El universo de Cometierra, la primera novela de la escritora argentina Dolores Reyes, sigue expandiéndose. Lo que comenzó como una ficción poderosa, que pone en el centro la voz de las pibas, se transformó en un fenómeno cultural que incomodó a los gobiernos conservadores y terminó consagrándose como un best seller internacional.
Ahora, la historia llegará a la pantalla chica a través de Amazon Prime Video con una adaptación mexicana dirigida por Daniel Burman y protagonizada por Lilith Curiel y Yalitza Aparicio, la actriz de «Roma» nominada al Oscar.
Polémica y censura
La novela fue publicada en 2019 y desde entonces se mantuvo entre las más leídas, con traducciones a más de 17 idiomas y premios en varios países. Sin embargo, su mayor exposición llegó a fines de 2024 cuando la vicepresidenta Victoria Villarruel la cuestionó duramente por formar parte del programa «Identidades Bonaerenses» del Plan de Lectura de la Provincia de Buenos Aires.
Según la denuncia presentada por Villarruel y respaldada por la Fundación Natalio Morelli, el libro contenía «contenido erótico» que «sometía a los estudiantes a una constante sexualización».
Defensa colectiva: docentes, estudiantes y escritores respaldaron el libro
La respuesta de docentes, estudiantes y escritores fue contundente: salieron a defender la obra y el derecho a la lectura sin censura. Lejos de desaparecer de las aulas, Cometierra se agotó en librerías y se convirtió en uno de los libros más vendidos. El intento de prohibición generó un efecto inverso: multiplicó su llegada y reactivó el debate sobre qué lecturas deben formar parte de la escuela pública.
En su relato, Dolores Reyes propone una protagonista joven del conurbano bonaerense, huérfana y atravesada por la violencia de género, que descubre que al tragar tierra puede ver dónde están las personas desaparecidas. Así, familiares desesperados la buscan para que les revele el destino de sus hijas y hermanas. La tierra, como hilo conductor, se convierte en un canal de denuncia, memoria y justicia.
El propio director de la serie, Daniel Burman, destacó la potencia del personaje: «Sentí en mis manos toda la fuerza de su protagonista», dijo al anunciar el proyecto, que se estrenará en más de 240 países y fue producido por The Mediapro Studio, Oficina Burman, Exile Content Studio y Cimarrón.
La historia de Cometierra abre preguntas incómodas sobre la violencia que atraviesa los cuerpos de las mujeres y las ausencias que persisten en los barrios populares. Pero también expone la incomodidad de ciertos sectores políticos que aún hoy intentan decidir qué se puede leer y qué no.
El intento de censura de Cometierra se inscribió en un contexto más amplio, donde La Libertad Avanza impulsó proyectos en la legislatura bonaerense para retirar libros de las bibliotecas escolares. Obras como «Las aventuras de la China Iron» de Gabriela Cabezón Cámara y «Las primas» de Aurora Venturini también fueron señaladas. Pero ninguna de estas embestidas logró borrar los textos. Al contrario: los multiplicaron.
Mientras tanto, la serie promete llevar la discusión a nuevos públicos y recuperar el corazón del libro: la urgencia por buscar a las que faltan y la potencia de las narrativas feministas en América Latina.
Cometierra, desde sus páginas y ahora desde la pantalla, no deja de incomodar y de recordarnos lo que aún falta por resolver.