local allí. “Esta propuesta tiene 90 eventos anuales garantizados, más los que tenemos en agenda de los equipos marplatenses”, indicó Renelluci. “Tiene un impacto que ojalá en unos años empecemos a ver. No solamente en lo que genera ese lugar, sino también en hotelería, gastronomía y obra con mano capacitada”, agregó.
En ese aspecto, el documento que señala la utilización de los diversos sectores para las categorías profesionales menciona a aquellos con mayor protagonismo. Por un lado están Aldosivi y Alvarado respecto del estadio Minella y por el otro, Quilmes, Pañarol y Unión con el Polideportivo. Asimismo, se aclara que se acabó la era en que estos clubes daban uso libre de los recintos emblemas de la ciudad.
De hecho, toda utilización estará sujeta a la coordinación de disponibilidad según el calendario de eventos programados para no afectar ninguna actividad. Como solución aconsejan que se busque otro lugar para jugar de local o cambiar la fecha de sus partidos ya que no se contemplará el diagrama de inicio de temporada. La problemática se vislumbra con mayor impulso en al ámbito futbolístico al no poseer alternativas cercanas para su realización.
La ciudad de Mar del Plata y los municipios aledaños no cuentan con estadios habilitados para los cotejos de la Liga Profesional ni la Primera Nacional. Los escenarios más próximos para ese objetivo están en el sur conurbano a casi 400 kilómetros de distancia. En el básquet no hay tanto alboroto porque Unión usa el Polideportivo de Santa Clara del Mar y Quilmes su propia cancha del gimnasio José Martínez; mientras que, Peñarol usará el primero como Plan B.